Psicología

¿Se puede escapar de la ansiedad? Cinco maneras positivas de poder hacerlo

El manejo de la activación física puede acercarnos al bienestar emocional

Persona ansiosa

Persona ansiosa / 123RF

Ángel Rull

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La ansiedad es una emoción natural y adaptativa que todos experimentamos en algún momento de la vida. Se manifiesta como una respuesta a situaciones estresantes y amenazantes. En dosis moderadas, la ansiedad puede ser beneficiosa, ya que nos prepara para enfrentar obstáculos. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve abrumadora y persistente, puede convertirse en un problema de salud mental.

La ansiedad se origina en el cerebro y es parte de nuestro instinto de supervivencia. En el pasado, esta respuesta de "lucha o huida" era esencial para nuestra supervivencia cuando enfrentábamos situaciones peligrosas. Sin embargo, en la sociedad moderna, la ansiedad a menudo se desencadena por situaciones que no representan una amenaza real, como las preocupaciones sobre el futuro, el estrés laboral o las relaciones personales.

¿Qué síntomas tiene la ansiedad?

La ansiedad tiene una variedad de síntomas físicos y emocionales. Los síntomas de la ansiedad pueden variar en intensidad y duración de una persona a otra. Conocer sus síntomas puede ayudarnos a identificar si verdaderamente la padecemos.

Algunos de los síntomas comunes de la ansiedad son:

  • Inquietud y nerviosismo: sensación constante de preocupación y tensión. Las personas ansiosas a menudo se sienten inquietas, como si estuvieran esperando algo malo que vaya a suceder en cualquier momento.
  • Irritabilidad: las personas con ansiedad a menudo experimentan una mayor irritabilidad. Pequeñas molestias o contratiempos pueden provocar reacciones emocionales exageradas.
  • Palpitaciones y sudoración: la ansiedad puede manifestarse de manera física, con síntomas como palpitaciones cardíacas, sudoración excesiva y temblores. Esto es resultado de la activación del sistema nervioso simpático en respuesta al estrés.
  • Tensión muscular: la tensión muscular crónica es común en personas con ansiedad. Esta tensión puede llevar a dolores musculares y molestias en el cuello, hombros y espalda.
  • Dificultad para concentrarse: la preocupación constante y la rumiación pueden dificultar la concentración en tareas cotidianas. Esto puede afectar el rendimiento laboral y académico.
  • Problemas de sueño: la ansiedad puede provocar insomnio o un sueño inquieto. Las preocupaciones y pensamientos intrusivos pueden dificultar conciliar el sueño o mantenerlo durante la noche.
  • Síntomas físicos: además de los síntomas mencionados, la ansiedad puede estar acompañada de otros problemas físicos, como dolores de cabeza, problemas gastrointestinales y mareos.

¿Podemos reducir o eliminar la ansiedad?

La buena noticia es que la ansiedad puede ser gestionada y reducida de manera efectiva. Si bien no siempre es posible eliminarla por completo, podemos aprender a controlarla y minimizar su impacto en nuestra vida diaria.

Estas son cinco estrategias efectivas para escapar de la ansiedad:

1. Practicar la atención plena (mindfulness)

La atención plena es una técnica que implica estar consciente del momento presente sin juzgarlo. A través de la meditación y otras prácticas, puedes aprender a observar tus pensamientos y emociones sin ser dominado por ellos. La atención plena te ayuda a reducir la rumiación constante y a estar más en sintonía con tu bienestar.

Para practicar la atención plena, dedica unos minutos al día a meditar. Siéntate en un lugar tranquilo y presta atención a tu respiración. Observa cómo entra y sale el aire de tus pulmones, sin juzgar ni tratar de cambiar nada. Cuando los pensamientos surjan, acéptalos sin juicio y vuelve tu atención a la respiración. Esta práctica constante puede ayudarte a reducir la ansiedad a lo largo del tiempo.

2. Ejercicio regular y dieta equilibrada

El ejercicio físico regular libera endorfinas, sustancias químicas que mejoran el estado de ánimo, y reduce la tensión muscular. Combinado con una dieta equilibrada, esto puede ayudar a mantener tu cuerpo y mente en óptimas condiciones para enfrentar la ansiedad.

El ejercicio aeróbico, como correr, nadar o andar en bicicleta, es especialmente eficaz para reducir la ansiedad. Estas actividades aumentan la circulación sanguínea y ayudan a liberar tensiones acumuladas en el cuerpo. Además, comer una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros proporciona a tu cuerpo los nutrientes necesarios para mantener un equilibrio emocional.

3. Hablar sobre tus preocupaciones

No subestimes el poder de la comunicación. Hablar con amigos, familiares o un profesional de la salud mental puede ser una forma efectiva de liberar el estrés acumulado y obtener apoyo. A veces, expresar tus preocupaciones en voz alta puede hacer que parezcan menos abrumadoras.

En la sociedad actual, a menudo nos sentimos presionados para mantener una imagen de fortaleza y no mostrar vulnerabilidad. Sin embargo, compartir tus preocupaciones con alguien en quien confíes puede ser un paso crucial para escapar de la ansiedad. Los seres queridos pueden proporcionar apoyo emocional y, en muchos casos, ofrecer una perspectiva objetiva sobre tus preocupaciones.

4. Gestionar el tiempo y establecer límites

A menudo, la ansiedad surge cuando nos sentimos abrumados por las demandas de la vida. Aprender a gestionar tu tiempo de manera efectiva y establecer límites saludables puede ayudarte a reducir la presión y el estrés.

Para gestionar el tiempo de manera efectiva, considera utilizar técnicas de planificación, como la creación de listas de tareas, establecimiento de prioridades y la técnica Pomodoro, que consiste en trabajar durante 25 minutos y luego tomar un breve descanso. Establecer límites implica aprender a decir "no" cuando sea necesario y asegurarte de tener tiempo para cuidarte a ti mismo.

5. Técnicas de relajación y respiración

Practicar técnicas de relajación como la respiración profunda, el yoga o la meditación puede ser una forma efectiva de reducir la ansiedad en el momento. Estas técnicas te permiten calmar tu mente y cuerpo, proporcionando alivio inmediato.

La respiración diafragmática consiste en inhalar lentamente por la nariz, llenando tus pulmones de aire, y luego exhalar lentamente por la boca. Esta técnica puede ser realizada en cualquier momento y lugar cuando sientas que la ansiedad se apodera de ti.

El yoga combina movimientos suaves con la respiración consciente, lo que ayuda a relajar los músculos y reducir el estrés. La meditación implica concentrarte en un objeto, sonido o mantra para calmar la mente y reducir la rumiación constante.

La ansiedad es una emoción natural que puede ser controlada. Con la práctica de estrategias como la atención plena, el ejercicio, la comunicación, la gestión del tiempo y las técnicas de relajación, puedes escapar de la ansiedad y vivir una vida más equilibrada y satisfactoria.

* Ángel Rull, psicólogo.