Los nuevos 'hot spots' de Barcelona que necesitas descubrir esta primavera

Llega el buen tiempo y se disparan las ganazas de salir y conocer sitios nuevos. ¿Quieres producto fresco para tu Instagram? ¿Quieres descubrir a tus colegas las novedades que más queman? Pues aquí tienes 10 restaurantes recién salidos del horno que piden a gritos convertirse en los 'hot spots' barceloneses de esta primavera. Tempura, carne, tapas, delicias indias, vermut italiano, vinos naturales, bikinis… He aquí los auténticos 'spring breakers' de Barcelona. 

1. Pakora o nunca

Cantina india

Después de los exitosos The Fish & Chips Shop y Baby Jalebi, los hermanos Alam presentan en Poblenou otra vuelta de tuerca a la cocina india que dará que hablar. Se llama Achaar (Pere IV, 89), abrió a principios de marzo, y se desmarca de sus hermanos merced a una original combinación de vinos naturales y cocina india de verdad (el chef es del Punjab).

Con un look industrial que se mimetiza con el alma del barrio, Achaar es una ducha caliente para espíritu y estómago. En esta moderna cantina, triunfa un butter chicken colosal (el mejor que he probado junto al de Mirch), una costilla de cordero al tandoor mágica, unas frituras memorables de ocra o en forma de pakoras, unos encurtidos caseros potentísimos, un pan naan recién hecho del que no te cansas…, platos sabrosos y reconfortantes que, en contacto con los vinos naturales de la casa (qué rico ese Roig Boig), adquieren una nueva dimensión. Muy, muy top.  

2. Brasas y estrellas

Nuevo asador top

¿Asador de lujo? Yo digo que sí. Erre & Urrechu (Diagonal 661 - 671) aspira a la excelencia y no juega con precios populares. En este nuevo espacio, capitaneado por el sensei parrillero Íñigo Urrechu y ubicado en el hotel Torre Melina Gran Meliá, el producto es de altos vuelos. Y el equipo de cocina también. Las brasas acaparan los flashes en una carta en la que centellean las carnes, de distintas razas y maduraciones.

Mi entrecot tiene más subidones que las sesiones de DJ Coco en el Primavera Sound: está perfecto, en su punto ideal, y se nos echa encima flanqueado por guarniciones de escándalo, como el edamame con setas, las chalotas al vino o la bearnesa. Pero no todo es brasa en esta vida. De la freidora, saltan unas croquetas de pulpo que me activan el lagrimal: saben a octópodo, explotan en mi boca, son puro entusiasmo. Y sigo con gemas talladas en la cocina: el brioche con centolla y fricandó (buah), la ensalada de bogavante (uf), los huevos fritos trufados (oh). A partir de hoy, primavera se escribe con erre.

3. La viña del Raval

Platillos con sustancia

Avalado por el éxito de My Fucking Restaurant, el chef Matteo Bertozzi se embarca en una nueva cruzada, también en el Raval. Su nuevo hijo se llama Assalto (Nou de la Rambla, 44) y es un bar de vinos en el que se bebe muy bien…, y se come casi mejor. Bertozzi se vuelve loco y sus manos dibujan unos platillos de línea clara y elegancia salvaje.

El espinazo de la carta es mediterráneo, pero las musas vienen muchas veces de Asia. El cocinero italiano excita al visitante con sus juguetes 'slow food': una ensaladilla de gamba roja apoteósica, una berenjena con kimchi muy loca, una lubina en adobo granadino de traca, una versión italiana del pan con tomate que pa qué, una ostra frita de gritar… Y lo mejor es que Bertozzi ha acumulado en la bodega una de las colecciones de vinos naturales más alucinantes de Barcelona. Abrió hace tres meses: corre, antes de que te lo cuenten. 

4. Juventud y tradición

De toda la vida

Cuando se hacen las cosas bien, suele haber recompensa. A Bar Bocata (Travessera de Gràcia, 88) la recompensa le ha llegado rápido, pues apenas lleva 3 meses en danza. No obstante, su éxito es tan merecido ahora, como predecible el día que abrieron. A pesar de la juventud de su equipo, en el Bocata se respeta y se trabaja la tradición. Platillos y tapas reconocibles, no muchos, pero endiabladamente bien ejecutados. Estaba cantado que con esa tortilla de patatas (de las mejores de BCN), con esos garbanzos con butifarra, con ese pimiento rojo escalivado y con ese cap i pota, no le irían nada mal las cosas a esta casa de comidas 2.0. Ahora que lo pienso, se llama Bocata y todavía no he probado sus famosos entrepanes: habrá que volver.  

5. Tempura deluxe

Barra japonesa 

Merikenko (Sèneca, 28) tiene todos los boletos para convertirse en la niña de los ojos de gourmets y buscadores de novedades candentes. El novísimo proyecto de Kenji Ueno (Can Kenji, Aiueno, Sato i Tanaka) es una simple barra japonesa en la que se despliegan dos menús degustación: 52 y 62 euros. Se impone la tempura de pescado, marisco y verduras en su formato más delicado y detallista, sin duda alguna la especialidad de la casa. La gamba tempurizada (testa incluida) es el icono más llamativo de su heráldica, pero el inevitable apartado de nigiris es el alza que te ayudará a tocar el cielo con la punta de la lengua. Huele a 'hot spot' a kilómetros.   

6. Triángulo amoroso

Bikinis de autor

Joan Gurguí, el rey del bikini de autor de Barcelona, acaba de inaugurar un flamante espacio en Passeig de Sant Joan, 60, una arteria en la que parecía imposible encontrar buenos planchados. Hace 5 años, Gurguí abrió un pequeño rincón de bikinis en el Mercat del Ninot; hoy cuenta con un restaurante en la zona alta y no hace ni tres semanas que inauguró el buque insignia de la familia, un espacio agradable y diáfano con vistas al paseo de Sant Joan, buen café de especialidad, vinos y cócteles.

Pero el gancho de La Bikineria, por supuesto, son los bikinis gourmet con toques de autor que salen de la mente de Gurguí; triángulos de pan de molde tramezzino, crujientes, golosos, con todos los ingredientes bailando en perfecto equilibrio y disponibles todo el santo día. Pregunta por su bikini efímero de temporada, si buscas emociones fuertes. 

7. El rey del Born

Bombo y platillo

Siempre que paso por delante, está más lleno que el cercanías de Bangladesh. Con tan solo seis meses de vida, el Bar Pimentel (Carders, 11) se puede considerar un triunfo. El triunfo de la cocina mediterránea dosificada en forma de tapas y platillos. El triunfo de una carta reconocible y juguetona que funciona y presenta 'hits' inapelables, como el calamar con salsa de kimchi, el parmentier con huevo poché y torrezno, o el muy reivindicable cheesecake de ‘mató’.

Cocina de toda la vida con un twist, en un bar con encanto. En un barrio al borde del abismo de la gentrificación, la ensaladilla rusa, las croquetas de ibérico y el canelón de pollo del Pimentel parecen un madero en pleno naufragio. Salvados. 

8. Vermut a la italiana

Amaro en tiempos revueltos

Siete meses de vida y ya ha enamorado a incontables gourmets. Benditto (Bailèn, 158) es una vermutería italiano-catalana que no le teme a la práctica del vermut cuando cae la noche. De ahí que cuente con unas 15 referencias de vermuts de allí y de aquí: si te va la marcha, atrévete con el de sake de Lleida. No faltan los amaros, ni los vinos de Italia, obvio, y han pensado en la cofradía del tardeo, pues también ofrecen distintas opciones de Spritz y cócteles con vermut. Y en este oleaje de alcoholes transalpinos, flotan en libertad los platillos del extraordinario cocinero Víctor Ferrer.

Sbriciolona. Montadito de mejillones ahumados en escabeche con hinojo. Huevos con ensaladilla de buey de mar. Ricotta con olivada, anchoas, y pesto de rúcula y pistachos.... Santíguate antes de entrar, el nombre del local no es gratuito. 

Suscríbete para seguir leyendo