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PP y Vox pugnan en la calle por liderar las protestas contra la amnistía

Investidura de Pedro Sánchez, en directo

Feijóo convoca una reunión de urgencia en Génova para coordinar la respuesta

Manifestación contra la amnistía en la Plaza de Colón, Madrid, este domingo

Manifestación contra la amnistía en la Plaza de Colón, Madrid, este domingo / Isabel Infantes (Reuters)

Daniel G. Sastre

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En España, desde la Transición, los conservadores habían ejercido su derecho constitucional a la protesta callejera sobre todo en respuesta a atentados terroristas o a asuntos relacionados con la política educativa. Con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al poder, en 2004, creció la ola: en esa legislatura y en la posterior, menudearon movilizaciones contra el matrimonio homosexual o el aborto -aunque cuando el PP recuperó el gobierno no las cambió-, o contra la negociación con ETA. Los populares, principales catalizadores de esas manifestaciones que reunieron a cientos de miles de personas, se ha propuesto exprimir de nuevo el malestar de parte de la población contra la amnistía a los independentistas catalanes. En esta ocasión competirá con Vox por un eventual lucro electoral.

En las últimas dos décadas, la derecha le ha tomado el gusto a la manifestación. Hay un hilo conductor que une las marchas que acompañaron a la recogida de firmas contra la reforma del Estatut en 2005 –y que tuvieron su reverso, mucho más multitudinario, con la movilización independentista de 2010 contra el recorte del texto- con la protesta de la plaza de Colón de 2019 como epítome de esa estrategia. Esa foto de Pablo Casado –entonces líder del PP-, Santiago Abascal y Albert Rivera hizo saltar algunas alarmas en la calle Génova. El actual presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, ha evidenciado en repetidas ocasiones su incomodidad por mostrar en público demasiada cercanía con Vox, aunque después ha llegado a abundantes acuerdos con ese partido en varias comunidades, y los votos de la extrema derecha fueron los únicos que consiguió en el intento frustrado de que el Congreso lo invistiera presidente. 

Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal, en la manifestación de la plaza de Colón de Madrid

Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal, en la manifestación de la plaza de Colón de Madrid / EFE / FERNANDO VILLAR

Según el catedrático de Ciencia Política de la UB Cesáreo Rodríguez-Aguilera, la diversidad de siglas es la principal diferencia entre las movilizaciones que van a producirse en las próximas semanas y las que se vivieron en el pasado. "La novedad es que hay ahora competencia entre derechas y eso ha hecho que el PP haya endurecido sus posiciones. No veo ni centristas ni moderados en ese espacio", afirma. Este experto cree que esa batalla, la de la capitalización de la protesta, está por dirimirse, porque piensa que "aunque Vox parece tener más capacidad de movilización callejera que el PP, eso no se traducirá en votos".

Calendario abarrotado

Una vez aclarado que Pedro Sánchez repetirá, salvo mayúscula sorpresa de última hora, como presidente del Gobierno, el calendario de protestas de los próximos días está abarrotado de actos. Las principales tendrán lugar el próximo domingo, 12 de noviembre, en Barcelona, y el sábado de la siguiente semana, día 18, en Madrid. Feijóo y Abascal han anunciado ya su presencia en esa manifestación.

Pero tanto desde el PP como desde Vox afirman que no van a coordinar sus protestas contra la amnistía. "El PP tiene entidad suficiente como para convocar actos, no es imprescindible coordinarnos. Y si hay actos en los que coincidimos todos, sin problema", dice Santi Rodríguez, diputado del PP en el Congreso por Barcelona. "Vamos a ir a todo lo que surja de la sociedad civil", afirma Ignacio Garriga, secretario general de Vox.

En Catalunya, esa apelación a las entidades cívicas que se oponen al independentismo ha tenido en los últimos años un nombre propio: Societat Civil Catalana (SCC). Su gran hito fue organizar la manifestación del 29 de octubre de 2017 contra la declaración de independencia de Carles Puigdemont, precisamente uno de los grandes protagonistas de las negociaciones sobre la amnistía. Esa movilización reunió a cientos de miles de personas y fue la única comparable en número a las grandes demostraciones soberanistas del procés. Este último 8 de octubre SCC también convocó una movilización, mucho más modesta, contra la amnistía. "Nuestra responsabilidad es estar en la calle, mostrar la disconformidad con seguir haciendo cesiones a los nacionalistas. Y alentamos todas las manifestaciones promovidas por entidades y asociaciones civiles contra la concesión de la amnistía", dice Elda Mata, presidenta de SCC. 

Marcha de SCC, bajo el lema "Tots som Catalunya".

Marcha de SCC, bajo el lema "Tots som Catalunya". / AFP / PIERRE-PHILIPPE MARCOU

"Había socialistas el 8 de octubre"

En 2017, insignes socialistas catalanes, empezando por Miquel Iceta y Salvador Illa, estaban en las primeras filas de la multitudinaria manifestación de Societat Civil Catalana. Ahora, el PSC es uno de los principales valedores de la amnistía, e Illa salió a defenderla el pasado jueves junto al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. Mata cree que SCC "no se ha movido" de su posición. "Que determinados partidos se alejen o se acerquen, o lo parezca, ha sido así desde nuestros inicios, depende de los momentos. No tengo dudas de que hubo muchos socialistas en la manisfestación del 8 de octubre [de este año]. Se me acercaron muchos a mí, y a otros miembros de la junta. ¿Qué había menos representación de personas claramente visibles de la izquierda? Las circunstancias son las que son, pero allí había gente de toda ideología, no se llena el paseo de Gràcia solo con una ideología", asegura.

 "Seguro que los votantes del PSC mayoritariamente no están de acuerdo con la amnistía. Y evidentemente ahí podemos tener un filón de crecimiento", dice el diputado popular Santi Rodríguez. Está por ver la acogida de la amnistía en la parroquia del PSC, pero Vox también aspira a que un aumento de la tensión territorial acabe favoreciendo sus alicaídas perspectivas electorales. De momento, Abascal ha llamado a la "movilización permanente", y ha anunciado que piensan "dar la batalla" en los parlamentos y en los tribunales. En ese último frente, Feijóo ha acusado a Sánchez de llevar a España "al borde del precipicio constitucional", y el sector conservador del CGPJ, vinculado al PP, ya ha iniciado también su ofensiva contra la amnistía.

Pocas esperanzas

En cualquier caso, ninguna de las fuentes consultadas en los partidos, la universidad y las entidades civiles piensan que la protesta vaya a servir para detener los planes del Gobierno. "Las movilizaciones no suelen cambiar las políticas de los gobiernos. Macron aguantó la tremenda presión de los chalecos amarillos nada menos que un año y no rectificó su rumbo", apunta el catedrático Rodríguez-Aguilera. "Es difícil saber hasta qué punto se incide, pero no tengo duda de que cuantos más seamos, más peso tendremos", añade Elda Mata. "Sánchez tiene su hoja de ruta, y le dan igual cuatro que cuatro millones. Pero hay que salir igualmente, porque es muy gordo y hay que poner en evidencia lo que están haciendo", zanja Santi Rodríguez.

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