Psicología

¿Puedo rebajar la autoexigencia sin caer en el conformismo? Así puedes lograrlo

El perfeccionismo puede ser una gran fuente de malestar

Trastorno Obsesivo Compulsivo

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Ángel Rull

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La autoexigencia, un rasgo social muy valorado, puede volverse extrema, llevando a la persona a la insatisfacción constante, la ansiedad y la depresión. Puede hacernos sentir que nunca estamos haciendo lo suficiente y que siempre podemos hacer más. Pero ¿qué ocurre si la rebajamos? Aquí es cuando aparece el miedo a caer en el extremo, en el conformismo. Sin embargo, hay determinadas pautas que podemos seguir para alcanzar el equilibrio.

¿Qué es la autoexigencia?

La autoexigencia es una cualidad que puede ser vista como positiva o negativa dependiendo de cómo se practique. Se refiere a la capacidad que tiene una persona de imponerse a sí misma altos estándares de excelencia en cualquier ámbito de su vida, ya sea profesional, académico o personal. Esta actitud puede llevar a un elevado nivel de rendimiento y éxito, pero también puede resultar perjudicial si se lleva al extremo.

La autoexigencia se puede entender como una forma de autodisciplina, un rasgo de personalidad que se desarrolla a través de la experiencia y el aprendizaje. Las personas autoexigentes se caracterizan por ser muy críticas consigo mismas y por tener altas expectativas de su rendimiento y de las personas que les rodean. La autoexigencia puede ser un motor que impulse a la persona a buscar la excelencia y a superar sus límites, pero también puede, como vemos, ser un factor de estrés y ansiedad si se lleva al extremo.

¿Por qué es mala la autoexigencia?

La autoexigencia puede ser mala si se convierte en una forma de perfeccionismo que lleva a la persona a ser demasiado crítica consigo misma y a sentirse insatisfecha con cualquier resultado que no alcance sus estándares imposibles. Esto puede llevar a un elevado nivel de estrés, ansiedad y frustración, que pueden afectar la salud física y mental de la persona.

El perfeccionismo puede ser especialmente perjudicial en el ámbito laboral, ya que puede llevar a la persona a trabajar más horas de lo necesario, a posponer el disfrute de la vida en favor del trabajo y a ser muy crítica con sus compañeros y subordinados. Esto puede afectar las relaciones interpersonales y la calidad de vida de la persona, que puede sentirse sola e insatisfecha a pesar de su éxito profesional.

¿Qué es el conformismo?

El conformismo es la actitud de aceptar sin cuestionar las normas, valores o estándares de la sociedad  o el ambiente en la que se vive. Es la tendencia a ajustarse a lo que se considera "normal" y no buscar más allá de los límites impuestos por la cultura y la tradición. El conformismo puede ser una forma de evitar el conflicto, de pertenecer a un grupo y de sentirse seguro en una estructura social estable. Sin embargo, también puede ser una barrera para el crecimiento personal y la búsqueda de la verdad.

El conformismo puede manifestarse en diferentes áreas de la vida, como la moda, la música, la política y la religión. Por ejemplo, muchas personas siguen las tendencias de la moda sin cuestionar si realmente les gustan o les quedan bien las prendas que usan.

¿Se puede equilibrar la autoexigencia sin caer en el conformismo?

La autoexigencia es una cualidad muy valorada en la sociedad actual. Se nos anima constantemente a dar lo mejor de nosotros mismos, a perseguir nuestros sueños y a alcanzar nuestras metas. Pero ¿qué pasa cuando la autoexigencia se convierte en un problema? ¿Cómo podemos encontrar un equilibrio entre la autoexigencia y el conformismo?

La autoexigencia se define como la tendencia a establecer altas expectativas para uno mismo y a trabajar duro para cumplirlas. En algunos casos, esto puede ser muy positivo. La autoexigencia puede impulsarnos a superarnos a nosotros mismos y a alcanzar nuestras metas más ambiciosas. Sin embargo, también puede ser muy negativa si se convierte en un rasgo dominante en nuestra personalidad.

Por otro lado, el conformismo se define como la tendencia a aceptar las cosas tal y como son sin tratar de cambiarlas. Aunque el conformismo puede ser cómodo y fácil, también puede ser muy limitante. Si nos conformamos con lo que tenemos y no nos esforzamos por mejorar, nunca alcanzaremos nuestro verdadero potencial.

Por lo tanto, es importante encontrar un equilibrio entre la autoexigencia y el conformismo. Es posible ser autoexigente sin caer en el conformismo, pero es importante tener cuidado de no caer en la trampa de la autoexigencia extrema.

Pautas para equilibrar la autoexigencia sin caer en el conformismo

La autoexigencia puede ser beneficiosa cuando se maneja adecuadamente, ya que ayuda a mejorar y alcanzar objetivos ambiciosos. Sin embargo, cuando la autoexigencia se convierte en una obsesión, puede ser perjudicial para la salud mental y física.

A continuación, vemos pautas para equilibrar la autoexigencia sin caer en el conformismo:

1.     Establece objetivos realistas: es importante establecer objetivos alcanzables y realistas que puedan ser medidos y evaluados. Esto ayuda a evitar la frustración y el desánimo cuando no se logran los objetivos.

2.     Aprende a disfrutar del proceso: en lugar de centrarse únicamente en el resultado final, es importante aprender a disfrutar del proceso y del camino que se está recorriendo para alcanzar el objetivo. Esto ayuda a mantener la motivación y a disfrutar de la vida.

3.     Aprende a aceptar los errores: los errores son parte del proceso de aprendizaje y crecimiento. En lugar de castigarse por los errores cometidos, es importante aprender de ellos y seguir adelante.

4.     Busca ayuda cuando sea necesario: cuando la autoexigencia se convierte en una obsesión, puede ser difícil salir de ese patrón de pensamiento. En estos casos, es importante buscar ayuda profesional para aprender a manejar los pensamientos y emociones negativas.

5.     Celebra los logros: es importante celebrar los logros alcanzados, por pequeños que sean. Esto ayuda a mantener la motivación y a reconocer el esfuerzo realizado para alcanzar el objetivo.

Aunque la autoexigencia puede ser beneficiosa cuando se maneja adecuadamente, también puede ser perjudicial cuando se convierte en una obsesión. Sin embargo, como hemos visto, igual de negativo sería caer en el conformismo. Sin embargo, con las pautas anteriores podemos equilibrarlo.

* Ángel Rull, psicólogo.