El bocadillo italiano de Sant Jordi que tienes que comer el 23 de abril

Los bocadillos italianos son la moda más visible de la selva gastro barcelonesa. No hay día que no aparezca un restaurante dedicado a este manjar. Uno de los más nuevos se encuentra justo delante de los cines Mooby Aribau, en pleno centro de Barcelona. Se llama Gigi Focacceria (Aribau, 9) y es el proyecto del catalán (con sangre mallorquina) Toni Suau, un enamorado de la cocina italiana que ha querido aportar al tablero de juego su visión del entrepán transalpino.

En este pequeño rincón, las piezas de focaccia de masa madre y AOVE se hornean a 500 grados a llama viva para que adquieran un caparazón crujiente y tostadito, amén de una miga esponjosa. Tienen forma redonda y contienen con eficacia los embutidos y productos italianos que importa la casa, y las salsas de elaboración propia (ricas). 

Gigi bautiza sus creaciones con nombres de grandes pintores italianos. El Michelangelo, “Michi”, carga con porchetta de Ariccia, provola ahumada, cebolla caramelizada y rúcula. No obstante, su panino más triunfador es el dedicado a Artemisa Gentileschi. Se llama Arte y lleva mortadela, stracciatella, pesto de pistacho, pìstachos enteros y rúcula. Es como ver 'Ripley' a doble velocidad. Está para pintarle un cuadro. 

Además, dado que tiene raíces catalanas, Gigi quiere celebrar el día de Sant Jordi a su manera, añadiendo un bocadillo especial a la suma libro + rosa. Su propuesta para el 23 de abril se llama Gió, emplea la focaccia recién horneada de la casa, y ofrece una mezcla explosiva de ingredientes: salsa romesco, cebolla caramelizada, rúcula y generosas cantidades de fina pancetta, un embutido curado espectacular que también calientan para que suelte jugos. Buena alternativa italiana, con aires de calçot, para tus avituallamientos en un día tan exigente: visca San Giorgio! 

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