Psicología

Imagen corporal y vergüenza: cómo nos afecta esto en verano

La sociedad marca unos estándares de belleza también en verano

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Ángel Rull

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El verano es una temporada que suele estar asociada con actividades al aire libre, tiempo en la playa, vacaciones y, por supuesto, la exposición de nuestros cuerpos. Para muchas personas, la imagen corporal se convierte en un tema relevante durante esta época del año, ya que las expectativas sociales y la presión estética pueden generar vergüenza y afectar negativamente la percepción que tenemos de nosotros mismos.

¿Qué es la imagen corporal?

La imagen corporal se refiere a la percepción subjetiva que tenemos de nuestro propio cuerpo, incluyendo cómo nos vemos, cómo nos sentimos acerca de nuestra apariencia física y cómo creemos que nos ven los demás. Esta percepción puede estar influenciada por factores como la cultura, los medios de comunicación, las experiencias personales y las interacciones sociales. Una imagen corporal positiva implica aceptar y valorar nuestro cuerpo, independientemente de los estándares sociales de belleza.

¿Qué aspectos psicológicos giran en torno a la imagen corporal?

La imagen corporal está estrechamente relacionada con varios aspectos psicológicos. La autoestima es un factor fundamental, ya que una baja autoestima puede contribuir a una imagen corporal negativa. Además, la comparación social juega un papel importante. Las personas tienden a compararse con los estándares de belleza predominantes y con otras personas, lo que puede generar sentimientos de inferioridad y vergüenza.

Las experiencias pasadas también pueden influir en la imagen corporal. Por ejemplo, si alguien ha sido objeto de burlas o críticas relacionadas con su apariencia física, es más probable que desarrolle una imagen corporal negativa y una mayor vergüenza. Los trastornos de la alimentación, como la anorexia y la bulimia, también están estrechamente relacionados con la imagen corporal y la vergüenza.

Aspectos sociales que influyen en nuestra imagen corporal

La sociedad y los medios de comunicación desempeñan un papel crucial en la formación de nuestra imagen corporal. Los estándares de belleza idealizados y los cuerpos retocados que se muestran en los medios pueden generar una presión insalubre para cumplir con esas expectativas inalcanzables. Las redes sociales también pueden contribuir a una imagen corporal negativa, ya que las personas suelen mostrar solo sus mejores momentos y apariencias en línea, creando una percepción distorsionada de la realidad.

Además, el entorno social y las interacciones con los demás pueden afectar nuestra imagen corporal. Los comentarios negativos o las comparaciones no solicitadas pueden generar vergüenza y afectar negativamente nuestra percepción de nosotros mismos.

¿Cómo nos afecta el verano a la imagen corporal?

El verano es la etapa donde mayor exposición social tenemos de nuestro cuerpo, lo que hace que pongamos más el foco en él y en cómo se muestra de cada a los demás. Esto puede generar una mayor sensación de vergüenza cuando, ya previamente, veníamos arrastrando una mala visión sobre nuestro cuerpo. Aunque sabemos, que la imagen corporal no tiene realmente que ver con cómo es verdaderamente nuestro cuerpo.

Pero ¿qué por qué aumenta tanto el malestar con nuestro cuerpo en verano?

1. Mayor exposición del cuerpo

Durante el verano, usamos ropa más ligera y corta, lo que puede generar preocupación por la apariencia física. La exposición de áreas que normalmente están cubiertas puede desencadenar inseguridades y autocrítica.

2. Expectativas sociales

El verano está asociado con la idea de tener un cuerpo perfecto. Los mensajes constantes de los medios de comunicación y la industria de la moda sobre cómo se supone que debemos vernos en trajes de baño o ropa de verano pueden generar presión y ansiedad por cumplir con estos estándares.

3. Comparaciones con los demás

Durante el verano, es común encontrarse en entornos donde se exhiben diferentes tipos de cuerpos, como playas o piscinas. Esto puede llevar a compararnos con los demás y sentirnos inadecuados si percibimos que no nos ajustamos a los ideales de belleza predominantes.

4. Percepción de la apariencia física

La exposición al sol, el sudor y otros factores relacionados con el clima pueden afectar la percepción que tenemos de nuestra apariencia física. Por ejemplo, el bronceado o las imperfecciones en la piel pueden generar preocupaciones y hacer que nos sintamos más autoconscientes.

5. Presión para realizar actividades físicas

Durante el verano, también puede haber una mayor presión social para estar en forma y mantenerse activo físicamente. Esto puede llevar a sentimientos de culpa o insatisfacción si no cumplimos con estas expectativas o si percibimos que no estamos alcanzando nuestros objetivos físicos.

La imagen corporal y la vergüenza asociada pueden afectarnos significativamente durante el verano. La presión estética, las comparaciones sociales y la exposición del cuerpo pueden generar inseguridades y afectar nuestra autoestima. Es importante recordar que la belleza viene en diferentes formas y tamaños, y que no debemos dejarnos influenciar por estándares inalcanzables. Promover una relación saludable con nuestro cuerpo implica aceptarlo, valorarlo y cuidarlo sin juzgarlo en función de normas externas. Buscar apoyo profesional, rodearnos de personas positivas y practicar el autocuidado pueden ser estrategias efectivas para mejorar nuestra imagen corporal y disfrutar plenamente del verano y de todas las actividades que nos brinda esta temporada.

* Ángel Rull, psicólogo.