Psicología

Siete formas de volver a la rutina después de las fiestas sin desbordarnos

Incorporarnos de nuevo al trabajo supone una fuente de estrés

persona trabajando

persona trabajando / 123RF

Ángel Rull

Ángel Rull

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las fiestas navideñas son un momento de alegría, celebración y relajación. Sin embargo, cuando llega el momento de volver a la rutina después de este período festivo, es común experimentar ciertos problemas emocionales. Muchos de nosotros nos sentimos abrumados, agotados y con dificultades para retomar nuestras actividades diarias. Esta transición puede ser especialmente difícil, ya que dejamos atrás la magia de las festividades y nos enfrentamos a la realidad de nuestras responsabilidades cotidianas.

¿Qué síntomas podemos experimentar de desbordamiento?

La vuelta a la rutina después de las festividades navideñas puede traer consigo una serie de problemas emocionales y mentales. Para comprender mejor cómo manejar este período de transición, es esencial reconocer los síntomas de desbordamiento que con frecuencia experimentamos.

¿Cuáles son los síntomas más comunes?

  • Fatiga: la fatiga extrema es uno de los síntomas más notables de desbordamiento. Después de días de diversión y relajación, es normal sentirse físicamente agotado. La falta de energía puede dificultar el retorno a las actividades diarias.
  • Irritabilidad: experimentar un aumento en la irritabilidad y la impaciencia es otro síntoma común. La transición de un ambiente festivo y relajado a uno más estructurado puede generar tensiones emocionales.
  • Ansiedad: la ansiedad es una respuesta emocional frecuente ante la vuelta a la rutina. Los pensamientos sobre el trabajo, las responsabilidades y los compromisos pueden generar preocupación y nerviosismo.
  • Tristeza o melancolía: la nostalgia de las festividades y la separación de seres queridos pueden llevar a sentimientos de tristeza. Las actividades festivas a menudo están asociadas con momentos felices y la despedida de esas experiencias puede generar un sentimiento de pérdida.
  • Dificultad para concentrarse: la mente puede estar dispersa y distraída, lo que dificulta la concentración en las tareas cotidianas. Esto puede aumentar la sensación de ineficiencia.
  • Problemas para dormir: muchas personas experimentan dificultades para conciliar el sueño o mantener un sueño reparador durante la transición de las festividades a la rutina diaria. Esto puede agravar otros síntomas de desbordamiento.
  • Cambios en el apetito: el apetito puede verse afectado, ya sea con un aumento o una disminución en la ingesta de alimentos. Los cambios en los hábitos alimentarios pueden afectar la salud en general y contribuir al desbordamiento emocional.

¿Cómo nos afecta a la salud mental?


La vuelta a la rutina después de las festividades navideñas no solo implica el regreso a las responsabilidades diarias, sino que también puede tener un impacto significativo en nuestra salud mental. La transición de un período festivo a la vida cotidiana puede desencadenar una serie de emociones y reacciones que afectan nuestro bienestar psicológico.

Así nos afecta la vuelta a la rutina a nuestra salud mental:

  • Estrés postvacacional: el estrés postvacacional es un fenómeno común que se produce cuando enfrentamos dificultades para adaptarnos nuevamente a nuestras responsabilidades laborales o académicas. Puede manifestarse como ansiedad, irritabilidad y falta de motivación. Este estrés puede ser aún más pronunciado si nuestras vacaciones fueron particularmente relajantes o emocionantes, lo que puede hacer que la vuelta a la rutina parezca menos atractiva.
  • Sentimientos de estar abrumado: la acumulación de tareas y la presión por ponerse al día pueden llevar a una sensación abrumadora. Esto puede resultar en un agotamiento emocional y mental. Es importante recordar que, aunque las tareas pueden acumularse, no es necesario abordarlas todas de inmediato. Establecer prioridades y planificar con cuidado puede ayudar a reducir la sensación de estar abrumado.
  • Impacto en la autoestima: la comparación entre las experiencias festivas y la vida cotidiana puede afectar negativamente nuestra autoestima. Durante las festividades, es común disfrutar de momentos especiales y sentirse valorado. La vuelta a la rutina puede hacernos sentir que nuestra vida diaria es menos emocionante o significativa en comparación. Es importante recordar que cada etapa de la vida tiene su propio valor y que la felicidad puede encontrarse en las pequeñas cosas cotidianas.
  • Relaciones interpersonales: el estrés y la irritabilidad pueden influir en nuestras relaciones con amigos, familiares y compañeros de trabajo. La vuelta al trabajo o a las responsabilidades familiares puede aumentar las tensiones, lo que a su vez puede afectar nuestras interacciones y comunicación con los demás. Es fundamental comunicarse de manera abierta y comprensiva con aquellos que nos rodean para evitar conflictos innecesarios.

¿Cómo volver a la rutina sin desbordarnos?

La transición de las festividades de vuelta a la rutina cotidiana puede ser un reto emocional para muchos de nosotros. Tras disfrutar de momentos de alegría, relajación y celebración durante las festividades, enfrentarnos a la realidad de nuestras responsabilidades puede resultar abrumador. Sin embargo, hay formas de sobrellevarlo.

Sigue estas siete claves para volver sin desbordamientos a la rutina:

1. Establecer metas realistas

En lugar de intentar abordar todas las responsabilidades de una vez, es importante establecer metas realistas y alcanzables. Divide tus tareas en pasos pequeños y celebra los logros a medida que avanzas. Esto te permitirá sentirte más capacitado para enfrentar las responsabilidades y reducirá la sensación de estar abrumado.

2. Mantener una rutina

Recuperar la rutina diaria puede ser más sencillo si mantenemos una estructura regular en nuestras actividades. Establece horarios para el trabajo, el descanso, la alimentación y el ejercicio. La rutina proporciona estabilidad y predictibilidad, lo que puede ayudar a reducir la ansiedad.

3. Practicar el autocuidado

Dedicar tiempo a cuidar de ti mismo es esencial. Esto incluye hacer ejercicio regularmente para liberar endorfinas y reducir el estrés, mantener una dieta equilibrada que proporcione los nutrientes necesarios para tu bienestar y dormir lo suficiente para permitir que tu cuerpo y mente se recuperen.

4. Controlar el estrés

Utiliza técnicas de manejo del estrés como la meditación, la respiración diafragmática o la práctica de la gratitud para reducir la ansiedad y mantener la calma. Estas prácticas pueden ayudarte a lidiar con los problemas de la vida cotidiana de manera más tranquila y serena.

5. Conectar con otros

Habla con amigos y familiares sobre tus sentimientos y experiencias. Compartir tus emociones puede aliviar la sensación de aislamiento y fortalecer tus relaciones. Además, puede brindarte apoyo emocional durante la transición.

6. Establecer límites

Aprende a decir "no" cuando sea necesario. Establecer límites claros en cuanto a tus compromisos y responsabilidades puede ayudarte a evitar el agotamiento. A veces, es importante priorizar tu bienestar y aprender a administrar tu tiempo y energía de manera efectiva.

7. Recursos adicionales de apoyo

Si te sientes abrumado o experimentas síntomas graves de desbordamiento, considera explorar recursos adicionales de apoyo. La terapia, por ejemplo, puede proporcionar herramientas adicionales para enfrentar estos problemas y brindarte un espacio seguro para explorar tus emociones y preocupaciones.

La vuelta a la rutina después de las fiestas navideñas puede ser un período complejo, pero con las estrategias adecuadas, podemos hacerlo de manera equilibrada y saludable. Reconoce tus síntomas, cuida de tu salud mental y sigue las siete formas mencionadas anteriormente para facilitar la transición. Recuerda que no estás solo en este proceso, y que, con el tiempo y el apoyo adecuado, puedes recuperar el equilibrio en tu vida cotidiana. La clave está en ser consciente de tus propias necesidades y tomar medidas para cuidarte a ti mismo mientras te reintegras a la rutina.

* Ángel Rull, psicólogo.