Elecciones gallegas

¿Qué ha pasado en las elecciones de Galicia? ¿Por qué no hubo ni vuelco de la izquierda ni marea de la derecha?

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encuestas en Galicia

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Jose Rico
Ricard Gràcia
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El PP ha dado un golpe de autoridad en su gran bastión electoral. Los populares conservan la mayoría absoluta en Galicia, la quinta consecutiva, y las izquierdas fracasan en su intento de conquistar la Xunta. Ahora bien, toda conclusión general sobre el veredicto de las urnas encierra un pero que el análisis detallado del escrutinio permite certificar. Con la digestión de los resultados todavía en marcha, ahí van algunas constataciones exprés del éxito del PP, el ascenso del BNG y el descalabro del PSOE. Y para empezar, hay que dejar claro que si bien la izquierda no logró el vuelco, tampoco existió la marea de derechas que puede parecer.

La Galicia del PP

Alfonso Rueda ha logrado mantener el sólido suelo electoral del PP gallego que heredó de Alberto Núñez Feijóo con 72.729 votos más que hace cuatro años, pero ha perdido dos escaños por las 15.312 papeletas que le han otorgado un diputado a Democracia Ourensana y por los 5.696 votantes que ha subido Vox y que se han quedado sin representación. De hecho, el bloque de derechas ha crecido en 83.897 sufragios, menos de lo que ha subido el bloque de izquierdas. Respecto a las elecciones generales de hace siete meses, el PP apenas ha perdido 978 apoyos, pero el bloque conservador se ha dejado 43.543.

La Galicia del BNG

El 'efecto Pontón' ha propiciado que el BNG rompa su techo electoral con seis escaños más que en 2020, pero el crecimiento se ha visto lastrado por la caída del resto de partidos de izquierda y, sobre todo, del abstencionismo del conjunto del bloque progresista. Los nacionalistas han cosechado 155.734 votos más que hace cuatro años, pero las pérdidas de PSOE, Sumar y Podemos hicieron que las izquierdas solo crecieran en 90.070 apoyos. Con todo, subieron más que las derechas. En cambio, comparado con las generales, todo el bloque progresista ha perdido 100.705 papeletas que podrían haber acercado al BNG a la Xunta.

La Galicia del PSOE

El PSOE ha encajado otro duro varapalo al perder cinco diputados y bajar de la barrera psicológica de los 10 escaños. En números enteros se ha dejado 46.059 votos respecto a las últimas autonómicas y 271.664 papeletas respecto a las generales del año pasado. Pocos paliativos pueden ponerse en este caso. El leve consuelo para Pedro Sánchez es que, a diferencia de lo que argumenta el PP, la sangría difícilmente puede atribuirse a la ley de amnistía y las concesiones a los partidos independentistas, pues es obvio que la formación que ha devorado el voto socialista es el BNG, socio del Gobierno en el Congreso.

Los bloques

Por bloques ideológicos, los equilibrios en el eje izquierda-derecha apenas han variado. PP, Vox y Democracia Ourensana suman el 50,58% de los votos, apenas dos décimas menos que la suma de PP, Vox y Cs en 2020. Si nos ceñimos a PP y Vox, ahora suman el 49,55%, cuatro décimas menos que hace cuatro años. Por su parte, BNG, PSOE, Sumar y Podemos aglutinaron el 47,77% de los apoyos, seis décimas más que en las anteriores elecciones. Es decir, entre los dos grandes bloques tan solo hay entre dos y tres puntos de diferencia.

La Galicia rural y la urbana

Otro patrón que se repite es la diferencia entre el voto de la Galicia rural y el de las grandes ciudades. El PP logró el 42% del voto en las localidades de más de 23.000 habitantes, donde viven la mitad de los gallegos, pero se elevó por encima del 52% en los núcleos más pequeños. El PP volvió a dominar sin discusión el mapa municipal al ser la fuerza más votada en 295 de las 313 poblaciones. Solo cedió 18 victorias, 13 para el BNG y 5 para el PSOE. Destaca el triunfo de los nacionalistas en Vigo, la ciudad gallega más poblada. El BNG se hizo en la ría viguesa y los socialistas maquillaron su debacle en las comarcas orientales.

La trampa de la ley electoral

Finalmente, la ley electoral gallega, reformada por Manuel Fraga en 1993 para elevar del 3% al 5% el mínimo de votos en una provincia para obtener escaño, cerró de nuevo el paso a las minorías. Democracia Ourensana se hizo un hueco en el Parlamento al reunir el 8,87% de las papeletas en Ourense, pero el precio de ese diputado, 15.312 sufragios, fue la mitad del apoyo logrado en toda Galicia por Sumar y Vox, que se quedaron a cero. El PP necesitó 17.512 votos por escaño; el BNG, 18.683; y el PSOE, 23.077.

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