Psicología

"Mi hijo no me habla": cuando las nueras se ponen en contra

El distanciamiento en las familias puede generar problemas psicológicos

familia discutiendo

familia discutiendo / 123RF

Ángel Rull

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La relación entre suegras y nueras ha sido un tema recurrente en la sociedad durante siglos. A menudo, esta relación puede ser compleja y desafiante, especialmente cuando surgen conflictos que llevan al distanciamiento entre una madre y su hijo. Y una de las situaciones más difíciles para una madre es cuando su hijo deja de hablarle debido a la influencia negativa de su nuera.

¿Qué ocurre cuando una nuera pone en contra a tu hijo?

La relación entre una madre y su hijo es una de las más profundas y significativas en la vida de ambos. Sin embargo, cuando una nuera se interpone en esa relación, puede crear una brecha emocional y de comunicación. Esto puede deberse a diferentes razones, como celos, diferencias de personalidad, desacuerdos sobre la crianza de los hijos o la falta de entendimiento mutuo.

Cuando una nuera pone en contra a un hijo, puede ejercer una influencia negativa en su percepción y opinión sobre su propia madre. La nuera puede intentar controlar la relación entre el hijo y la madre, limitando el tiempo que pasan juntos o manipulando la forma en que se comunican. Esto puede llevar a que el hijo se distancie gradualmente de su madre, evitando el contacto o incluso cortando la comunicación por completo.

Este tipo de situación puede ser especialmente dolorosa para una madre. La sensación de ser excluida o rechazada por su propio hijo puede generar una profunda tristeza y angustia emocional. Además, el conflicto entre la madre y la nuera puede afectar negativamente a toda la familia, creando tensiones y divisiones en el núcleo familiar.

¿Cómo afecta la problemática a nivel emocional a los padres?

Cuando un hijo deja de hablarle a su madre debido a la influencia de su nuera, los padres pueden experimentar una serie de emociones negativas. La tristeza, la decepción, la confusión y la sensación de pérdida son comunes en esta situación. La madre puede sentirse abandonada y cuestionar su propia valía como madre. Además, puede experimentar sentimientos de impotencia al no poder cambiar la situación y restablecer la relación con su hijo.

El padre también puede enfrentar una situación difícil. Puede encontrarse atrapado entre su esposa y su hijo, tratando de mantener un equilibrio entre ambos mientras se siente presionado por las demandas emocionales y los conflictos familiares. Esto puede generar estrés y tensión en el matrimonio, ya que la pareja puede tener opiniones divergentes sobre cómo abordar la situación.

A nivel emocional, esta problemática puede afectar la autoestima y la salud mental de los padres. Pueden experimentar síntomas de depresión, ansiedad y aislamiento social. Además, el conflicto prolongado y la falta de comunicación pueden crear un sentimiento de pérdida en la dinámica familiar, afectando negativamente la calidad de vida de todos los involucrados.

¿Qué se puede hacer para acercar posturas?

Cuando vemos que se produce un distanciamiento entre una madre y su hijo, es importante buscar estrategias para intentar resolver la situación y restaurar la comunicación y el vínculo afectivo. Independientemente de la influencia de la nuera, siempre hay estrategias que podemos intentar llevar a cabo para acercar posturas.

Esto es lo que podemos hacer:

1.     Comunicación abierta: es fundamental que los padres expresen sus sentimientos y preocupaciones de manera abierta y respetuosa. Organizar una conversación sincera y calmada puede ayudar a identificar las diferencias y buscar soluciones conjuntas.

2.     Empatía y comprensión: tanto la madre como la nuera deben intentar comprender las perspectivas y los puntos de vista de la otra persona. Practicar la empatía puede ayudar a reducir las tensiones y encontrar puntos en común.

3.     Establecer límites saludables: es importante establecer límites claros y saludables en la relación con la nuera. Estos límites deben ser respetuosos y considerar las necesidades de todos los miembros de la familia.

4.     Buscar mediación: en casos más complejos, puede ser útil buscar la ayuda de un mediador o terapeuta familiar. Un profesional neutral puede facilitar la comunicación y ayudar a las partes involucradas a encontrar soluciones y reconciliación.

5.     Fomentar momentos de unión: los padres pueden intentar organizar actividades o eventos que promuevan la unión familiar. Celebrar cumpleaños, fiestas o vacaciones juntos puede crear espacios para reconstruir la relación y generar recuerdos compartidos.

Cuando una nuera se interpone en la relación entre una madre y su hijo, puede surgir un conflicto que lleva al distanciamiento y la falta de comunicación. Esta situación puede tener un impacto emocional significativo en los padres, generando tristeza, decepción y sentimientos de pérdida. Sin embargo, como hemos visto, existen estrategias que pueden ayudar a abordar esta problemática, como la comunicación abierta, la empatía, el establecimiento de límites saludables, la mediación y la búsqueda de momentos de unión familiar.

Es importante recordar que cada situación es única y no hay soluciones universales. Sin embargo, el deseo de restablecer la relación y el compromiso de trabajar en conjunto son fundamentales para encontrar caminos hacia la reconciliación. Al enfrentar esta dificultad, es esencial recordar que el amor y la conexión familiar pueden superar los obstáculos, y que el tiempo y la perseverancia pueden ayudar a sanar las heridas y reconstruir los lazos familiares.

* Ángel Rull, psicólogo.