En el Parlament

La abolición de los 'correbous' avanza pero rompe la unidad de voto en ERC y Junts

Junts da libertad de voto en el debate sobre abolir los 'correbous' más agresivos

El Parlament vota abolir los 'correbous' más agresivos 13 años después de prohibir los toros

El pleno del Parlament, este miércoles

El pleno del Parlament, este miércoles / ACN

Sara González

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La abolición de los 'correbous' más agresivos, los que provocan sufrimiento al animal, ha superado la primera barrera del Parlament 13 años después de la prohibición de las corridas de toros. Lo ha hecho por la mínima y embistiendo la unidad de ERC y de Junts, cuyos diputados han votado divididos por falta de una posición común entre sus filas, especialmente entre lo que son de Terres de l'Ebre. Los republicanos han optado oficialmente por la abstención, con el president Pere Aragonès sin mojarse públicamente sobre el asunto, pero han pactado el voto discrepante de cuatro de sus representantes que sí quieren la prohibición. Y los posconvergentes han dado libertad de voto, instrucción poco habitual, así que nueve diputados de JxCat se han desmarcado de la abstención del resto. El PSC, que en el año 2010 se opuso mayoritariamente -a excepción de tres de sus entonces 37 parlamentarios- a la prohibición de los toros, también ha optado por una salomónica abstención sin grietas.

La propuesta de ley, promovida por la CUP y los Comuns, plantea poner a los 'bous embolats' (embolados), 'capllaçats' (ensogados) y 'a la mar'. Es decir, las modalidades en las que se viste el animal con bolas de fuego en los cuernos, cuando son conducidos por las calles mediante sogas o cuerdas o las corridas que se practican en las playas y que pueden acabar con la caída al agua del animal. El debate y, por tanto, las discrepancias internas entre los grupos, continuará teniendo recorrido, ya que lo que se ha tumbado en el Parlament es la enmienda a la totalidad presentada por el PP y por Vox para tratar de parar los pies a la iniciativa, que ha sido tumbada con tan solo 19 votos a favor frente a 29 en contra y 82 abstenciones, con lo que finalmente continuará su tramitación.

El diputado de la CUP Dani Cornellà y la presidenta parlamentaria de En Comú Podem, Jéssica Albiach, han defendido que hay una mayoría social a favor de la abolición -la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) auspiciada por la plataforma 'Prou!' (¡Basta!), consiguió recoger hasta 180.000 firmas- y que la cuestión de fondo "no es la tradición", sino "el sistema de valores que esconde esta práctica". Se trata, han subrayado, de dar un "paso más para acabar con el maltrato animal" con una propuesta que los Comuns consideran de mínimos porque su apuesta sería prohibir todos los espectáculos con animales vivos. 

Los diputados de ERC y de Junts que han defendido la posición de las siglas han abogado por seguir adelante con un debate que, sostienen, conjuga la sensibilidad por los animales con la defensa que hacen de esta fiesta una parte significativa de los ciudadanos de Terres de l'Ebre, cuyos alcaldes son, mayoritariamente, republicanos, posconvergentes y también del PSC. "Para ellos es una fiesta arraigada al territorio que es un signo de identidad", ha asegurado la diputada de Junts, Ester Vallès, que ha pedido que se aborde una discusión "constructiva" sobre el tema. El republicano Juli Fernàndez, por su parte, ha reclamado un trabajo "conjunto" con el territorio, al mismo tiempo que ha abanderado el "avance en la protección de los animales".

Y en esta misma línea, el PSC, por boca de su diputado Joaquim Paladella, ha defendido que haya "respeto" por todas las sensibilidades y ha celebrado que la Mesa desestimara que la propuesta de ley se tramitara por lectura única, como inicialmente pedían los impulsores, para que se pueda dar pie a una ponencia y un debate público en el que se pronuncien todas las partes.

Un 'revival' de 2010

Con el posicionamiento de los tres principales grupos, la ley ha superado el primer trámite por los pelos frente a PP, Vox y Ciutadans, contrarios tanto a prohibir los 'correbous' como en su día se hizo con las corridas de toros. De hecho, la sesión en el Parlament ha sido un 'revival' a pequeña escala del año 2010, cuando la Cámara catalana se convirtió en la segunda comunidad del Estado -la primera fue Canarias- en abolir los toros y los díscolos plantaron cara al posicionamiento oficial de sus respectivos partidos.