Elecciones catalanas

Puigdemont no tira la toalla y sugiere que el PSC facilite su investidura para que Sánchez siga como presidente

El expresident y candidato de Junts asegura estar en condiciones de formar "un Govern de obediencia netamente catalana"

Elecciones en Catalunya | Última hora de los comicios del 12-M y los datos de participación, en directo

Los gráficos clave de las elecciones catalanas del 12-M

Puigdemont, el expresident que confía en una última carambola tras perder ante Illa

Puigdemont: "Estamos en condiciones de construir un gobierno sólido de obediencia catalana y evitar elecciones"

Sara Fernández

Carlota Camps

Carlota Camps

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Junts puso toda la carne en el asador y vendió tanta épica como pudo durante los 15 días de la campaña electoral, prometiendo, ahora sí, el regreso con toda la pomposidad del expresident Carles Puigdemont y una cierta reanudación del 'procés', aunque fuera a base de pactos con el Gobierno. Pero la movilización que el partido consiguió diariamente en el "mitinódromo" de Argelers, nombre con el que el propio Puigdemont bautizó el pabellón de este municipio francés, no se ha acabado de trasladar a las urnas, en unas elecciones con una participación de mínimos.

La candidatura encabezada por el expresident ha acabado el recuento con 35 escaños. Son tres diputados más que los que tenía hasta ahora y la mejora respecto los sondeos de hace unos meses --que le daban un tercer puesto y una bajada en escaños-- es significativa, pero la distancia con el PSC ha sido mucho más amplia de lo que anhelaban. Concretamenre, 7 escaños y más de seis puntos porcentuales en votos. Además, la pérdida de la mayoría absoluta independentista y la posible suma de PSC, ERC y los Comuns ha acabado de enfriar la noche electoral.

Sin embargo, Puigdemont, que fio su campaña presidencialista a un todo o nada, o ser president de nuevo o renunciar a la primera línea política, no piensa tirar la toalla. En su primera aparición ante los medios tras conocer los resultados, el candidato de Junts ha asegurado que es posible un Govern "de obediencia netamente catalana" y ha instado a ERC, que puede tener la llave de la gobernabilidad, a "rehacer puentes" y a no permitir un tripartito, una opción que considera que sería "mala para el país".

Así, Puigdemont ya ha empezado esta misma noche a enseñar qué cartas que jugará en los próximos días. Una partida para la que necesitará, obligatoriamente, la connivencia del ganador de las elecciones, el PSC.

Aunque no lo ha explicitado de forma concluyente, Puigdemont sí ha aludido al hecho de que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno sin haber ganado las elecciones y con una distancia significativa respecto el popular Alberto Núñez Feijóo. Una referencia con la que ha dado a entender que condicionará el apoyo de sus 7 escaños en el Congreso a que el PSC le permita volver a la Generalitat.

Victoria frente ERC

Puigdemont ha conseguido uno de los objetivos que se había marcado este 12M, el de resolver el empate técnico con ERC que ha protagonizado los últimos años. Lo ha hecho sacando rédito del desgaste de los republicanos en un Govern en solitario con solo 33 escaños. Un Ejecutivo en minoría al que justamente les abocó Junts, con su salida en octubre de 2022, y del que los posconvergentes no se han resentido.

Sin embargo, el expresident no ha conseguido el reto más importante, el de superar al PSC, a pesar de las llamadas de los últimos días a la movilización y la petición de concentrar el voto independentista en su candidatura. Puigdemont ya fue candidato en las elecciones al Parlament de 2017 y 2021, aunque en esta última ocasión ya se dio por hecho desde el inicio, a diferencia de ahora, que la candidata efectiva era Laura Borràs. La primera vez quedó por detrás de Ciutadans, mientras que en la segunda cedió ante PSC y también ERC, con 32 escaños y un 20% de los votos. 

Puigdemont ha calificado su resultado de "meritorio", pero ha reconocido que no ha sido "suficiente para ganar ni compensar la pérdida de votos y escaños de las otras dos candidaturas" independentistas, en referencia a las marcas de ERC (20) y la CUP (4). El líder de Junts ha atribuido la caída a la "desunión" del movimiento y a la falta de "estrategia" común, pero también a la "movilización del unionismo", algo que ha atribuido a la "estrategia de españolización" de los comicios por parte de Pedro Sánchez, con su amago de dimisión.

Todo ello en una jornada muy marcada por el caos en Rodalies, que ha dejado prácticamente sin trenes a toda Catalunya, una afectación que, además, se mantendrá este lunes. Puigdemont, que ha pedido sin éxito a la Junta Electoral alargar la jornada para garantizar el voto de todos los electores, ha criticado que no les hayan dado la razón y, aprovechando la situación, ha asegurado que Catalunya no puede estar liderada "por el partido responsable de este caos".

Victoria en Girona y Lleida

Con todo, Junts ha conseguido la primera posición en las provincias de Girona y Lleida, pero se le han resistido circunscripciones más pobladas, Barcelona y Tarragona, donde ha quedado por detrás del PSC de Salvador Illa. Sin embargo, ha logrado mejorar resultados en las dos, ganando dos escaños por Barcelona y uno por Tarragona.

En la capital catalana, también han ganado los socialistas. A pesar de que hace justo un año el posconvergente Xavier Trias consiguió la primera posición, en estas elecciones han quedado 8 puntos porcentuales por detrás. Puigdemont sí ha ganado en Girona, ciudad de la que fue alcalde, mientras que ha quedado segundo en el municipio de Lleida y tercero en Tarragona, por detrás del PSC y también del PP.

El área metropolitana, como era previsible, se ha tintado mayoritariamente de rojo. Junts solo ha ganado en dos de los 36 municipios que la conforman, Sant Cugat del Vallès y Tiana. En el conjunto de Catalunya, los posconvergentes han conseguido la victoria en más de 700 municipios y en 30 de las 42 comarcas, mayoritariamente las del interior.