Tráfico de huérfanos y corrupción, cara oculta de las riadas del Vallès que sale a la luz 50 años después

El libro 'La riuada de Franco', editado por Lluís y Ferran Sales, desvela aspectos hasta ahora inéditos de aquellos trágicos hechos

Consecuencias de la gran riada de Terrassa, en 1962, en una imagen de archivo.

Consecuencias de la gran riada de Terrassa, en 1962, en una imagen de archivo. / periodico

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Este 25 de septiembre se cumpliómedio siglo de las riadas del Vallèsy, 50 años más tarde, una investigación ha sacado a la luzcasos de corrupciónen la gestión de las donaciones y episodios oscuros, comoniños huérfanos entregados en adopción.

Lo ponen de manifiesto el periodista Ferran Sales, que fue voluntario en Sabadell durante la catástrofe, y su hijo, el historiador Lluís Sales, en el libro'La riuada de Franco'(Pagès Editors), que por vez primera recopila, con la documentación que lo prueba, las "pugnas políticas, propaganda y corrupción" que hay detrás de la catástrofe.

Ferran Sales ha explicado que "se ha hablado hasta ahora de la memoria de las víctimas, de las consecuencias del mal urbanismo, la miseria de los afectados y del fenómeno meteorológico, pero no sobre cómo el régimen utilizó la riada" para legitimarse a través de una estrategia comunicativa liderada por el ministro de Información y Turismo,Manuel Fraga.

Para el periodista, la peor cara de esta historia fueron los niños robados: "El gobernador civil de Barcelona recibió cartas de sus homólogos de toda España que le pedían niños. En un caso,uno con ojos azules. Las Hermandades Combatientes le pidieron 10 niños y hemos localizado la historia de una niña de Sant Cugat y que fue trasladada a Alemania" para ser entregada en adopción a escondidas.

Otra irregularidad es que "en el mercado de las Glòries, se pusieron a la venta colchones que habían donado para los damnificados. Los hechos se denunciaron pero la investigación se frenó".

OPACIDAD EN LAS DONACIONES 

Las donaciones de empresas y ciudadanos superaron los 200 millones de pesetas sólo en la provincia de Barcelona, gracias a maratones benéficas como las que hizoJoaquín Soler Serrano en Radio Barcelona.

Las cuantiosas donaciones las gestionó directamente el Gobierno español, y actas oficiales como las de la Diputación de Barcelona ponen de manifiesto el malestar que había en sectores del régimen por la arbitrariedad del reparto.

Según Sales, con las donaciones para ayuda a los damnificados se pagaron indemnizaciones, que se distribuyeron de forma opaca: "Hay personas que están inscritas dos veces o con los apellidos invertidos en las listas de damnificados", y una mujer que perdió marido e hijo en la riada de Terrassa nunca recibió un piso de protección oficial pese que el propio Franco así lo prometió.

Franco adoptó a todas las localidades afectadas,el régimen se volcó en la zonacon la visita de un gran número de autoridades, y el dictador lo hizo en dos ocasiones: el 2 de octubre de 1962 y el 18 de junio de 1963.

DEPURACIONES POLITICAS

Otra consecuencia fue a nivel político. Un ejemplo: elalcalde de Rubí, Miquel Rufé, fue "purgado"porque se negó a que los 'scouts' que acudieron como voluntarios se vistiesen con la camisa azul falangista, y además permitió que en el semanario local se informase de la tragedia en profundidad.

Desde el exilio, hubo movilización para aportar recursos que se hizo a través de Montserrat, liderada desde Francia por el presidente de la Generalitat exiliado Josep Tarradellas: la riada también fue el origen de la primera reunión entre él y el abad Aureli Maria Escarré.

Han pasado 50 años de las riadas en el Vallès, pero algunos hechos que tuvieran lugar entonces tienen aún que ser descubiertos. Des de ahora, con este libro 'La riuada de Franco', un poco menos.