Listas de espera y poca accesibilidad

El colapso de la primaria por el covid aumenta los afiliados a mutuas privadas

La lentitud del sistema público catalán, infrafinanciado desde hace años, provoca que muchos ciudadanos recurran a las aseguradoras

Assistència sanitària

Assistència sanitària / Ricard Cugat

Beatriz Pérez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las mutuas de salud privadas de Catalunya ganaron clientes durante la pandemia de covid-19. Desde el inicio de los recortes en 2010, los seguros de salud privados han ido recibiendo las altas de ciudadanos cansados de las listas de espera y de la lentitud de la sanidad pública. A esta realidad se suma la tradición mutualista que ha habido siempre en Catalunya ha tenido siempre.

Pero otro factor es la crisis sanitaria del coronavirus, que ha absorbido la actividad de la atención primaria durante los últimos 48 meses y que ha contribuido, así, a las ganancias de las aseguradoras. En 2020, año en que estalló la pandemia, las mutuas privadas de Catalunya ganaron cerca de 49.882 clientes más, según datos de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa). Algunas como Assistència Sanitaria tuvieron, entre marzo y diciembre de 2020, un 36% más de altas en comparación al mismo periodo del año anterior. Durante el primer semestre de 2021, Assistència Sanitària ganó un 24% más de afiliados.

Según Unespa, un 31,82% de los catalanes (un total de 2.436.133 personas) tenían en 2020 (último año del ofrece cifras) un seguro privado. En 2019, era el 31,35% (2.386.251 personas). Es un porcentaje que ha ido creciendo progresivamente a lo largo de los años: en 2011, el 26,86% de los catalanes (2.025.544 personas) tenían seguro privado. Se trata de un crecimiento moderado pero constante año a año.

Catalunya, junto a Madrid, es la autonomía de España con un mayor número de asegurados en mutuas privadas. Los recortes de 2010 de la sanidad pública, que la dejaron desnuda, y después la pandemia, que dificultó aún más el acceso al sistema, han procurado beneficios económicos para las arcas de la sanidad privada. Según fuentes de Unespa (que insisten en que "la sanidad pública y privada no son rivales, sino que se complementan"), estas ganancias se deben también a que, en los últimos años, "muchas empresas han incorporado el seguro de salud para sus trabajadores como concepto retributivo complementario".

Absorbidos por el virus

Aunque en los últimos meses ha vuelto a retomar su pulso, la atención primaria ha estado cerca de dos años absorbida por el covid-19. Pese a que la pandemia también impactó en los hospitales (especialmente durante la primera oleada), sobre los centros de salud, en tanto que puerta de entrada del sistema sanitario, han recaído el grueso de los diagnósticos del covid-19 y la vacunación. No ha habido tiempo ni recursos para atender otras patologías. Y, en esta coyuntura, muchos pacientes (aquellos que pueden pagárselo) han optado por hacerse un seguro privado.

"La pandemia ha impactado sobre un sistema sanitario público que ya estaba infrafinanciado y mal gestionado. Y, claro, no ha podido dar respuesta a algunas cosas", señala Meritxell Sánchez-Amat, presidenta del Fòrum Català d'Atenció Primària (Focap) y médica de familia en el CAP Besòs. Sánchez-Amat valora como "muy negativo para el conjunto de la sociedad" que los pacientes se vayan a la sanidad privada. "Si las clases medias y altas abandonan la pública, irá perdiendo prestigio", asegura.

"Si las clases medias y altas abandonan la sanidad pública, irá perdiendo prestigio", alerta el Fòrum Català d'Atenció Primària (Focap)

Uno de los argumentos que esgrimen las mutuas privadas es el ahorro y la descarga de trabajo que suponen para el sistema público sanitario. Esta médica de familia lo rechaza. "La privada -dice Sánchez-Amat- tiende a medicalizar mucho más, a hacer más pruebas y eso repercute en más gastos y en la creación de la cultura de 'cuantas más pruebas, mejor'".

Además, según la presidenta del Focap, el crecimiento de las mutuas tiene, en concreto, un impacto negativo en la atención primaria. Una de las "supuestas mejoras" de las mutuas es que permiten el "acceso directo a los especialistas", algo que, "lejos de ser un avance para la salud, no da buenos resultados", según ella. "Lo que hace falta primero es una atención generalista. Si luego se detectan necesidades de derivación, se deriva. La primaria resuelve el 80% de los problemas de salud", apunta Sánchez-Amat. Los médicos especialistas suelen ser "más agresivos" en las pruebas diagnósticas y tratamientos, algo que en ocasiones puede resultar "perjudicial" para la población.

Infrafinanciación

Pero las mutuas privadas empezaron realmente a crecer en 2010, con el inicio de los recortes de sanidad. El nivel de inversión pre-recortes nunca se recuperó. El sindicato Metges de Catalunya (MC) ha apuntado varias veces que el presupuesto de la Generalitat destinado a la Conselleria de Salut es "el mismo que en 2010, pero 12 años más tarde". En 2010, Catalunya destinó 9.875 millones de euros a la sanidad. Este 2022, 11.244 millones. "Pero a esta cifra hay que restarle unos 1.500 que pertenecen a la factura por el covid", señala el secretario general de MC, Xavier Lleonart, quien denuncia que "la sanidad pública es cada vez más burocrática, más compleja y menos resolutiva" debido a la falta de médicos y enfermeras.

En este sentido, el 'conseller' de Salut, Josep Maria Argimon, que reconoce la "infrafinanciación crónica desde hace muchos años" del sistema sanitario público, reclama mantener los fondos estatales covid para este año. Fuentes de Salut también destacan la contratación de 600 profesionales para la primaria (los sindicatos critican que muchos son perfiles sanitarios diferentes a médicos o enfermeras, como nutricionistas o psicólogos) y la "desburocratización" de los CAP gracias a la "potenciación" del uso de La Meva Salut, entre otras medidas.

Los sindicatos advierten de que la sanidad pública va camino de la americana: "beneficencia [para pobres] y seguro privado para quien se lo pueda permitir"

"Tenemos una de las cifras más altas de toda Europa en graduados en Medicina pero, o se han ido del país, o no les renta trabajar en la pública por las malas condiciones", apunta Lleonart. Y todo esto repercute, añade, en que "cada vez más, la gente se busca mutuas". El secretario general de MC advierte de que, si no se invierte más en sanidad, Catalunya (y también España) acabará teniendo "una sanidad pública al estilo americano: beneficencia [para los pobres] y seguro privado para quien se lo pueda permitir".

La infrafinanciación de la sanidad pública es reconocida incluso desde el sector privado. "El sistema sanitario público de España es muy potente, pero está infrafinanciado. El usuario no puede hacerse pruebas cuando quiere y hay listas de espera importantes", opina Ignacio Orce, presidente de la mutua Assistència Sanitària, quien defiende que, "si no existieran entidades de seguro libre, la pública estaría aún más colapsada".

"Guerra de precios"

También el Col.legi Oficial de Metges de Barcelona (COMB) expresa su "preocupación" por el incremento de pólizas del sector privado, entre otras cosas porque eso puede ir en detrimento de la calidad asistencial. "En los últimos años se ha producido una guerra de pólizas entre compañías por ver quién ofrece las más baratas", valora el presidente del COMB, Jaume Padrós. Esto lleva a ofrecer pólizas "de 12 o 15 euros al mes", que "consolidan modelos precarizados que ponen en riesgo la calidad" del sector.

Según Padrós, la Generalitat no debe "olvidarse" del sector privado y debe por ello "regular los marcos contractuales", ya que las ofertas de algunas compañías privadas no responden a criterios de "seguridad clínica" ni de "calidad de servicios".

Suscríbete para seguir leyendo