Apuntes políticos de la semana

Amnistía, corrupción, crispación: ¿qué puede castigar más a PSOE y PP en las urnas?

Así están las encuestas de las elecciones en Catalunya

Así están las encuestas de las elecciones en el País Vasco

Así están las encuestas de las elecciones europeas en España y Europa

Así están las encuestas de las elecciones generales

Apuntes políticos de la semana

Apuntes políticos de la semana

Jose Rico

Jose Rico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En una semana sin Liga ni Champions, el hooliganismo se ha trasladado sin rubor alguno a las Cortes Generales. Congreso y Senado se han convertido en los rings de barro de una lucha partidista que durará, al menos, toda esta primavera electoral que acaba de comenzar. La crispación vuelve a la política española, como suele pasar una vez cada década, y emerge como el tercer vector que, junto con la amnistía y la corrupción, puede influir en los tres veredictos de las urnas que están por venir. Cabe preguntarse, pues, cuál de los tres elementos castigará más, qué partido se llevará la peor parte y quién sacará mejor tajada del bochinche general.

El goteo de encuestas que nos esperan en los próximos tres meses permitirán afinar las respuestas a estas incógnitas. Los sondeos que conocemos hasta ahora arrojan una conclusión preliminar: el perdón judicial del 'procés' no convence a los españoles, pero les preocupa bastante menos que el caso Koldo y el mal comportamiento de los políticos.

La amnistía

¿Le pasará factura electoral al PSOE la ley de amnistía? El castigo que el partido sufrió en Galicia, en las únicas urnas que se han abierto desde que la norma vio la luz, no puede achacarse a la arriesgada apuesta de Pedro Sánchez con los independentistas para asegurarse el Gobierno. El principal beneficiario de la sangría de votos socialistas fue el BNG, socio del PSOE en el Congreso y de ERC y Junts en la causa por el derecho de autodeterminación. No parece, pues, que esta sigla sirviese de refugio para ningún socialista rebotado por la amnistía. El PSE puede ser el siguiente en pagar los platos rotos en las elecciones vascas del 21 de abril, que apuntan a un duelo por la victoria entre dos opciones soberanistas: PNV y EH Bildu.

Ambas tienen en común ser también aliadas de Sánchez en Madrid y ambas podrían necesitar la ayuda de los socialistas para gobernar Euskadi, que tampoco es un territorio propicio para un voto de castigo por la amnistía. Las inesperadas elecciones catalanas del 12 de mayo demostrarán si el PSC saca provecho de la estrategia de "reconciliación" que propugna Sánchez. La reciente encuesta preelectoral del GESOP para EL PERIÓDICO reflejaba que el 43% de los votantes socialistas catalanes están en contra de la amnistía, pero que ello no afecta a las opciones de Salvador Illa de repetir victoria, incluso con mejor resultado que en 2021. El PSC es la fuerza que retiene más voto y que tiene menos indecisos, y su trasvase más significativo es hacia ERC.

La corrupción

Más nervios hay en la dirección del PSOE por la erosión que puedan generarle los trapicheos de Koldo García y el enroque de José Luis Ábalos, y el peligroso cóctel que corrupción y amnistía puedan formar de cara al examen electoral nacional del año: las europeas del 9 de junio. La corrupción penaliza más en las urnas a la izquierda que a la derecha. Basta recordar que esta lacra hizo perder las elecciones a Felipe González, pero no a Mariano Rajoy, que cayó por una moción de censura. De ahí que el PP se haya lanzado sin freno a la yugular de Sánchez y su mujer a medida que crece la amenaza de que el presunto fraude fiscal de la pareja de Isabel Díaz Ayuso, ahora ya imputado, comprometa a la presidenta de la Comunidad de Madrid.

El barómetro del CIS de este mes mostraba que la inquietud por la corrupción se ha disparado al escalar desde el puesto número 18 hasta el sexto lugar, siendo en estos momentos una preocupación para el 12,4% de los españoles, 7,5 puntos más que en febrero. Un leve consuelo: aún está muy lejos de aquel 63,8% de hace 10 años, en pleno azote del caso Gürtel, cuando era el problema número 1 para la ciudadanía. Por el contrario, la ley de amnistía y la independencia de Catalunya siguen consignando cotas mínimas de preocupación, con el 1,6% y el 1,2% respectivamente. En dicha encuesta aparecían en los puestos 33 y 36 de las inquietudes sociales.

La crispación

Los problemas económicos y el paro son hoy las principales preocupaciones de la sociedad, pero en el CIS han subido de forma significativa las inquietudes por el mal comportamiento de los políticos y por el Gobierno y los partidos. La actitud de los políticos ha pasado del 12,1% al 16,8% de preocupación en el último mes, y de la sexta a la tercera posición. Y en la cuarta plaza, el Gobierno y partidos o políticos concretos preocupan al 14,9% de los españoles, dos puntos más que en febrero. La necesidad de hacer olvidar al electorado a Koldo, a Ábalos y a los consortes de Sánchez, Ayuso y Feijóo explican el lodazal parlamentario de esta semana.

El PP repite la estrategia de 1993 y 2004 de crispar la legislatura tras un resultado electoral inesperado y ante un PSOE débil en el Gobierno por la dependencia de sus socios y la corrupción. Pero aquellos dos precedentes dieron frutos dispares para los populares en las siguientes elecciones: José María Aznar ganó porque la corrupción había minado a González, pero Mariano Rajoy tuvo que esperar dos mandatos, hasta que la crisis económica devoró a José Luis Rodríguez Zapatero. Es decir, la crispación solo le funciona a la derecha cuando la izquierda flaquea. Esta primavera librarán un nuevo (triple) combate.

Suscríbete para seguir leyendo