Enfermo por la mala calidad del aire

Un asmático: "Me ahogo cuando hay picos de contaminación"

Juan José Torres, de 49 años, padece asma desde que tenía 25. Vive en Barcelona y, sobre todo en la última década, la polución ha ido haciendo mella en su salud.

Juanjo Torres

Juanjo Torres / Zowy Voeten

Beatriz Pérez

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A Juanjo Torres, de 49 años, algún neumólogo le recomendó irse a vivir fuera de Barcelona. Es asmático desde que tenía 25 años pero, en los últimos ocho, ha sufrido con más intensidad crisis de broncoespasmos. "Si pudiera elegir, viviría en el campo", cuenta este empresario que, por razones de trabajo, no puede abandonar la ciudad. Vive en la plaza de Tetuán, en el Eixample, una de las zonas más contaminadas de Barcelona. Lo tiene asumido: "Para un asmático esto no es lo mejor".

Torres comenzó a encontrarse mejor cuando empezó a ser tratado en la unidad del asma del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. "Me lo han mejorado mucho, pero lo que más nos afecta a los asmáticos es la polución", asegura. Cuando se producen esos episodios de contaminación en los que Barcelona se tiñe de un manto amarillento, Torres apenas puede respirar.

"No puedo ir a correr por las mañanas, como suelo hacer, y noto que los pulmones no me tiran. En cualquier ejercicio que hago, como subir escaleras, el corazón me va mucho más rápido. Y, si voy por la calle hablando por teléfono, la persona al otro lado me pregunta si estoy corriendo porque parece que me ahogo", relata este vecino de Barcelona. "No puedo ir andando a la misma velocidad a la que voy habitualmente", añade.

¿Qué hace entonces? "Pues lo que puedo, aflojar el ritmo". Si hace deporte, baja la intensidad. Si tiene que subir cuatro plantas de escaleras, se para a descansar en la tercera. "Toda la actividad física se ve resentida", cuenta Torres.

Los asmáticos notan más el aire contaminado. "Tú no percibes que te moleste mucho la contaminación porque tus pulmones están bien. Pero los que no tenemos los bronquios bien enseguida nos vemos afectados".

Mejor en el confinamiento

Los médicos le insisten a este hombre que la polución no es buena para su enfermedad. De hecho, Torres recuerda cómo durante el confinamiento domiciliario del año pasado él notó mucho la ausencia de polución, "como todos los ciudadanos de Barcelona", precisa. "Yo estuve dos meses sin pisar la calle porque, como soy asmático, no me podía arriesgar. Pero cuando nos dejaron salir a hacer deporte sí lo noté", asegura.

Tampoco la mascarilla soluciona sus problemas con la contaminación porque el cubrebocas "no ayuda a respirar". "Para un asmático llevar mascarilla por la calle es como para ti hacer deporte con mascarilla. Sí es verdad que permite que entre menos polución o ácaros, pero me quita también capacidad pulmonar".

El tratamiento para el asma de Torres es a base de corticoides. No solo le afecta la polución para su enfermedad, sino también los cambios de temperatura, como por ejemplo las olas de calor. "Pero lo que más me afecta es la contaminación", insiste.

En la unidad del asma de Sant Pau le administran una vacunación específica de última generación que ha logrado eliminar sus ingresos hospitalarios. Durante una época de su vida, Torres ingresaba cada dos meses de media. "Gracias a esto estoy mejor, pero la verdad es que no le veía la salida", concluye.

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