La omnipresencia de Feijóo empieza a preocupar en el PP

El asunto ya es objeto de comentario por los barones del PP, en privado y también en grupo: alguno se lo dejó caer en la última reunión cara a cara que hubo en la sede de Génova, hace dos semanas. Creen que Alberto Núñez Feijóo está exponiéndose demasiado en los medios de comunicación. No por responder preguntas de la prensa, que lo hace de vez en cuando, sino por hablar y tomar posición de casi todos los asuntos que están cada semana en la prensa. En el equipo del líder del PP se defienden con dos argumentos: la "gravedad" de las acciones del Gobierno en torno a la amnistía requieren que el que salga a reaccionar sea Feijóo y que si no habla, a la mínima, reciben críticas en línea contraria de que “está desaparecido”.

En estos momentos, hay días en los que parece que Feijóo es el portavoz del PP. Para algunos, está replicando el modelo que siguió en Galicia (que copió de Manuel Fraga) y que consistía en que el presidente de la Xunta también era el portavoz del Gobierno autonómico: comparecía después de las reuniones semanales a dar cuenta de las medidas aprobadas y hablar de toda la actualidad del momento.

En el comité ejecutivo nacional en el que salió este tema de la sobreexposición de Feijóo, un barón le recomendó a él y al resto de los miembros de la cúpula que intentaran ser más “ilusionantes” en sus planteamientos. Dejar la queja permanente y proponer otro modelo de país, pero “no de manera reactiva” a las decisiones que está tomando Pedro Sánchez (amnistía, pactos con EH Bildu…), sino “propositiva”. Otro presidente autonómico incidió desde otro punto de vista en una idea parecida: recetó calma a todos, porque en la oposición el tiempo se hace largo y cree que sería bueno mostrarse menos “ansioso”.

Feijóo reactiva la batalla contra la amnistía: protesta en Madrid el día 28 y viaje de barones a Bruselas

Era difícil de prever. Feijóo parece igual de inquieto en ocasiones que Pablo Casado. Vaivenes, decíamos entonces. Ahora el PP un día propone la disolución de los partidos independentistas y, a las dos semanas, mete la propuesta en un cajón. 

El PP es un partido sumido en la ansiedad (y hay quien dice que también en el extravío estratégico) desde el final del marianismo. La moción de censura de 2018 abrió una herida que todavía pierde sangre. 

Feijóo ha descartado organizar una convención ideológica este año, un error según varios altos cargos. Se equivoca, dicen, al pensar que una convención le debilitaría porque se verían las diferencias internas o porque debería concretar la relación con Vox. El partido no celebra una convención desde 2017, en la etapa de Rajoy, antes de la pandemia, antes del golpe al tablero internacional que ha dado Vladimir Putin, antes de que los populares hayan pactado con la ultraderecha en comunidades… En las convenciones, las formaciones refrescan su hoja de ruta y dejan claro a sus electores qué planes tienen para la sociedad. Feijóo tendría que echar el freno y hacerlo.

Sánchez, podrá gustar más o menos, pero legitimó a Podemos (2019) cuando los necesitó para gobernar, sale a defender ante los suyos que el precio que tiene que pagar para frenar a la derecha es humillarse ante los independentistas y esta semana se ha presentado a sí mismo como líder de la socialdemocracia occidental en el Foro de Davos. 

Feijóo sigue sin ser transparente en su posición ante Vox y tampoco concreta, por ejemplo, qué preferiría para las instituciones europeas este año de elecciones: el liberalismo del polaco Donald Tusk o el mayor conservadurismo del alemán Manfred Weber, que está dispuesto a pactar con la ultraderecha europea. 

El único momento en el que Feijóo ha transmitido algo de calma últimamente ha sido el retiro en Toledo de dos días al que se llevó a su equipo la semana pasada. Los vicesecretarios salieron con un calendario de iniciativas (por ahora, secretas) para los próximos meses y les sirvió, según varios de los presentes, para conocerse mejor y “crear equipo”, algo que veían necesario después de las incorporaciones de noviembre.

En estas jornadas participó Pablo Vázquez, presidente de la Fundación Reformismo21, que ya es uno más del equipo y al que se le ha encargado el programa de las europeas. Solo hubo un invitado especial: José Ignacio Wert, ministro de Educación con Rajoy (2011-2015) y fundador y presidente de Demoscopia (1987-2003). Wert analizó la evolución del PP en las encuestas desde el 23J (dijo que la resistencia de Sánchez es gracias a que está conquistado voto de la extrema izquierda). 

Feijóo le fichó como asesor a finales del 2022, pero ahora su asistencia llama la atención por contraste: al retiro no se invitó a Narciso Michavila, presidente de Gad3, la empresa de sondeos que llevó al PP a calcular mal la estrategia en las elecciones generales. Michavila llevaba seis años participando en este tipo de encuentros, ya con Pablo Casado, y ahora se ha quedado fuera, aunque, según fuentes oficiales, Feijóo sigue contando con él y con su criterio.

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