Una droga tolerada

Padres colegas

Marcha en Madrid por la legalización de la marihuana, en el 2004.

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BEGOÑA DEL PUEYO
BARCELONA

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En los 70, descubrir a los hijos con un porro tenía una respuesta clara: atajarlo cuanto antes. Esos hijos hoy son padres y se enfrentan al dilema de compartir canutos con sus propios hijos, intentando comprenderles mejor o corregirles.

Ni todos los jóvenes fuman porros ni todos los padres que lo hacen los comparten con sus hijos. Energy Control, oenegé con programas de reducción de riesgos de consumo, detecta en los institutos que algún chico fuma canutos frente a sus padres. CEPS, un gabinete que asesora a familias, confirma que es habitual que estos hagan la vista gorda, faltos de argumentos para impedirlo. Algunos fuman porros delante de sus hijos igual que toman una cerveza.

Alguien a quien oponerse

Las guías sobre prevención no dan directrices para padres consumidores que quieren adoptar una actitud responsable, pero les preocupa la hipocresía de censurar lo que ellos hacen. Tendrán que incluir estos consejos cuanto antes, pues los adolescentes consumidores de hoy serán padres mañana.

Ejercer una autoridad no autoritaria no resulta sencillo cuando todavía tenemos fresco el lemaProhibido prohibir.Los chicos, sin embargo, piden límites: el 48% de los adolescentes encuestados por la FAD prefieren que sus padres traten de orientarlos, aunque luego ellos hagan lo que quieren.

Ana llegó a CEPS derivada por la psicóloga a la que sus padres la llevaron por una crisis de ansiedad. A los 14 años ya compartía canutos con sus padres: escritor él, pintora ella. Ana les quiere, pero se queja de que le arrebataron la infancia y les considera unos colgados.

Fumar con los hijos para estrechar el vínculo puede ser un error. El porro con los padres nunca será como con los colegas, y el joven necesita que cada uno cumpla su papel. Un quinceañero quiere hacer lo que le da la gana, pero no sentirse perdido. Si en casa no tiene a quién oponerse, proyectará esa rebeldía. Es el caso de algunos antisistema.

Leonardo DiCaprio es un ejemplo de hijo de padreshippiesen cuyo hogar las noches terminaban entre debates lisérgicos y ronquidos con olor a whisky. A pesar del entorno, es uno de los privilegiados con recursos personales para salir fortalecido de situaciones adversas. No tuvo tanta suerte River Phoenix, también niñohippy, que murió de sobredosis a las puertas del club Viper Room de Hollywood.

Es habitual que la fascinación de los adolescentes por las plantas y semillas de marihuana no pase de compartirla en internet. Pero cuando Pau llegó a casa con la planta demaría, su padre la aceptó. Era un deseo incumplido que podían compartir. Si la planta va a permitir saber qué piensa y qué toman sus amigos, entonces puede tener sentido permitirla, según los expertos. Siempre que los padres expliquen que también esta sustancia natural pasa factura. Periodista. Autora del libro ¿Y si mi hijo se droga?