Hábitos de vida
El hígado graso aumenta también entre menores: hasta un 10% de niños lo sufren
La afección en la población infantil está relacionada con la obesidad y la falta de ejercicio
El primer fármaco contra el hígado graso avanzado, aprobado en EEUU, desembarcará en Europa
MULTIMEDIA | Fascitis plantar: un nuevo tratamiento para la enfermedad que afecta al 10% de la población
Beatriz Pérez
Periodista
Responsable del área de sanidad/salud de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA desde 2018. En este tiempo he podido profundizar en temas de relevancia social y humana, como la pandemia de covid-19, el sistema de salud catalán, los avances médicos o las desigualdades en el acceso a la sanidad. En abril de 2024, gané la primera edición del Premi Salut i Drets Socials del Col.legi de Periodistes de Catalunya (demarcación de Tarragona).
El hígado graso, enfermedad que se caracteriza por la acumulación de grasa en este órgano, afecta cada vez más a los niños debido al incremento de la obesidad infantil. "Hay más casos de obesidad y diabetes debido a una dieta inadecuada y a la falta de ejercicio, y por eso aumentan los casos de hígado graso. Me preocupa, sobre todo, en niños y adolescentes", advierte German Soriano, jefe clínico de Hospitalización del Servicio de Patología Digestiva del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona). De hecho, entre el 3% y el 10% de los niños y adolescentes de Catalunya y España sufren hígado graso.
Según algunos estudios, la población pediátrica con obesidad tiene un 38% de probabilidades de desarrollar esta afección. Asimismo, esta patología también puede tener factores genéticos y heredarse de los padres.
Inflamación y fibrosis
Si esta enfermedad se mantiene por un largo periodo de tiempo puede producir inflamación y fibrosis (una especie de cicatrización) en el hígado. Además, la fibrosis en niños puede dañar la capacidad del hígado de controlar las infecciones, eliminar las bacterias, procesar los nutrientes y generar un fallo hepático, que en los casos más extremos requiere de un trasplante hepático.
Entre los adultos, existen dos tipos de hígado graso. El primero está causado por el alcohol. El segundo, el hígado graso metabólico, está relacionado con patologías como la obesidad, la diabetes, la hipertensión o el exceso de colesterol. EEUU acaba de aprobar el primer fármaco para el hígado graso metabólico, medicamento que próximamente estará disponible en España y en Europa. Es más frecuente, según el doctor Soriano, el hígado graso metabólico (el no alcohólico), que afecta a un 25% de españoles.
Aun así, Soriano alerta de los peligros del alcohol para el hígado. "El hígado graso por alcohol afecta a menos gente, a un 2% de la población; sin embargo, causa afecciones más graves. La mayoría de pacientes que ingresan por enfermedades hepáticas avanzadas es por alcohol", cuenta este digestólogo. El alcohol es, de hecho, la causa "más frecuente" de enfermedad hepática grave en Occidente. "Muchos pacientes –cuenta Soriano– acaban sufriendo cirrosis o incluso cáncer de hígado, enfermedades que están aumentando".
Los estilos de vida
Por contra, el hígado graso metabólico (el no alcohólico) está relacionado con la diabetes, la obesidad, el sobrepeso (que no siempre va unido a la obesidad), la hipertensión o el exceso de colesterol en sangre. "Todos estos factores están relacionados con los hábitos de vida actuales y poco saludables, como el sedentarismo o la falta de ejercicio", cuenta. Aunque ve con buenos ojos la aprobación del nuevo fármaco en EEUU, el especialista cree que lo más importante es, precisamente, "cambiar los hábitos de vida" de las personas e incidir en el deporte y en la dieta saludable. "Los pacientes con hígado graso metabólico que hacen dieta y ejercicio regular y pierden entre el 5% y el 10% de su peso ven cómo su hígado mejora mucho, incluso si sufren fibrosis", asegura Soriano.
De ahí que vea fundamental orientar la estrategia contra esta enfermedad hacia estas medidas, así como que los hospitales desarrollen programas específicos para "motivar" a los pacientes a hacer dieta y ejercicio. "En Sant Pau tenemos un programa en colaboración con otros servicios, como Endocrinología, que hace una intervención muy activa y una supervisión muy estrecha de estos pacientes para que cambien la dieta y hagan ejercicio. Y vemos cómo mejoran mucho", destaca.
Además, Soriano advierte de que el hígado graso (ya esté causado o no por el alcohol) no da síntomas. "Las enfermedades hepáticas en general no acostumbran a emitir señales hasta que están muy avanzadas. Por eso son muy importantes las campañas de prevención y de detección precoz", asegura. E insiste, también, en la importancia de que los pacientes con enfermedades hepáticas dejen el alcohol.
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