HISTORIA LOCAL

Radiografía de la lucha vecinal en Sabadell a través de cinco hitos clave

La exposición sobre la historia vecinal de Sabadell.

La exposición sobre la historia vecinal de Sabadell. / ÀLEX REBOLLO

Àlex Rebollo

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“En el barrio no había luz, ni agua, ni asfalto, ni aceras, ni siquiera un practicante para lo que sucediera”. Así describía el poeta Miguel Núñez Pedregosa la vida al norte de Sabadell en los años sesenta. Mucho ha cambiado la imagen desde entonces. Las calles están pavimentadas, todas las casas disponen de agua corriente y luz eléctrica y uno ya no tiene que ensuciarse las botas de barro cada vez que pasea por la calle.

Estas mejoras, ahora consideradas básicas e imprescindibles, son el fruto de años de reivindicaciones vecinales, una lucha que ha pasado del plano simbólico al físico a través de una exposición organizada por la Federació d’Associacions Veïnals (FAV) de Sabadell, que conmemora los 50 años de movimiento vecinal en el municipio.

Un total de diez murales de madera y poco más de dos metros de alto condensan la historia de la lucha proletaria durante la segunda mitad del siglo XX. El Centre Cívic Arraona-Els Marinals acoge la muestra durante el mes de abril, pero la exposición viaja de barrio en barrio para que todos los vecinos puedan visitarla.

1. La importancia de la inmigración

Uno de los objetivos de la exposición es reivindicar el papel de la inmigración en el desarrollo de las asociaciones vecinales. En el año 60, el número de habitantes de Sabadell (Vallès Occidental) duplicó el de los años 40, pero no había casas para todos. El alcalde Josep Marcet i Fonts había derogado el plan de viviendas de la Segunda República, así que tuvo que rectificar y crear su propio plan en 1952.

La exposición reivindica el papel de la inmigración en el desarrollo de las asociaciones vecinales

Las oleadas de migrantes se encontraron con una gran precariedad laboral y social. La mayoría eran campesinos que decidieron buscar mejor fortuna en la ciudad, después de que el franquismo acabara con cualquier posibilidad de alcanzar la reforma agraria que se planteó durante la Segunda República.

También llegaron familias de revolucionarios estigmatizados por el régimen, como es el caso de Manuel Navas, presidente de la FAV Sabadell. Ahora tiene 69 años. De porte afable, con pelo y bigote blanco, llegó a Sabadell con tan solo tres años. Su abuela había pasado quince años en la cárcel y su padre otros cinco, así que decidieron abandonar su pueblo, Torredonjimeno (Jaén), y empezar una nueva vida en Catalunya.

Navas ha sido testigo directo de la evolución del movimiento vecinal y de las transformaciones de la ciudad. Durante su juventud, vivía en una pequeña estancia con su familia que no tenía ni agua, ni luz, ni baño. “Cada vez que teníamos una necesidad… íbamos al bosque”, explica Navas.

Su caso no es único, incluso se le podría considerar un privilegiado respecto a las familias que vivían en las 208 cuevas que el Plan General de Ordenación de Sabadell contabilizaba en 1956. También, respecto a las chabolas de Torre-romeu hechas de madera, ladrillos y chapa, sin ventanas y construidas entre basura y deshechos, a las que la exposición muestra a través de un conjunto de fotografías de los años 70.

2. Desconexión entre la periferia y el centro

Gracias a los recortes de textos e imágenes de archivo, la exposición enseña cómo las malas condiciones de vida en los suburbios y la desconexión con el centro de la ciudad desencadenaron en las primeras asambleas vecinales. También tuvieron un papel relevante los curas obreros, que apostaban por favorecer y estar con los pobres. Así se gestaron las Juventudes Obreras Católicas (JOC), donde Navas militó de los 15 a los 19 años, dando así sus primeros pasos en la lucha vecinal.

En los años 50 y 70, la desconexión entre el extrarradio y el centro de la ciudad era casi total. Juan Gómez García, uno de los principales activistas del barrio de Ca n’Oriac, criticaba que “en el centro de la ciudad acostumbra a vivir el dueño o gerente de la fábrica y demás cargos públicos”.

Una protesta a la que Federació d’Associacions Veïnals de Sabadell se sigue sumando a día de hoy. “Yo todavía digo que bajo a Sabadell cuando voy al centro de la ciudad”, apunta Navas con una media sonrisa. “La desconexión entre el centro y la periferia sigue existiendo. Solamente con Toni Farrés –primer alcalde democrático de Sabadell- vimos una inclusión real de los movimientos de la periferia en los órganos de poder”, apunta el dirigente de la FAV.

3. La simbiosis del movimiento obrero y vecinal

Otro aspecto que la muestra ha querido homenajear es la importancia de los vínculos entre protestas obreras y vecinales, que formaron una oposición conjunta al régimen franquista. “El movimiento obrero de los años sesenta ya era fuerte, pero necesitaba alimentarse de los barrios para poder transmitir y amplificar su mensaje”, publicó el historiador Xavier Domènech.

La revista Can Oriach hizo de portavoz de reivindicaciones proletarias y urbanísticas

En los barrios la gente pedía mejores condiciones de vida y cuando iba al trabajo, mejores condiciones laborales, una simbiosis que favorecía a que las luchas se fortalecieran mutuamente. También tuvo un papel decisivo la revista Can Oriachfundada en 1970, sirvió como portavoz de reivindicaciones proletarias y urbanísticas de todo el cinturón suburbial.

Muchas de las primeras agrupaciones de vecinos, que todavía no tenían una actividad reivindicativa, empezaron a organizarse en la clandestinidad. Para contrarrestar el fenómeno, que crecía cada año, el franquismo creó las Asociaciones de Cabezas de Familia, unas entidades que estaban dirigidas por los alcaldes de barrio y que ofrecían cobertura legal a los vecinos, pero no tuvieron protagonismo.

4. Unión en la lucha antifranquista

Según Domènech, las protestas por la remodelación de la Gran Vía, junto con otros proyectos de obras faraónicas, es la primera gran muestra de la necesidad de coordinación entre las asociaciones de vecinos. Al poco tiempo, en el año 1974, se constituyó un secretariado provisional que terminó evolucionando en la Federació Veïnal de Sabadell, tal y como ahora se conoce.

Durante el tardofranquismo, la sociedad empezó a generar conciencia política, más allá de las reivindicaciones sociales, y empezaron a tomar protagonismo las luchas por la democracia y la libertad.

Fue en diciembre de 1975 cuando las distintas asociaciones vecinales de la ciudad difundieron un manifiesto que exigía la dimisión del consistorio franquista y su democratización. Y tan solo dos días más tarde, un total de 36 entidades reclamaban al Ayuntamiento que se pronunciara a favor de la amnistía a los presos y exiliados.

Un año después, tuvo lugar la Huelga General, una protesta que la exposición recuerda como masiva. La ciudad se paralizó y los movimientos vecinales y obreros tomaron las calles, lo que derivó meses más tarde en la dimisión del alcalde franquista Josep Borrull, quien gobernaba desde 1965.

5. Las asociaciones de vecinos en la actualidad

Junto a la muestra se ha publicado un cómic de diez páginas que busca difundir de forma pedagógica la historia del movimiento vecinal, con el objetivo de que el mensaje llegue también a la gente que no sabe o no está acostumbrada a leer. La Federació d’Associacions Veïnals de Sabadell ya ha distribuido un total de 40.000 cómics, 25.000 para los socios de las asociaciones de vecinos y los demás repartidos entre los centros cívicos e institutos.

Un cómic de 10 páginas busca difundir de forma pedagógica la historia del movimiento vecinal de Sabadell

Manuel Navas repite una y otra vez que “sería impensable una Sabadell como la de hoy sin el trabajo que ha realizado el movimiento vecinal a lo largo de todos estos años”. A raíz de la crisis y el 15M, han proliferado multitud de plataformas como la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) o la Marea Blanca con objetivos muy concretos, y se ha puesto en duda la utilidad de las asociaciones de vecinos.

“Siempre me parecerá cojonudo que los ciudadanos se organicen, del modo que sea, pero nosotros queremos recordar la importancia de las agrupaciones de vecinos. Tenemos una visión más global. Nosotros estamos en todos los barrios y somos capaces de recoger todas las demandas colectivas”, reivindica Navas mientas golpea la mesa al son de cada punto.

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