Pleno monográfico

Salvador Illa se reúne con los cuerpos policiales para afrontar el debate de seguridad en el Parlament

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El president de la Generalitat, Pere Aragonès; el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena; y el jefe de la oposición y líder del PSC, Salvador Illa, en el Parlament

El president de la Generalitat, Pere Aragonès; el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena; y el jefe de la oposición y líder del PSC, Salvador Illa, en el Parlament / FERRAN NADEU

Sara González

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"Nos equivocamos si minimizamos estos hechos, si no llamamos a las cosas por su nombre y, aún peor, si escondemos la cabeza bajo el ala", le espetó Salvador Illa, como jefe de la oposición, al president Pere Aragonès el pasado 4 de octubre. Entonces estaban candentes en las retinas de la ciudadanía los actos vandálicos que habían coincidido en el tiempo en Molins de Rei, Manresa o Vic, suficientes síntomas, a ojos del líder del PSC, para reclamar un pleno monográfico en el Parlament para hablar de seguridad. "No quedarán impunes. La policía hará su trabajo con todo el apoyo e impulso del Govern", respondió el president, que tenía entre ceja y ceja que pasara por delante un debate sobre el caos en Rodalies. Fue la antesala de la esgrima dialéctica que este martes arranca en el Parlament.

Para afrontarlo, Illa se ha reunido en las últimas semanas con todos los cuerpos policiales de Catalunya, según ha podido saber EL PERIÓDICO, además de visitar junto al director general de los Mossos, Pere Ferrer, las regiones Central (Manresa) y Metropolitana Sud (Sant Feliu de Llobregat) de la policía catalana. También ha abordado el asunto con encuentros con algunos de los alcaldes de su partido para conocer "de primera mano" las principales preocupaciones de los ayuntamientos en esta materia. Una decena de ellos, como la de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon; el de Cornellà, Antonio Balmón; el de Mataró, David Bote; o el de Molins, Xavi Paz, asistirán al pleno desde la tribuna de invitados. Un despliegue que responde a la estrategia del PSC de exhibir músculo y proyectarse como alternativa al actual Govern.

Un choque de toda una legislatura

Si una cosa quieren impedir tanto el ejecutivo de Aragonès como los principales grupos de la Cámara catalana es que, fruto de sus diferencias y de la distorsión de datos, sea la derecha y la extrema derecha quien acabe capitalizando un debate que todos admiten que es materia inflamable. La colisión de los socialistas con el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, ha sido una constante en la legislatura, también con la participación de Junts, tanto por el cambio de modelo policial que reivindica ERC como los relevos y reestructuración en la cúpula de los Mossos, que el PSC atribuye a una "politización" del cuerpo y que el Govern defiende que se basa en parámetros como la feminización, la modernización y una mayor proximidad para tener una policía "más integral". El choque llegó a tal magnitud, que los socialistas impulsaron su reprobación hace un año. Tanto los republicanos como los de Salvador Illa sostienen que la seguridad ha sido una carpeta tradicionalmente "monopolizada por la derecha" y reivindican que debe ser una cuestión que la izquierda afronte sin complejos para evitar que la ultraderecha crezca a costa de agitar discursos de odio.

Sin embargo, a la vista está que sus recetas son distintas. El jefe de la oposición tomará la palabra para dar cuenta de por qué considera que la seguridad es un tema que cree que el Govern debería priorizar más en lugar de dar cuerda al "buenismo imperante". Luego será el exconseller de Interior y exdirigente de Unió Ramon Espadaler, quien desgrane el relato del grupo del PSC-Units per Avançar. Desde Interior hace tiempo que señalan que el PSC ha asumido como propia la misma pauta que se aplicaba cuando era CiU quien estaba al frente de la Generalitat. Está previsto que el president Aragonès tome la palabra para responder a Illa con la intención de dejar claro que el Govern se preocupa y se ocupa de la seguridad, a pesar de que los socialistas le atribuyen inacción.

Evitar los discursos de odio

También lo hará Elena. Forma parte de los planes del conseller hacer un análisis de la "realidad delictiva" en estos momentos en Catalunya y explicar cómo han evolucionado los delitos cuantitativa y cualitativamente. Según fuentes de la conselleria, los datos son ascendentes y se están equiparando a los de 2019, antes del estallido de la pandemia. La "normalización", aseguran, se ha recuperado en todos los sentidos, también en este. Desde el PSC defienden tomar cartas en el asunto con "rigor" y "evitando los discursos de odio", motivo por el que apelan a un debate constructivo capaz de tejer "acuerdos mayoritarios". También desde el Govern piden dejar de "tirarse los platos por la cabeza" y que del pleno salga un "frente común" en lugar de dar munición a los discursos racistas.

A la presidenta del Parlament, Anna Erra, dirigente de Junts, le tocará gestionar un pleno que se prevé de alto voltaje en boca de partidos como Vox y el PP, que Comuns y CUP consideran sobrante y que inevitablemente estará salpicado por las negociaciones de la investidura de Pedro Sánchez. A los posconvergentes les preocupa también especialmente ser capaces de encontrar el punto justo de equilibrio entre señalar lo que consideren preocupaciones con fundamento de la ciudadanía y, a la vez, no caer en la telaraña argumental ya no solo del grupo de Ignacio Garriga, sino también de partidos de ultraderecha independentista como Aliança Catalana, encabezado por la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, a quien todos miran de reojo de cara a las próximas elecciones catalanas. Fuentes del grupo de Junts aseguran que afrontarán el asunto con "responsabilidad" y subrayan que no se puede obviar que "el incremento de la delincuencia es una realidad" ante la que la conselleria de Interior padece de "falta de liderazgo" y de "gestión rigurosa".

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