Menús del día

Come por menos de 9 euros en Barcelona

¿Santuarios de la cocina tradicional a precio de ganga? Sí, es posible: primero, segundo, postre, pan y bebida por 8,75 euros

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Albóndigas con chipirones, sepia y patatas fritas caseras del Olimpiada 92.

Albóndigas con chipirones, sepia y patatas fritas caseras del Olimpiada 92. / O. B.

Òscar Broc

Òscar Broc

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Si hablamos de comer fuera, ¿hasta dónde se puede apretar uno el cinturón en estos tiempos inciertos? En una Barcelona cada vez más cara y enfocada al turismo, cualquiera podría pensar que es imposible comer caliente en un restaurante por menos de 10 €. Pero, ¿y si bajamos de las dos cifras y nos quedamos en unos utópicos 9 €? ¿Puede uno salir bien comido de un garito aferrándose a esta cifra irreal? Aguántame el cubata. 

En La Tapadera de Sant Andreu (Santponç, 48) sí, se puede. Reconforta comprobar que en Barcelona todavía existen trincheras de barrio tan alérgicas a la codicia. En este santuario de cocina tradicional, se ajustan tanto los márgenes que cualquier truco del Mago Pop te parecerá una inmensa chorrada. Llamo al restaurante para certificar que, con tanta inflación y fenómenos extraños, el célebre menú del día de la casa se mantiene en la franja de lo imposible. Y así es: por unos increíbles 8,75 euros, tienes primero, segundo, postre, pan y bebida. Pitanza completa por la mitad de lo que cuesta el nuevo libro de José Luis Rodríguez Zapatero. 

Otra de mis opciones favoritas, cuando corren épocas de vacas flacas, es un lugar que parece anclado en la década que le da nombre. Para encontrar el Olimpiada 92 (Pellaires, 1) hay que escapar del tirón gravitatorio del centro y alcanzar los confines de Poblenou. Esta casa de comidas de barrio no dispone de menú del día, de hecho basa todo su juego en una pizarra mágica que muestra los platos de la jornada, un desfile marcial de recetas reconfortantes y reconocibles para currantes con hambre lobuna. 

Lo cierto es que los precios de la mayoría de platos de Olimpiada 92 son de olimpiada y del 92. La idea es que tengas la suficiente capacidad de cálculo para combinarlos y que te salgan números de ganga. En mi última visita, por ejemplo, podría haberme comido unos grelos con patatas (3,50 €) y unos canelones (4 €) por menos de 8 monedas de euro. Lo más sorprendente es la calidad que ofrecen por unas cifras tan bajas. No busques uramakis de fresa, en este noble garito manda la cocina tradicional, el guiso, el cerdo, la carne… Y me consta que sus callos tienen fanáticos radicales. Todavía recuerdo vívidamente el platazo de albóndigas con chipirones, sepia y patatas fritas caseras que me pusieron una fría mañana de invierno. Cómo tocar la felicidad por 6 €. Los milagros existen, incluso por debajo de las dos cifras.