El incremento de perros en la Gran Barcelona activa la transformación de los parques metropolitanos: "Debemos adaptarnos a esta realidad"

En los últimos 20 años, la tenencia de perros en Catalunya se ha multiplicado por ocho, lo que equivale a que uno de cada seis catalanes convive con perro, según datos del Col·legi de Veterinaris de Catalunya; unas cifras que para el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) se traducen en un "desafío para las administraciones públicas".

Así, este miércoles 18 de octubre, por la mañana, se ha desarrollado un encuentro en el Parc del Turonet de Cerdanyola del Vallès con técnicos de ayuntamientos pertenecientes al AMB, donde se ha presentado el Plan para la sensibilización y convivencia de perros en la red de parques metropolitanos (RPM) con el objetivo de fomentar una mayor conciencia ciudadana y de introducir cambios significativos en los parques metropolitanos.

Pulmones metropolitanos

Así lo ha explicado Isabel Martín, responsable de Calidad y Medioambiente del Servicio de Gestión de Parques y Playas del AMB, manifestando que “tanto parques como ciudades se tienen que adaptar a esta nueva realidad”.

Educación y diseño

El evento ha tenido como propósito promover buenas prácticas desde dos perspectivas clave: en primer lugar, el diseño de las áreas destinadas a los perros, abordando aspectos como la calidad, las superficies mínimas y los elementos básicos; y, en segundo lugar, el fomento acciones educativas cívicas (a través de la iniciativa Jugateca Ambiental), en colaboración con colectivos especializados en animales, en el encuentro ha participado la entidad 'perruneando'.

En esta dirección, Martín explica que el trabajo se enfoca en la gestión de los parques metropolitanos. Se recopila información de las empresas encargadas del mantenimiento de los parques, que registran las incidencias relacionadas con los perros en los parques para “identificar los parques con mayores problemas y colaborar con los ayuntamientos para abordarlos de manera efectiva”.

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Más acciones incívicas

Hasta la fecha, el AMB ha implementado una red de 29 áreas específicas para perros distribuidas (con una superficie media de 500 m²) en los 52 parques ubicados en los 34 municipios que conforman el área metropolitana.

La iniciativa va de la mano de la nueva Ley de Bienestar Animal, el nuevo decreto impulsado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 regula la relación con los perros, pero también con los gatos y otros animales de compañía.

En palabras de Dina Alsawi, responsable del servicio de Parques de la AMB, estas acciones no solo contribuirán al bienestar de las mascotas, sino que también mejorarán la calidad de vida de los ciudadanos que comparten estos espacios públicos. En esta línea, manifiesta que los conocidos 'pipicán' no son una buena solución para esta convivencia: "Debemos dar un paso más".

Por su parte, Antonio Otero (PSC), concejal de Bienestar Animal en el Ayuntamiento de Cerdanyola, explica que el aumento de mascotas ha generado una serie de desafíos cotidianos -y a su vez, más incidencias- como el incremento de excrementos en las calles y algunos incidentes relacionados con mordeduras, lo que para él subraya la importancia de abordar estos problemas: “Los espacios para las mascotas tienen que estar delimitados y la gente debe cumplir las normas”, ha reivindicado ante los medios de comunicación. 

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La ‘perfecta zona’ de recreo para perros

Los perros y sus dueños tienen necesidades especiales cuando salen a dar un paseo. En los últimos años, el AMB, en colaboración con los ayuntamientos, ha venido desarrollando áreas caninas diseñadas para ser irresistibles.

Tal y como recoge Alsawi, una zona ideal para los perros debe contar con elementos como áreas de descanso, fuentes de agua, una iluminación adecuada y, por supuesto, un espacio donde los perros puedan interactuar y explorar a su gusto.

Un ejemplo de esta visión se encuentra en el Parc de la Muntanyeta en Sant Boi, donde el AMB, a mediados de septiembre de este año, creó una nueva área para perros adyacente a la ya existente en la calle de la Muntanyeta.

Allí se instaló una valla perimetral y una zona de estancia interior con bancos, papeleras y una fuente de agua, cunetas y pequeñas motas para prevenir la erosión del terreno y mejorar la recolección de agua de lluvia. El AMB destinó unos 360.000 euros en inversiones en todo el parque.