De las ciudades al AMB

Por qué la 'metropolitanización' de los buses desagravia a la segunda corona del área de Barcelona

La asunción de los transportes locales por el AMB subsana una carencia que llegó incluso al Tribunal Supremo

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Un bus de Sant Cugat del Vallès

Un bus de Sant Cugat del Vallès

Manuel Arenas

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Los servicios de buses urbanos de las ciudades de la segunda corona del área de Barcelona están siendo progresivamente asumidos por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) como administración supramunicipal que coordina servicios en la conurbación.

Este proceso de 'metropolitanización' de contratos de transporte urbano que se habían prorrogado tras su caducidad, un fenómeno que también se está produciendo en las concesiones para el suministro de agua, no es únicamente importante por el desbloqueo de la renovación de los servicios que presumiblemente facilitarán las nuevas licitaciones metropolitanas.

También lo es por el significado político que supone que el AMB pase a prestar de manera consistente servicios de transporte en la segunda corona metropolitana, una demarcación integrada por 18 municipios que llevaban más de una década, desde la creación del actual AMB en 2010, adoleciendo de una carencia en cuanto a transportes metropolitanos que llegó incluso al Tribunal Supremo.

Estas son las claves que explican por qué la 'metropolitanización' de los buses de las ciudades da pie al desagravio de la segunda corona metropolitana en cuanto a los servicios de transportes.

El actual proceso de 'metropolitanización'

El actual proceso de 'metropolitanización'

Aunque Sant Cugat del Vallès es la única ciudad de la segunda corona metropolitana que lo ha hecho público últimamente, no es sin embargo el único municipio que dialoga con el AMB para hacer efectiva la 'metropolitanización' de su servicio local de buses urbanos tras haberlo ejectutado anómalamente desde su caducidad a través de prórrogas contractuales.

Tal y como ha publicado EL PERIÓDICO, fuentes del AMB confirman que, además de Sant Cugat, también se hallan en vías de traspasar la gestión de sus buses otras seis urbes del área metropolitana de Barcelona: Barberà del Vallès, Castellbisbal, Cerdanyola del Vallès, Corbera de Llobregat, Ripollet y Torrelles de Llobregat.

En cuanto al reparto de financiación del servicio entre ayuntamientos y AMB, fuentes de la administración metropolitana confirman que los convenios entre consistorios y el AMB estipulan una cofinanciación en la cual las ciudades aportan aproximadamente un tercio del contrato total, relativo a las inversiones en mejoras de los servicios, y el AMB los dos tercios restantes. Esta fórmula está ya vigente en ciudades de la segunda corona metropolitana que ya han hecho efectivo el traspaso del servicio de buses al AMB: Cervelló, El Papiol, Molins de Rei, Sant Vicenç dels Horts y Pallejà.

Quedará por ver lo que ocurre en las ciudades de la segunda corona restantes: Sant Andreu de la Barca, Badia del Vallès, Sant Climent de Llobregat, la Palma de Cervelló, Santa Coloma de Cervelló y Begues.

El propio AMB reconoció el agravio ante el Tribunal Supremo

El propio AMB reconoció el agravio ante el Tribunal Supremo

El agravio comparativo de la segunda corona metropolitana con respecto a la primera en cuanto al servicio de transportes que presta en las ciudades el AMB no ha sido precisamente un secreto hasta la fecha. Tanto es así que el propio AMB lo reconoció ante el Tribunal Supremo.

Quedó constancia de ello en una sentencia del Tribunal Supremo del 10 de marzo del 2022, en la que el Alto Tribunal ratificó una primera sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya que, a su vez, anulaba una disposición transitoria de la Ordenanza Fiscal del Tributo Metropolitano, la cual eximía del pago del impuesto a las ciudades de la segunda corona metropolitana por no prestarse en ellas un servicio de transportes análogo al que se prestaba en los municipios de la primera corona.

Esta exención se explicitaba en la citada ordenanza metropolitana del 2018. Para defender su aplicación, el AMB argumentó que, hasta que los contratos de transportes de los 18 municipios de la segunda corona metropolitana no finalizasen, "el nivel de servicios (estándares de calidad, regularidad...) es notablemente inferior al que reciben los 18 municipios de la primera corona metropolitana", reza la resolución judicial. Las 18 ciudades de la primera corona fueron las que anteriormente estuvieron incluidas en la extinta Entidad Metropolitana del Transporte, que quedó integrada en el AMB.

Fue así como la defensa del AMB trató de convencer a los jueces del Tribunal Supremo de que, al no poder "ejercer plenamente sus competencias en todos los municipios que la integran", la aplicación del Tributo Metropolitano en las 36 ciudades del AMB era "contraria al principio de igualdad tributaria", ya que los municipios de la segunda corona metropolitana "no reciben ningún servicio por el ente metropolitano", aducía la administración. El Tribunal Supremo, sin embargo, no compraría el argumentario metropolitano.

El equilibrio en transportes de cara al Tributo Metropolitano

El equilibrio en transportes de cara al Tributo Metropolitano

En su citada sentencia, el Tribunal Supremo acabaría fallando contra el AMB y ratificando la sentencia previa del Tribunal Superior de Justicia, que en su momento había argumentado en favor de la aplicación del Tributo Metropolitano en los 36 municipios del AMB que "el servicio de transporte de superficie es solo una de las muchas competencias del AMB", desvinculando así el impuesto —cuyo hecho imponible coincide con el del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI)— de únicamente de la prestación del servicio de transportes.

El Tribunal Supremo fijó así el criterio interpretativo de que un área metropolitana como el AMB "no puede delimitar el ámbito de aplicación territorial del recargo sobre Bienes Inmuebles", impuesto en el cual se basa el Tributo Metropolitano, "excluyendo su exacción en una serie de municipios en los que no se presta el servicio de transporte público colectivo de superficie de forma análoga o asimilable a como se presta en el resto de municipios".

Dicho de otro modo: el Alto Tribunal proponía implícitamente como solución al desequilibrio entre municipios no la exención de una parte de ellos del impuesto, sino más bien la prestación de los mismos servicios en todos ellos, algo que la actual 'metropolitanización' de los buses urbanos pretende reequilibrar.

La nota discordante de Junts en Sant Cugat

La nota discordante de Junts en Sant Cugat

La nota discordante del actual proceso de 'metropolitanización' de los buses lo puso el pasado 15 de marzo Sant Cugat del Vallès, la única ciudad de la segunda corona metropolitana de más de 50.000 habitantes y, además, la única con alcaldía de Junts (gobernando junto con ERC), liderazgo que contrasta con la tónica socialista del resto de grandes municipios metropolitanos.

Las negociaciones entre el AMB y el consistorio saltó a la palestra el pasado 15 de marzo, cuando en una beligerante rueda de prensa el Ayuntamiento de Sant Cugat se desmarcó de la discreción generalizada exigiendo a la administración metropolitana una compensación económica de unos 20 millones por haber asumido el consistorio estos años el coste del servicio.

En caso de no alcanzar acuerdo, la reclamación podría incluso llegar a los tribunales, según afirmó el alcalde Josep Maria Vallès (Junts), cuyo partido integra paradójicamente también el gobierno cuatricolor del AMB.

Una de las cuestiones que Gobierno municipal de Sant Cugat detalló fue que, en caso de llegar a los tribunales, la reclamación sería a partir del año 2010 y "la deuda se triplicaría". "La reclamación económica es aproximadamente el sumatorio de los últimos cuatro años. Este requerimiento es fundamentalmente para evitar la prescripción del contrato y asegurar la compensación económica de los cuatro años. Si el caso va más allá, exploraríamos una compensación desde el 2010", manifestó el gerente de Sant Cugat, Jordi Joly.

Por su parte, el alcalde Josep Maria Vallès (Junts) lamentó que el Ayuntamiento se encuentre en una situación de "bloqueo" en cuanto a sus buses urbanos, señalando así "falta de avances" del servicio: "No podemos incrementar las frecuencias ni renovar la flota", subrayó Vallès.

Consultadas por este diario, fuentes del AMB afirmaron que el convenio firmado con Sant Cugat sigue en vigor y, "hasta que la licitación no esté completada, según lo acordado, el Ayuntamiento gestionará el servicio y asumirá el coste". Desde el ente metropolitano apuntaron que se hallan "a la espera" de que el consistorio acepte la propuesta de un nuevo servicio y cofinanciación para iniciar "de inmediato" el proceso de licitación para que el servicio pase a ser de cobertura metropolitana.

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