Psicología

Las tres cosas que sí son positivas del ego

Centrarnos únicamente en nosotros mismos puede ser beneficioso

persona proyectando superioridad o alta autoestima

persona proyectando superioridad o alta autoestima / 123RF

Ángel Rull

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El ego es un concepto que ha sido objeto de debate y reflexión a lo largo de la historia de la psicología y la filosofía. Se trata de un aspecto fundamental de la personalidad humana que influye en nuestra forma de percibirnos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. El ego puede tener tanto aspectos positivos como negativos, y comprender su naturaleza esencial es crucial para nuestro crecimiento personal y bienestar emocional. Sin embargo, aunque siempre hablamos de sus aspectos negativos, ¿tiene el ego algo bueno?

¿Qué es el ego?

El ego se puede definir como la parte de la psique que está relacionada con la conciencia de sí mismo y la identidad personal. Es una construcción mental que nos permite diferenciarnos de los demás y tener una sensación de individualidad. El ego está influenciado por nuestras experiencias, creencias y expectativas, y puede afectar nuestra autoimagen, nuestras emociones y nuestras relaciones con los demás.

Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, desarrolló una teoría del ego en la que lo describió como una entidad mediadora entre el "Ello" (nuestros impulsos y deseos instintivos) y el "Superyó" (la parte de la mente que internaliza normas y valores sociales). Según Freud, el ego tiene la función de equilibrar las demandas irracionales del "Ello" con las restricciones morales del "Superyó", buscando satisfacer los deseos de manera realista y socialmente aceptable.

En términos más contemporáneos, el ego se puede entender como la imagen que tenemos de nosotros mismos y las defensas psicológicas que utilizamos para proteger y mantener esa imagen. Actúa como un filtro a través del cual interpretamos la realidad y nos relacionamos con los demás. El ego nos impulsa a buscar la aceptación, el reconocimiento y la validación externa, y puede generar una sensación de superioridad o inferioridad en comparación con los demás.

¿Qué tiene de malo el ego?

Si bien el ego puede tener algunos aspectos positivos, como el impulso de superarnos y alcanzar nuestras metas, lo que más conocemos es que puede generar una serie de problemas y dificultades en nuestra vida.

Estos son los aspectos negativos que más conocemos del ego:

-       Egocentrismo y falta de empatía: un ego desequilibrado tiende a ponerse a sí mismo en el centro de todo y dificulta la capacidad de ponerse en el lugar de los demás. El egocentrismo puede generar una falta de empatía hacia los sentimientos y necesidades de los demás, lo que dificulta las relaciones interpersonales y puede conducir a conflictos y aislamiento social. La obsesión por uno mismo y la búsqueda constante de reconocimiento pueden dificultar la capacidad de establecer vínculos profundos y significativos con los demás.

-       Sensación de superioridad y arrogancia: puede llevar a una sensación de superioridad y arrogancia. Cuando el ego se convierte en una herramienta para alimentar el sentido de importancia y superioridad, es probable que se menosprecie a los demás y se creen jerarquías sociales injustas. Esta actitud puede generar resentimiento y rechazo por parte de los demás, lo que a su vez puede dificultar la construcción de relaciones positivas y satisfactorias.

-       Miedo al fracaso y a la crítica: un ego frágil puede generar un miedo constante al fracaso y a la crítica. Cuando nuestra autoestima está excesivamente ligada a la aprobación externa, cualquier percepción de fracaso o crítica puede desencadenar sentimientos de inseguridad y ansiedad. Esto puede limitar nuestra disposición a asumir riesgos, a explorar nuevas oportunidades y a aprender de nuestros errores. Además, el miedo al fracaso puede llevar a comportamientos defensivos y evasivos, impidiendo nuestro crecimiento personal y profesional.

-       Resistencia al cambio y rigidez mental: un ego inflexible y resistente al cambio puede dificultar nuestra capacidad de adaptarnos a nuevas circunstancias y aprender de experiencias diferentes. Cuando estamos demasiado apegados a nuestra imagen y nuestras creencias, nos volvemos reacios a cuestionar nuestras ideas y a considerar diferentes perspectivas. Esto limita nuestro crecimiento y nos impide desarrollar una mentalidad abierta y flexible.

-       Autolimitación y falta de autenticidad: un ego excesivamente preocupado por la imagen y el qué dirán puede llevar a la autolimitación y a la falta de autenticidad. Cuando nos aferramos a una imagen idealizada de nosotros mismos, nos resulta difícil ser fieles a quienes realmente somos y expresar nuestras verdaderas necesidades y deseos. Esto puede generar una sensación de vacío y desconexión interna, ya que vivimos para complacer a los demás en lugar de seguir nuestra propia brújula interna.

Tres cosas positivas del ego

A menudo se asocia el ego con aspectos negativos, como la arrogancia y la autoimportancia, pero también tiene su lado positivo. De hecho, puede aportarnos herramientas y habilidades que influyan de manera constructiva en nuestra autoestima y, por tanto, en nuestra vida. Conocerlo nos hará poner el foco en ello, pudiendo potenciarlo.

¿Cuáles son los tres aspectos positivos del ego?

1. Autoconfianza y autoestima

El ego nos brinda una sensación de autoconfianza y autoestima. Un ego saludable nos permite confiar en nuestras habilidades y capacidades, lo que a su vez nos impulsa a alcanzar nuestras metas y superar los desafíos. La autoestima nos ayuda a reconocer nuestro valor y nos da la confianza necesaria para enfrentar nuevas situaciones con valentía. Un adecuado equilibrio de ego nos permite establecer límites y defender nuestras necesidades, contribuyendo a una mayor satisfacción personal y relaciones más saludables.

2. Ambición y motivación

El ego también puede desempeñar un papel importante en nuestra ambición y motivación. Cuando confiamos en nuestras habilidades y creemos en nosotros mismos, nos sentimos motivados para alcanzar el éxito y lograr nuestros objetivos. El ego nos impulsa a superarnos a nosotros mismos y a perseguir el crecimiento personal. Sin un cierto grado de ego, podríamos quedarnos estancados en nuestra zona de confort y no buscar nuevas oportunidades. Es importante tener en cuenta que la ambición y la motivación deben estar equilibradas y no llevarnos a la obsesión por el éxito a expensas de nuestra salud y bienestar.

3. Resiliencia y superación

El ego puede ser una fuerza impulsora para superar los obstáculos y las adversidades en la vida. Cuando nuestro ego está bien equilibrado, nos permite mantener una actitud positiva y optimista incluso en tiempos difíciles. Nos ayuda a enfrentar los desafíos con valentía y a encontrar soluciones creativas. Un ego saludable nos permite aprender de nuestros errores y fracasos, y nos impulsa a seguir adelante con determinación. La resiliencia y la capacidad de superar las dificultades son características importantes para alcanzar el éxito en cualquier área de la vida.

El ego es un aspecto fundamental de nuestra identidad y personalidad. Aunque a menudo se le asocia con cualidades negativas, como la arrogancia y la vanidad, también tiene su lado positivo. La autoconfianza y la autoestima, la ambición y la motivación, y la resiliencia y la superación son tres aspectos positivos del ego que pueden beneficiarnos en nuestra vida diaria. Sin embargo, es importante mantener un equilibrio adecuado del ego para evitar caer en comportamientos destructivos.

* Ángel Rull, psicólogo.