Debate en el Congreso

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Pedro Sánchez  durante el primer pleno y debate de investidura del candidato Feijóo , en el Congreso de los Diputados

Pedro Sánchez durante el primer pleno y debate de investidura del candidato Feijóo , en el Congreso de los Diputados / David Castro

Juan Ruiz Sierra

Juan Ruiz Sierra

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Félix Bolaños, ministro de la Presidencia y uno de los dirigentes más cercanos a Pedro Sánchez, calentó este martes el debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo antes de que comenzara. “Hoy es un día histórico. Por primera vez en nuestra democracia, el candidato no se presenta para ser presidente del Gobierno, sino para continuar siendo líder de la oposición”, escribió Bolaños a las 11 de la mañana en la red social X. Tres horas y media después, escuchado el discurso del líder del PP, cuya tentativa de llegar a la Moncloa está abocada al fracaso, el PSOE vio confirmadas sus escasas expectativas. No hubo ninguna sorpresa por este lado. Pero sí por el de los propios socialistas.  

Los colaboradores del presidente en funciones habían jugado en los últimos días al suspense. Evitaban aclarar si el presidente en funciones daría la réplica a Núñez Feijóo. Muchos cargos del PSOE daban por hecho que sí, y puede que Sánchez lo acabe haciendo, pero no en el primer día del debate. El líder socialista no solo optó por reservarse (al menos hasta el viernes, día en el que Feijóo cosechará previsiblemente el ‘no’ definitivo del Congreso), sino que eligió a uno de sus portavoces más duros, si no el que más, para medirse con el candidato del PP: Óscar Puente. 

Puente fue nombrado portavoz del PSOE en 2017, justo después de que Sánchez reconquistara frente a Susana Díaz el liderazgo del PSOE. La apuesta tuvo un corto recorrido. Se metía en tantos charcos, era tan incapaz de seguir el guion que le habían prefijado, que la dirección socialista optó entonces por dejarlo en el banquillo, sin ejercer el cargo que le había sido encargado. Esta vez, sin embargo, tenía el perfil idóneo. No solo por su estilo agresivo. También porque el pasado 28 de mayo ganó las elecciones municipales al Ayuntamiento de Valladolid, pero no pudo gobernar debido a un pacto del PP y Vox. Tal cual Feijóo tras las generales del 23 de julio, pero esta vez por un acuerdo, de momento hipotético pero cada vez más probable, de los socialistas con Sumar, ERC, Junts, Bildu, el PNV y el BNG. “Es una forma de poner frente al espejo todas las contradicciones del líder del PP”, explicaron en la dirección socialista. "Feijóo ha venido aquí a dar un mitin del PP. Pues nosotros le hemos dado un mitin del PSOE", añadieron.

De la alegría a los insultos

Puente hizo de Puente. “Veo que los parlamentarios del PP me reciben con alegría. Espero que la conserven en los próximos 30 minutos”, comenzó diciendo. “Señor Feijóo, de ganador a ganador”, le dijo justo después, con una amplia sonrisa.

A partir de ahí, con Sánchez en su escaño y aplaudiendo en ocasiones de pie, el exalcalde de Valladolid hizo un nutrido repaso a los momentos más incómodos del PP, todo con el objetivo de apuntalar que este debate, al que Feijóo se presenta pese a no contar con los apoyos necesarios para llegar a la Moncloa, es una “farsa”. 

Puente llegó más lejos de lo que, por su cargo de presidente del Gobierno, puede llegar Sánchez. La antigua amistad del líder del PP con Marcial Dorado, que a juicio del socialista coloca al candidato conservador dentro de la “gran familia” del narcotráfico gallego. La “ejecución en la plaza pública” el pasado año de Pablo Casado. La guerra de Irak y las "mentiras" de José María Aznar sobre los atentados del 11-M. Las firmas contra el Estatut. Los presuntos “sobresueldos” que cobra Feijóo. Su “falta de liderazgo” dentro del partido que preside, después de que hace unas semanas Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, le llamase “bisoño” a la cara por explorar un pacto con Junts per Catalunya. Y también, en una de las escasas menciones al discurso que Feijóo había pronunciado por la mañana, la propuesta de aprobar el delito de “deslealtad constitucional”.

“Si fuera de la Constitución no hay democracia, llevan ustedes camino de cinco años fuera de la democracia. Tantos como llevan negándose a renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Tenga cuidado, señor Feijóo, porque si ese delito se llegara a crear, igual el primer imputado sería usted”, dijo.  

Los diputados del PP tardaron en asimilar lo que estaba pasando. Cuando lo hicieron, comenzaron a interrumpir, a patalear y a gritar “¡fuera, fuera!”. Feijóo, sin embargo, optó por evitar el choque con Puente. No contaba con algo así. “No voy a participar en el club de la comedia. Es lamentable el nivel de deterioro de las instituciones que usted protagoniza, señor Sánchez”, dijo. Pero justo en ese momento, sus parlamentarios, en una imagen que tampoco contribuye a la buena salud institucional, se pusieron de pie y comenzaron a insultar a Sánchez (“¡cobarde, cobarde!”) por no querer medirse con Feijóo. El presidente en funciones se reserva, si acaso, hasta el viernes. O no. Su equipo, de momento, rebaja las posibilidades de que acabe interviniendo en "esta farsa". La suya, cuando llegue, será la investidura "auténtica".