Orgullo de: Sabadell (3)

Josep Maria Oliver: el hombre que elevó el nombre de Sabadell hasta el cielo del universo

Confundó en los años sesenta la Agrupación Astronómica de Sabadell, entidad local que cuenta con más de 800 socios repartidos por toda España

Las instalaciones de la asociación son un ágora de encuentro social que atrae tanto a jóvenes como a gente mayor con interés por la astronomía

Josep Maria Oliver: el hombre que elevó el nombre de Sabadell hasta el cielo del universo

Josep Maria Oliver: el hombre que elevó el nombre de Sabadell hasta el cielo del universo / Jordi Cotrina

Adrià Esteban

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Si la película No mires arriba (2021) se hubiese estrenado hace sesenta años, Josep Maria Oliver (1944, Olesa de Montserrat) sería de los que hubiese ido a contracorriente. Con diez años ya enrollaba cartulinas para observar las estrellas y a los trece un profesor de Física le ayudó a construir su primer ‘telescopio’.

“En el colegio, cuando se trataban las Ciencias o la Meteorología, me gustaba mucho. Y eso diría que es prácticamente innato porque en la familia no tenemos ningún antecedente”, señala Oliver.

Siendo todavía un pipiolo, fundó en 1960 junto con otros tres compañeros (Carles Palau, Feliu Comella y Joaquim Inglada) la Agrupación Astronómica de Sabadell (AAS) sin más pretensiones que hacer divulgación amateur sobre los cuerpos celestes del universo, asegura.

Sin embargo, a aquel grupo de mozuelos que alzaba la vista cuando caía la noche no le costó demasiado que le asignaran la etiqueta de "frikis". “Cuando empezamos, había mucho desconocimiento y a los que mirábamos la luna nos llamaban lunáticos, como si estuviésemos locos”, afirma Oliver.

Una entidad con proyección estatal

Poco a poco, la percepción social fue cambiando con el devenir de la historia. La carrera espacial entre Estados Unidos y la URSS y, sobre todo, la llegada del hombre a la luna el 16 de julio de 1969 acrecentó el interés general respecto a lo que acontecía en la Vía Láctea. La entidad sabadellense fue engrosando su número de socios y pronto empezaron a afiliarse personas de otras partes del Vallès, de Catalunya y de España.

La Agrupación Astronómica de Sabadell fue declarada entidad pública por el Ministerio del Interior

“Empezamos como una actividad puramente local, pero hoy ya somos una agrupación de ámbito estatal”, expone Oliver. Tanto es así que, en 2006, la AAS fue declarada entidad pública por el Ministerio del Interior.

Justamente en 2006, Oliver dejó la presidencia de la agrupación. Llevaba 27 años ininterrumpidos en el cargo y otros tantos como secretario, aval que indiscutiblemente le convierten en la alma mater de la entidad. Precisamente, en 1995 ganó el Premi Tenacitat, el cual otorga el consistorio sabadellense en reconocimiento a su trayectoria al frente de la AAS.

A pesar de la proyección nacional, la asociación no ha olvidado su identidad local que le fue merecedora en 2010 de la Medalla de Honor de Sabadell. “Dentro del mundo astronómico, la palabra Sabadell es bien conocida, incluso me atrevería a decir que en el extranjero también”, comenta Oliver. 

Un lugar de encuentro social

Los más de 800 socios de la AAS -llegaron a superar la barrera de los 1.000 a principios de este siglo- son una de las claves de la perdurabilidad de la entidad. Buena parte de culpa tiene también la constante actividad que genera la propia agrupación: cada miércoles programan en el auditorio conferencias con invitados de prestigio; cada mes editan la revista Astrum -ahora en formato digital- de divulgación científica; y cada dos años organizan una convención en la que atraen a gente de todas las edades.

La Generalitat de Catalunya distinguió a la entidad con la Placa Narcís Monturiol al mérito científico y tecnológico

No es de extrañar, pues, que en la cocapital vallesana se hayan formado reconocidos astrofísicos como Jorge Casares. Por todo ello, la Generalitat de Catalunya les distinguió en 2003 con la Placa Narcís Monturiol al mérito científico y tecnológico.

La oscuridad del cielo nocturno del Montsec -una zona protegida oficialmente contra la contaminación lumínica que goza de la denominación internacional Starlight- ha desplazado la gran mayoría de las indagaciones de la agrupación a Àger (La Noguera), donde poseen un recinto de 5.800 m² con numerosos telescopios de última generación.

No obstante, desde las instalaciones del parque Catalunya de Sabadell también se pueden realizar observaciones nocturnas. De hecho, la sede de la AAS es hoy un lugar de encuentro social por donde pasan multitud de grupos escolares que realizan visitas guiadas o aficionados que participan en talleres de fotografía astronómica o espectroscopia. 

“Siempre he pensado que lo que me gusta a mí es bueno que la gente lo conozca”, pronuncia el expresidente de la AAS, diseñador gráfico de profesión y popular también por su vinculación en el mundo del teatro como escenógrafo. A sus 77 años, ya jubilado, pocas figuras reúnen tanto consenso de orgullo sabadellense como la historia de Oliver y la Agrupación Astronómica de Sabadell.

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