Gobernabilidad

Junts apoya al PSOE en la Mesa a cambio de impulsar el catalán en el Congreso y la UE

MULTIMEDIA | El póker de la Mesa del Congreso: todas las combinaciones posibles

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Míriam Nogueras, en el Congreso

Míriam Nogueras, en el Congreso / DAVID CASTRO

Fidel Masreal

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El secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, ha anunciado a la ejecutiva de su partido un principio de acuerdo, a la espera de cerrar algunos flecos, con el PSOE para una mayoría progresista en la Mesa del Congreso, presidida por la socialista Francina Armengol. El anuncio, según avanza EL PERIÓDICO, tiene que ver con varios compromisos: el uso normalizado del catalán en el Congreso, la petición del uso del catalán en la UE, la reactivación de una comisión de investigación sobre las llamadas "cloacas del Estado" y una investigación sobre los atentados del 17-A en Barcelona y Cambrils. Puigdemont, en un tuit posterior ha justificado el apoyo al PSOE en el asunto del catalán en la UE y no en "caras" o "cargos" y ha advertido: "La investidura está exactamente donde estaba el día después de las elecciones".

Turull ha advertido a su dirección de que antes de las 10 horas se han de llevar a cabo algunas comprobaciones para dar por sentada definitivamente la decisión, en relación a un fleco del que no ha informado y que posteriormente se ha hecho público: el ministro de Exteriores ha solicitado formalmente a la UE el uso de las lenguas oficiales del Estado en las instituciones europeas. En todo caso, el secretario general ya ha apuntado a las 8h de la mañana que en un 80% confía en cerrar también este aspecto y ratificar el pacto votando la favor de Armengol y de la composición progresista de la Mesa. Una Mesa en la que Junts espera que esté el PNV en uno de los ocho puestos que la conforman, junto a la presidencia, pero no dispone de confirmación al respecto.

Turull ha protagonizado una reunión telemática breve, de a penas 30 minutos, en la que ha agradecido el silencio "granítico" del partido en las últimas semanas. Ha apelado a la responsabilidad, la determinación y la voluntad de "cobrar por adelantado", y al lema "Ja n'hi ha prou" ("Ya basta") de Junts en la campaña electoral.

Sin Mesa no había nada que hablar de la investidura

El secretario general ha dejado claro que lo decidido respecto a la Mesa no presupone un pacto de investidura. Eso sí, en otro momento de la intervención ha asegurado que si no se cerraba un acuerdo respecto a la Mesa ya no había margen para negociar la investidura. Turull ha detallado que el partido ha negociado con discreción en base a un equipo reducido que se iba pasando información bajo un principio: "ventanilla única", sin negociar con intermediarios.

También ha criticado, sin citar el nombre de la formación, a ERC, por haber lanzado declaraciones sobre la idea de que la Mesa del Congreso debía ser progressita, que ir a elecciones era muy negativo. Para Turull esta estrategia no es útil para una negociación porque entonces la otra parte sabe que cuenta ya con los votos de ERC.

El principio de acuerdo

En cuanto a la negociación con el PSOE, Turull ha usado el término "principio de acuerdo" y ha añadido que "es posible" que se acabe materializando en un 80% de posibilidades.

Este principio de acuerdo se basa en: el uso del catalán con normalidad en el Congreso de los Diputados, con una referencia de la candidata socialista a presidir el Congreso, Francina Armengol, en su discurso de este jueves si es elegida, además de la petición del uso del catalán, euskera y gallego en la UE; reactivar las comisiones de investigación sobre las llamadas "cloacas del Estado" (lo cual incluye el caso de espionaje Pegasus o la llamada "policía patriótica") y la creación de una comisión de investigación sobre los atentados del 17 de agosto en Barcelona y Cambrils, de los que hoy precisamente se cumplen seis años. Y, no menor, la confirmación de que la Mesa del Congreso permitirá a Junts tener grupo parlamentario propio en el Congreso, lo cual Turull ha destacado como una ventana de oportunidad para tener más intervenciones y presencia en los debates. Y que además es una fuente de ingresos extra en las arcas de un partido que ha visto reducido su presupuesto tras la salida del Govern.

Pese a que Turull ha hablado de un 80% de posibilidades de acuerdo final, ha dejado abierta la posibilidad de que el equipo negociador, liderado por Puigdemont (Laura Borràs, Aurora Madaula, Anna Erra, Josep Rius, Josep Lluís Cleries, Míriam Nogueras, Albert Batet y el propio Turull) pudiera acabar decidiendo que los siete diputados se abstengan -lo que haría posible que el PP presidiera la Mesa si Coalición Canaria apoya a los populares- o bien provocar un "empate infinito" en las votaciones.

Puigdemont justifica el pacto

Turull también ha tenido palabras de reconocimiento al 'expresident' Carles Puigdemont y ha certificado que es él quien lidera la negociación porque no quiere asistir a la misma des de la distancia dada la trascendencia del momento, por lo que asume la responsabilidad y ello es un "factor de mayor cohesión". Puigdemont ha sido, tras un breve comunicado de Junts, el encargado de justificar el apoyo al PSOE asumiendo que "a algunos les parecerá demasiado y a otros les parecerá poco". Y ha alertado de que si hay acuerdos futuros (la investidura) "será porque llevan incorporado su cumplimiento de manera comprobable".

La reunión, sin más intervenciones que la de Turull, ha durado poco menos de media hora y por asentimiento se ha acordado aceptar la propuesta del secretario general y dejar en manos del equipo negociador la decisión definitiva a la espera de cerrar el principio de acuerdo con el PSOE.

Los precedentes

La decisión de la ejecutiva de Junts viene precedida de un silencio absoluto, decretado por el secretario general, Jordi Turull, que ha exigido incluso no hacer ningún tuit sobre la posición de Junts, decisiva matemáticamente tanto para que se constituya una mayoría de izquierdas en el Congreso como para que Sánchez pueda superar una eventual sesión de investidura para repetir como presidente del Gobierno. Turull ha indicado a los suyos en días precedentes que "todo está por hacer y todo es posible".

Pero todos los escasos políticos que Puigdemont y otros cargos de Junts han hecho públicos han servido para subrayar, también en privado, que exigirán cuestiones de máximos, como la amnistía para los aproximadamente 4.000 procesados por causas relacionadas con el referéndum del 1-O y el ejercicio del derecho de autodeterminación. Junts ha marcado distancias con su gran rival soberanista, ERC, y ha asegurado que las condiciones van a ser de máximos y no se van a limitar a un incremento de competencias o cuestiones simbólicas como el uso de las lenguas cooficiales en las Cortes. "No he ido a la cárcel por Cercanías y la financiación", ha espetado Turull en alguna ocasión, para subrayar que su apuesta exigente respecto al Estado no se limita a reclamaciones de autogobierno sectoriales, solamente.

La negociación se ha llevado en secreto por diversos motivos. En primer lugar, para mantener centralizada en Puigdemont la estrategia y evitar mensajes disonantes en un partido con distintas sensibilidades, que incluyen a un sector pragmático y pactista mucho más predispuesto que el 'expresident' a facilitar la investidura del PSOE a cambio de avances en el autogobierno. También se ha guardado silencio para dominar los ritmos y generar cierto nerviosismo en los interlocutores. Y en último término, el cierre de filas también tenía como objetivo desmarcarse de ERC, que sí ha explicitado sus condiciones y ha ofrecido diversas comparecencias públicas para abordar la cuestión.

Puigdemont advirtió de entrada, además, que no aceptaría presiones de ningún tipo y subrayó su situación y las afectaciones políticas y personales que ha tenido en los últimos años. Fue otra manera de poner distancia respecto a los interlocutores y destacar lo que para el 'expresident' y su entorno es lo más importante: marcar distancias respecto a ERC ofreciéndose como el partido (o movimiento) que más coherente se mantiene respecto al objetivo de la independencia y en relación al 1-O y la estrategia de la confrontación dictada por Puigdemont.

Ni Armengol ni "cheques en blanco"

Tampoco la propuesta de Francina Armengol por parte del PSOE para presidir el Congreso -una figura con un perfil federalista, defensor del catalán y bien conectada con el nacionalismo- hizo mover ni una ceja a Junts. Turull pidió en un mensaje interno, explícitamente, que nadie de la dirección se pronunciase sobre Armengol.

Además, Junts ha asegurado que el argumento de que la falta de pacto progresista podría favorecer un futuro Gobierno del PP y Vox no les afecta ni incumbe. Puigdemont, una vez más, ha puesto voz a esta actitud de indiferencia sobre PP o PSOE en un mensaje en que avanzó que no extendería "cheques en blanco" al PSOE.

En todo caso, las fuentes de Junts consultadas en estas semanas han subrayado que la decisión de este jueves no presupone nada de forma definitiva respecto a la negociación de la investidura de Sánchez. Insisten en que su voto en la sesión de este jueves no se determinaba por el hecho de que el PSOE les concediera grupo parlamentario propio (también a ERC) a pesar de no reunir los requisitos legales necesarios. Tampoco se sentían presionados por referencias al uso del catalán. La apuesta, decían, era de máximos y requería compromisos "comprobables", según la terminología de Puigdemont.