ENFADO EN UN PUEBLO DEL URGELL POR LA ACTITUD DE UN SACERDOTE

Desaparición mariana

Un símbolo del pueblo 8 Vecinos de Rocallaura sentados en un banco, con una reproducción y una fotografía de la virgen del Tallat delante.

Un símbolo del pueblo 8 Vecinos de Rocallaura sentados en un banco, con una reproducción y una fotografía de la virgen del Tallat delante.

ALBERT LIJARCIO
ROCALLAURA

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«Creo que no la veremos más». Esta es la frase que más se oye estos días en el núcleo de Rocallaura (Urgell). Sus vecinos desconocen el paradero de la virgen del Tallat. Esta pequeña virgen de alabastro, del siglo XIV, muy venerada entre los habitantes del valle del Corb, solo se muestra al público en ocasiones especiales. El pasado lunes era una de ellas, pero los fieles que acudieron a la iglesia de Sant Llorenç se encontraron con la réplica de yeso que se expone durante el resto del año. El rector de la parroquia, Pere Lluís Ramon, alega«razones de seguridad»para no decir a nadie dónde está la talla. Mientras, la indignación llena las calles por el hecho de que el rector se haya«cerrado en banda», tal como se comenta en el pueblo.

En los últimos 32 años, una familia de esta pedanía perteneciente al municipio de Vallbona de les Monges (Urgell) se había encargado de custodiar la imagen. Así se decidió en su día cuando el antiguo párroco planteó la posibilidad de trasladar la pieza al Museo Diocesano de Tarragona. Entonces, asegura Josep Marimon, su familia acogió voluntariamente la talla.«Empezamos a hacernos responsables y también la vigilábamos cuando salía de casa».Así hasta el 13 de junio, cuando, después de exponerse en la parroquia para los vecinos de Senan y Rocafort que habían peregrinado hasta el lugar, no fue devuelta a la familia y quedó en manos del sacerdote.

Desde entonces tanto los vecinos como el alcalde pedáneo de Rocallaura, Ramon Benet, no han obtenido ninguna respuesta convincente y por eso se sienten«burlados»por el párroco. Incluso una veintena de personas le esperaron y acorralaron durante más de una hora después de la misa del pasado lunes, con el propósito de que desvelara de una vez dónde se encontraba. Además alertaron a los Mossos d'Esquadra, que se personaron en el lugar, pero ni por esas se ha podido averiguar el paradero de la estatua.

El Arzobispado de Tarragona no se ha posicionado en el conflicto hasta el momento aunque, tal como afirma el vicario general, Joaquim Fortuny, buscará una solución después de agosto. Por su parte, desde el Ayuntamiento de Rocallaura quieren llegar a un acuerdo con el arzobispado para que la propiedad de la virgen pase a manos del municipio y poder protegerla bajo la denominación de Bien Cultural de Interés Local. La intención del consistorio es dotar de las condiciones de seguridad necesarias a la iglesia para que la talla se pueda exponer de forma permanente.

Devoción

Los vecinos temen que, el próximo domingo, lamarededéuno presida el 38ºaplecdel santuario del Tallat. Ramon Sans ha sido en los últimos años el encargado de trasladar la virgen al punto exacto donde cuenta la leyenda que un payés la recogió hace más de seis siglos. «Supongo que no la llevaré, no hace falta que vaya a buscarla»,dice con resignación. La figura, de solo 25 centímetros de altura, es un símbolo de la zona, tal como apunta Maria Bergadà:«Todo el mundo tiene devoción, incluso las personas que no creen en Dios la quieren».

Para denunciar esta situación ya se han recogido más de medio centenar de firmas que tienen como objetivo mostrar el rechazo de la población al párroco, al que quieren declarar persona no grata. Ayuntamiento y vecinos cuentan que hace ocho años Pere Lluís Ramon compró junto con dos religiosas el edificio de la rectoría del pueblo (propiedad del arzobispado) a sus espaldas con el fin de poner en marcha un centro de atención a ancianos. Este hecho ya les molestó y ahora han comprobado que solo ellas tienen las llaves de la iglesia y, por lo tanto, para acceder al templo se necesita su consentimiento.