No sin mi birra

Ruta por los templos de la cerveza de Barcelona

Prepara los codos y pídete una birra. Estas son las mejores cervecerías de la ciudad

Bares de Barcelona donde te dan tapa gratis con la caña

Ølgod Brewpub tiene 30 grifos de cerveza.

Ølgod Brewpub tiene 30 grifos de cerveza. / Instagram

Albert Fernández

Albert Fernández

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Que arda el mundo, pero tú pide otra caña bien fresca. La enorme caída en la producción de lúpulo provocada por el aumento de temperaturas y la falta de lluvia hace temblar la alquimia cervecera, con riesgo de alterar su sabor y su precio. Un mundo sin cerveza es el peor apocalipsis imaginable: da más miedo que ver a tu cuñado con un disfraz de Wednesday Addams por Halloween.

Así que mientras esté a nuestro alcance, no dejemos de rendir tributo a la caña mediante el ritual de lo cotidiano: alzar el dedo pidiendo una, acercar los labios al vaso sin dejar de farfullar cotilleos, dejarte un vistoso bigote de espuma y lanzar ese sonoro 'ahhh' al final del sorbo. La cerveza es el más alto elixir obrero: eleva los días, invoca a las hadas y catapulta besos. Patricio se hizo santo y tiñó de verde cada 17 de marzo al regreso de su secuestro a mano de piratas de jarras rebosantes. Osiris, dios de la agricultura y de los muertos, fue proclamado guardián de la cerveza en el Antiguo Egipto. Hoy día los mitos y leyendas en torno al zumo de cebada siguen multiplicándose: hay un bar de Badalona que quiere lograr un récord Guinness cubriendo sus paredes con etiquetas de cervezas, y cada año diversos concursos buscan la caña mejor tirada de la comarca.

Los caminos de la cerveza son inexcrutables. Tanto da su origen o condición, toda la humanidad se rinde ante este brebaje sagrado. Así que que prepara los codos y lanza un brindis por nuestra querida espumosa. Hoy hacemos una ruta por cervecerías de Barcelona como si fuera la última noche con birra en la Tierra.

1. Chorros modernos

Grifos 'hipster'

Hay veces que hay que rendirse a convenciones sociales que rezan que cierto local es 'el lugar del momento'. Ni siquiera hay que echar mano de una de las populares aplicaciones estilo RateBeer para saber que La Textil Collective (Casp, 33B) es un adictivo santuario para los fieles a la cerveza. Cuentan con fábrica de cerveza propia, y sus copiosas elaboraciones van cambiando a menudo, de manera que puedes elegir entre una amplia variedad de cervezas artesanales elaboradas allí mismo. Puedes encontrar cervezas tostadas y afrutadas, así como ipas cítricas y jugosas, pale ales estilo belga, una sour de café, otra con infusión de hibisco, y muchas más que permutan constantemente. Es una verdadera locura. En este paraíso birrero, incluso la galletas de aperitivo están hechas con la avena que sobra de la elaboración de la cerveza.

Una ipa de La Textil Collective.

Una ipa de La Textil Collective. / Instagram

Por si fuera poco, el local destila elegancia y grandeza en los más de mil m2 de lo que antiguamente fue un almacén téxtil. En función del punto del día y el espacio en que te encuentres, vas a gozar de un restaurante chic, una coctelería o esa pura barra de cervecería. La Textil congrega a masas de la humanidad a diario, así que conviene reservar mesa.

Lo que nos interesa: su barra superior te desencaja la boca con sus 22 tiradores. La cosa está dividida en tres zonas: Fácil, Hoppy y Funky, en función del grado de riesgo que apliques a tus sorbos. Resulta genial que exista la posibilidad de degustar alguna de esas variedades antes de elegir tu pinta. El problema siempre es el mismo: después de probar, sigue costando horrores elegir. Y así, con esa cara a medio camino entre la euforia birrera y la estupefacción rural, no hay manera de pasar por 'cool' entre tanta gente moderna.


2. Ritos nórdicos

Espadas en alto

Por Odín que no vas a encontrar mejor enclave para chocar jarras y dibujar tu mejor sonrisa fermentada que Ølgod Brewpub (Hospital, 74). Este local a medio camino entre la imaginería vikinga y la pulcritud de los mejores pubs alemanes es ideal para emprender aventuras burbujeantes. Sus cervezas artesanales de Km 0 traen ecos de 'El anillo de los Nibelungos' a tu cabeza, aunque en realidad suenan punteos nerviosos de los Strokes. El contraste entre lo lírico y lo 'indie' está servido, mientras las pupilas recorren ávidamente las baldosas blancas de las que emergen como antiguas promesas 30 grifos de cerveza. Disponen incluso de más opciones en lata y botella.

una Pale Ale de Ølgod Brewpub.

Una Pale Ale de Ølgod Brewpub. / Instagram

Puedes dejarte guiar por el confiado personal y buscar el mejor destino para tu paladar escogiendo entre media pinta (4-4,5€) y pinta (7-9€). También puedes probar con una degustación a un precio más asequible, afilando al máximo tus papilas gustativas. Aquí no hay ipas, pero hacer un recorrido por las variedades de su producción local te hace vislumbrar la gloria de alcanzar el Valhalla.

El hermano pequeño de este local del Raval es Kælderkold Craft Beer Bar (Cardenal Casañas, 7) La saga nórdica se extiende hasta el Gótico en este bar de cervezas artesanales que manan de 17 glorisosos surtidores y un ambiente vikingo del todo estimulante.

Grifos a granel, exposiciones de arte, un billar, eventos cerveceros y decibelios emergiendo de los altavoces mientras se templa tu pinta y echas a un lado tu espada. Estas tabernas te hacen sentir como si estuvieras en un banquete de Asgard.


3. Clásicos atrevidos

Espumosa militancia

Nos gusta lo de aquí, la gente local que habla tu idioma y lleva tiempo dedicándole cariño al milagro del lúpulo. Sin ir más lejos, La Cervesera Artesana (Sant Agustí, 14) lleva desde 1996 siendo un refugio de confianza para los apasionados de la cerveza. Sus paredes de tocho, los muebles de madera y esas calderas de latón que traen a nuestra mesa cervezas de varios rincones del mundo convierten las veladas en festivales. En la primera microcervecería de Barcelona puedes beber, pero también puedes ver cómo se elabora este oro líquido.

Maridaje de La cervecera artesana.

Maridaje de La cervesera artesana. / .

En este club cervecero del Eixample facturan más de 25 estilos diferentes de cerveza, con idea tan díscolas como sabores de menta o setas. Además disponen de más de 100 variedades importadas de todas partes del mundo. Ni que decir tiene que organizan todo tipo de catas y experiencias alrededor de la copa.

También van a darte mucho cariño en La Bona Pinta (Diputació, 433), un rincón agradable de trato estupendo y buenos precios, con 7 tiradores que siempre van cambiando. Cerca de la Sagrada Familia, La Cerveseria Clandestina (Córcega, 611) propone un ambiente familiar con más de 10 tiradores, alrededor de 50 cervezas de importación y un simpático ranking de cervezas con los logos estupendamente dibujados a tiza. Te chivo dos ilustres más y las descubres tú: Homo Sibaris (Plaza Osca, 3) y Cerveseria Jazz (Margarit, 43).


4. Fantasía mexicana

Michelada Team

Un respiro, que no todo el mundo aguanta ciertas amarguras, por fascinantes que sean. Hay quien le gusta dejarse engatusar por el chispeante duente de la cevada, pero prefiere sabores más juguetones, un poco de fantasía. Si disfrutas las cervezas suaves de cuerpo grácil y sensuales aromas cítricos, México es tu región. Y en este juego, la michelada es la reina. Como sientes devoción por este gracioso combinado de cerveza, zumo de limón, sal y salsa picante, te lo vas a pasar bomba en La Chula Cerveceria Mexicana (Rosselló, 483). Su robusta poción de clamato y cervezas mexicanas eriza la piel y dispara carcajadas. Es pura gustera.

Michelada de La Chula.

Michelada de La Chula. / Instagram

En La Chula el ambiente de neón y focos rojizos afloja las seriedadas y afila complicidades. Y además tienen terraza para tomar el aire después de esos nachos y el ceviche. Si quieres seguir a la conquista del imperio azteca, puedes menear tu michelada al ritmo de la música en Gringa (Lleialtat,16), o buscar nuevas explosiones de sabores con las superlativas margaritas y micheladas de El Pachuco (Sant Pau, 110). Ojo, siempre acompañadas de tacos.


5. Grandes maestros

La vuelta al mundo

Vamos en busca de los grandes templos cerveceros del momento. En Barcelona abundan y proliferan exponencialmente. Por eso hay que intentar no distraerse y dirigir los pasos de primeras a BierCab (Muntaner, 55). Este espacio gastronómico y cervecero dedica diez tiradores a la cerveza de la casa, Naparbier. El resto hasta llegar a 30 dispensadores, contiene elaboraciones inglesas y belgas, entre otras. Los bartenderes son impolutos, la oferta de platos altamente recomendable. Raro será que no repitas.

Una de las últimas incorporaciones de BierCaB.

Una de las últimas incorporaciones de BierCab. / Instagram

Acudamos a los maestros. ¿Dónde vas a buscar cerveza, cuando ansías sabores genuinos? A Bélgica, por ejemplo. En IMPRFCTO (Av. del Paral·lel, 104) saben que tratan con material sensible, pero no se las dan de importantes. El paladar cervecero se dispara, porque tienes birras trapenses, lámbicas, rojas de Flandes, de cebada de trigo o de fruta, y también ipas o stouts.

Aquí no solo es buena la cerveza, se trata de toda la experiencia: un ambiente divertido y dinámico, la decoración surrealista, buena gastronomía, más trivial, fútbol y espectáculos de música y monólogos de comedia en castellano, francés e inglés. Nos cuenta Max que la variedad que mas triunfa es la triple, unas rubias tipo belgian blond ale de 8 a 10 grados, como la Chouffe de tirador, la Karmeliet, o la Westmalle y muchas más. Es un estilo muy popular en Bélgica y aquí también tiene mucho éxito.

El otro gran refugio belga está en Les Corts. La Maison Belge Brasserie (Rambla del Brasil, 55) es un edén del lúpulo con tiradores cambiantes ambientación de bodega setentera y cordialidad ad hoc.

Otra cervecería de elaboración finísima y espacio de sobras para no chocar codos es Garage Beer Co (Consell de Cent, 261), una fábrica de espumeantes sueños que lleva desde 2015 encantando a los heraldos de la birra hasta multiplicar su imperio en 4 locales.

Nuestra gran debilidad es The Growler (Roger de Llúria, 81). En este local saneado y sencillo apelan a las cualidades nutritivas de la cerveza. Su selección insiste en cerveceras locales catalanas y nacionales punteras,  pero están encantados de tener elaboraciones craft de diferentes 'brewerys' tanto de Holanda, Bélgica y Alemania, como Suecia, Noruega, Polonia, EEUU y muchos otros países. No pueden evitar soltar anglicismos describiendo sus elixires, pero el ambiente es cercano y la parroquia goza con la selección de rock y psicodelia. Y a la hora de recogerse, un extra: en The Growler te preparan un envase de 1 litro o 2 litros para que lo goces viendo tu serie favorita en casa.


6. Gas y puntualidad

Birra o'clock

¿Qué me dices de citarte para tomar una gloriosa pinta en un local distinguido de aires victorianos, todo elevado con la rectitud de la puntualidad británica y las antiguas cortesías, para compartir mesa majestuosamente con un... perro? En BrewDog Barcelona (Casanova, 69) los perretes no solo son bienvenidos, ¡es que además organizan catas para los peludos! Imagina poder brindar con tu mejor amigo, el único que no mira el móvil sorbiendo la caña mientras le lees el último whatsapp de tu ex. Pero volvamos a la formalidad. BrewDog es un local de origen escocés, así que hay que esmerarse con el acento al pedir su Indian Pale Ale. ¿A ver cómo lo pronuncias?

Tres perros posan en BrewDog entre botellines de cerveza para canes en una cata para perros. Es postureo perruno. Ellos beben la cerveza en cuenco.

Tres perros posan en BrewDog entre botellines de cerveza para canes en una cata para perros. Es postureo perruno. Ellos beben la cerveza en cuenco. / Jordi Cotrina

En BrewDog cuentan con 20 tiradores de cerveza artesana, entre los cuales siempre incluyen un buen número de 'guest beers' para acompañar su producción propia.

Si te gusta el ambiente de pub british, puedes buscar canturreos hooligans y grandes pintas en locales tan míticos como el gigantesco pub irlandés Michael Collins (plaza de la Sagrada Família, 4) o el ruidoso y encantador The Shamrock (Tallers, 72). Son ideales para conocer gente, descubrir birras, debatir sobre el próximo campeón de la Premier League o incluso tener una entretenida cita de Tinder. Brinda y goza, pero por favor, nunca derrames ni una sola gota del manantial ámbar.

Suscríbete para seguir leyendo