Alerta en las costas

Aumentan los ataques de tiburón en Nueva York: "Debemos aprender a convivir de forma segura"

Los expertos advierten de que la mayor presencia de esta especie es positiva para el ecosistema

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playa nueva york cerrada

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El reciente ataque de un tiburón a una bañista de 65 años, el primero de gravedad en los últimos 70 años, ha encendido las alarmas sobre la creciente presencia de estos animales en la costa neoyorquina. Durante este verano, se han reportado cinco casos solo en Nueva York y se da por hecho de que hay muchos más ejemplares en las playas. Es indudable que las mordeduras de tiburón son, por supuesto, aterradoras. Sin embargo, lejos de pretender que cunda el pánico, los especialistas insisten en que en realidad hay un puñado de buenas noticias tras estos sucesos: su presencia, insisten, es positiva como síntoma —las aguas son más limpias y hay más peces que pueden hacer servir de alimentación— y también para el ecosistema, aunque signifique que los humanos debamos aprender a convivir con ellos.

La presencia de tiburones en las costas, aunque se considera como un buen indicador medioambiental, también preocupa por su impacto en los humanos. Este lunes, 7 de agosto, por ejemplo, los socorristas tuvieron que practicar un torniquete de emergencia para salvar la vida de una mujer en la playa de Rockaway, en Queens. El animal había arrancado algo más de 9 kg (20 libras) de la pierna de la bañista, según medios locales. Las autoridades médicas detallaron que ingresó en estado grave pero estable en el hospital del condado. La playa acabó clausurada.

Cinco ataques este verano

El resto de bañistas abandonaron el agua inmediatamente, mientras la policía buscaba rastros de tiburones en la zona. No fue el primer aviso del verano. Un mes antes, durante el fin de semana del 4 de julio, cuatro personas habían reportado cuatro ataques de estos animales.

El primero ocurrió el lunes 3 por la mañana. Un surfista de 15 años fue ingresado con heridas leves, tras sufrir mordiscos en el talón y los dedos del pie. Horas después, una adolescente de la misma edad recibía tres puntos por heridas supuestamente de tiburón. Al día siguiente, dos hombres fueron atacados, el primero en la playa de Quogue Village y el segundo en Fire Island. El año pasado ya% se reportaron ocho ataques, cifra récord en décadas. Antes de 2022, ningún año se registraron más de dos mordeduras de tiburón.

Señal de un ecosistema sano

El aumento de la especie es una realidad. "Hay más tiburones ahora que hace cinco o diez años", explica Tobey Curtis, especialista en gestión pesquera del Servicio Nacional de Pesca Marina de los Estados Unidos. Esto, según Benji Jones, periodista medioambiental e investigador de fauna, es intencionado, e incluso beneficioso.

Diferentes ambientólogos concuerdan con Jones en un artículo para Vox, un portal de noticias norteamericanos especializados en política, medioambiente e inteligencia artificial. Chris Paparo, experto en tiburones en la Universidad de Stony Brook, apunta a que es "una señal de un ecosistema sano", conseguido gracias a una exitosa conservación.

Regulaciones

En todo el mundo, la población de tiburones se ha reducido en un 70% en los últimos 50 años, sobre todo por la pesca industrial, que no solo los mata directamente sino que reduce su alimento. En este sentido, Estados Unidos ha impuesto regulaciones en el sector de la pesca para conservar tanto a los tiburones como a sus presas. Aguas más limpias, tanto en ríos como en mares, normas sobre la pesca y protección de la especie. Nueva York, por tanto, ha conseguido su objetivo. "Hay más tiburones, por diseño", afirma el autor.

De hecho, la pérdida de esta especie es peligrosa para el ecosistema y para toda la cadena alimentaria. Provoca la disminución de los arrecifes de coral y de los lechos de pastos marinos%, según Oceana, oenegé que trabaja en la conservación marina. Así que su recuperación es una buena noticia para el medio ambiente y la fauna. Sin embargo, eso significa, insisten, en que los humanos tendremos que aprender a convivir con ellos "de forma segura".

Nadar con tiburones

Los ataques de tiburón, no obstante, siguen siendo extremadamente inusuales, y casi siempre por accidente. Los mordiscos a personas suelen ser resultado de confusión, ya sea porque piensan que una pierna es vida marina, o porque chocan contra un humano mientras intentan morder un pez. Gavin Naylor, investigador de tiburones de la Universidad de Florida, también señala que si los humanos hacen mucho ruido, pueden emitir señales parecidas a las emitidas por bancos de peces. Los tiburones, que se orientan en parte por señales eléctricas, se pueden llegar a equivocar.

Jones comparte cuatro reglas para evitar ser víctima de una mordida de tiburón. En primer lugar, recomienda evitar nadar en zonas donde haya muchos peces o gente pescando. Los tiburones salen a cazar de noche, así que mejor nadar durante el día. Las aguas turbias también pueden contribuir a la confusión de estos animales. Y en cuarto lugar, bañarse siempre cuando haya un socorrista trabajando, ya que están entrenados para detectar vida marina y pueden comunicar el riesgo a los bañistas.