Tras la sentencia del 'procés'

Enaire informa al juez de que el bloqueo de El Prat por Tsunami provocó demoras y cancelaciones de vuelos

El juez pide informes a la OTAN y a la UE sobre la incidencia del bloqueo del aeropuerto de El Prat por las protestas de Tsunami

Europa responde al magistrado que no hay evidencias de que el bloqueo tuviera repercusión en otros aeropuertos

Ocupación y colapso del aeropuerto de Barcelona-El Prat, el 14 de octubre del 2019.

Ocupación y colapso del aeropuerto de Barcelona-El Prat, el 14 de octubre del 2019. / ELISENDA PONS

Ángeles Vázquez

Ángeles Vázquez

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Cuando el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón decidió reactivar la investigación abierta por las protestas de Tsunami Democràtic se centró especialmente en el bloqueo del aeropuerto de Barcelona-El Prat y en la muerte de un pasajero francés por un infarto ese día, para tratar de armar la calificación de terrorismo que propugna, en contra del criterio fiscal. Para ello solicitó informes a todos los organismos implicados. En su respuesta, Enaire explica que no tiene constancia de vuelos desviados, pero sí de 115 cancelados y de retrasos en otros 11, al no poder llegar a tiempo los controladores aéreos a su puesto de trabajo.

El gestor de navegación aérea en España explica al titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 que la concentración de unas 8.000 personas en el aeropuerto de El Prat, llegadas desde el centro de Barcelona o de El Prat de Llobregat, el 14 de octubre de 2019, cuando se conoció la sentencia del 'procés', supuso dificultades para que los controladores aéreos pudiesen llegar a la torre de control del propio aeropuerto y al centro de control de Tránsito Aéreo de Barcelona-Gavà, lo que obligó a decretar dos regulaciones para reducir el número de aviones que tenían previsto aterrizar o despegar desde allí.

Según señalan fuentes jurídicas a EL PERIÓDICO, una de las regulaciones se canceló 18 minutos después de ser acordada y la otra 65. Pero significaron la demora de 11 vuelos una media de 16 minutos. Los vuelos cancelados al resultar imposible que llegaran a ellos la tripulación o los pasajeros fueron 115, según los datos proporcionados por AENA: 58 de salida y 57 de llegada, lo que afectó a los aeropuertos de origen o destino. Enaire dice ignorar si algún vuelo fue desviado a otro aeropuerto.

Las incidencias de las que sí puede informar son las provocadas por los controladores que tenían que haber llegado al trabajo a las 15.00 horas y no pudieron hacerlo, lo que obligó a efectuar regulaciones para rebajar al tráfico aéreo y garantizar su seguridad. En los días siguientes se tomaron medidas con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para evitar que volviera a darse la misma situación.

Atención al fallecido

Por su parte, AENA, a través de la Guardia Civil, ha informado al magistrado sobre cómo se produjo la atención que recibió el ciudadano francés fallecido en el aeropuerto durante las protestas. El hombre, que según la autopsia falleció de un infarto, fue atendido por el Sistema de Emergencias Médicas catalán (SEM), que contactó con el Centro de Coordinación de Operaciones (CECOPS) para trasladar a un equipo médico que llegaba al aeropuerto en helicóptero medicalizado.

El Servicio Médico Aeroportuario (SMA) recogió a los médicos y los trasladó en ambulancia al parking público donde estaba el ciudadano francés, que estaba siendo atendido ya por una ambulancia del SEM, en la que se le condujo al helicóptero para su traslado a un hospital. El Juzgado de Instrucción número 1 de L'Hospitalet archivó el procedimiento que abrió por su muerte que, tras recibir los resultados de la autopsia, en la que constaba que el hombre padecía una cardiopatía crónica, lo que le llevó a concluir que la muerte no se correspondía con una "infracción penal".

En su informe AENA también explica las incidencias que la protesta de Tsunami provocó en el aeropuerto. Señala que se habían cortado sus accesos y que hasta las 00.30 horas del 15 de octubre no se reabrió el tráfico de vehículos a la terminal 1, así que las 8.000 personas concentradas afectaron a la movilidad de pasajeros, tripulaciones y empleados.

Hubo que cerrar el control de seguridad de pasajeros de esa terminal para evitar la entrada de manifestantes y se reforzó la vigilancia con seguridad privada para evitar que entraran en los accesos de trabajadores, al comprobarse que era la intención de los manifestantes, que, además, rompieron vallados y vaciaron extintores y los cambiaron de sitio. Ello impidió el acceso de suministros y de vehículos de emergencia, si eran necesarios. También se registraron pasajeros que, alterados, accedieron a las plataformas de los aviones.