Nueva etapa en el ayuntamiento

Las elecciones del 23-J postergan los relevos de Trias, Colau y Maragall en Barcelona

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El alcalde Jaume Collboni con Xavier Trias, Ada Colau, Ernest Maragall y Daniel Sirera

El alcalde Jaume Collboni con Xavier Trias, Ada Colau, Ernest Maragall y Daniel Sirera / ALBERTO PAREDES / EUROPA PRESS

Sara González
Fidel Masreal
Toni Sust
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La carrera de las elecciones municipales arrancó como un todo o nada para los principales aspirantes a la alcaldía de Barcelona. O la vara, o su adiós definitivo del ayuntamiento. Pero la abrupta convocatoria de las elecciones generales por parte del presidente Pedro Sánchez ha postergado todos los movimientos. Mientras que Jaume Collboni se acomoda a su nuevo cargo como alcalde tras un giro de guion en el último minuto, Xavier Trias (Junts), Ada Colau (Barcelona en Comú) y Ernest Maragall (ERC) mantienen posiciones a la espera del resultado del 23 de julio. Será entonces cuando el PSC deberá afrontar la búsqueda de un socio de gobierno y los partidos de la oposición activarán sus procesos -cada uno con su propio calendario- para decidir los relevos.

Xavier Trias: el dilema entre la experiencia y la novedad

El partido y el grupo municipal todavía vive en un cierto 'shock' emocional tras ver como la alcaldía acariciada se esfumaba pocos minutos antes de la votación definitiva en el pleno municipal. Es pronto, pero Junts ya sabe que tendrá ante sí de nuevo el dilema que ya se le ha aparecido durante numerosas ocasiones durante décadas: confiar en los políticos que conocen el consistorio desde siempre o apostar por caras nuevas con proyección exterior. 

A este dilema se añade otra disyuntiva: el perfil de la persona elegida para relevar a Trias también será un mensaje en los equilibrios internos de Junts entre los independentistas irredentos partidarios de la retórica de Laura Borràs y el sector pragmático favorable a centrar al partido, como planteaba la figura de Xavier Trias. Con él de alcalde, los que reclaman recolocar a JxCat en una posición pactista han perdido una palanca.

En clave conservadora, las opciones están claras: Jordi Martí o incluso Neus Munté, la eterna postulante a todo que pudo ser presidenta de la Generalitat. Ambos representan más que nadie, en el grupo municipal, la figura de los que se conocen al dedillo la vida del ayuntamiento y llevan años picando piedra a favor de candidatos con proyección mediática.

En el sentido opuesto, la figura de la 'exconsellera' de Exteriors, Victoria Alsina. Representa, de nuevo, una apuesta por una figura no conocedora del día a día local, pero con cuajo mediático, joven y claramente favorable a las posiciones pactistas, moderadas y en las antípodas de Borràs. Sería la apuesta que daría cierta continuidad a la figura de Trias, que en dos o tres meses abandonará el consistorio y que quisiera que sus palabras a favor de las alianzas con partidos como el PSC en la Diputación, apostando por no hacer "tonterías" en Junts y por priorizar la gestión, tuvieran continuidad. Otros nombres de este perfil son el de los 'exconsellers' Damià Calvet o Ramon Tremosa.

La tercera opción, sin duda, es la del “mirlo blanco”, una operación que Junts estuvo sondeando cuando Elsa Artadi tiró la toalla. Un fichaje de fuera de la política y ajeno a los actuales concejales, apuesta muy desaconsejada por los que creen que en Barcelona hay que "picar piedra" desde dentro con visión a medio y largo plazo. 

Ada Colau: entre Janet Sanz y un nombre emergente

Pionera por dos veces, Ada Colau fue la primera mujer alcaldesa de Barcelona en 2015 y cuatro años después se convirtió en la primera persona en alcanzar la alcaldía sin ganar las elecciones municipales. A la tercera ya no hubo récord. Se daba por hecho que si no reeditaba el cargo no se quedaría cuatro años en la oposición, ni como teniente de alcalde de otro alcalde en un hipotético gobierno de coalición, y que al irse delegaría en alguien de su equipo.

Siempre se menciona a Janet Sanz como sucesora potencial, aunque esas etiquetas suelen ser peligrosas para los que las reciben. Como en todos los partidos, las elecciones generales, a las que concurre simbólicamente, cerrando la lista de Sumar en Barcelona, han marcado una pausa para cualquier desenlace.

Así que Colau será concejala como mínimo un tiempo, y después del verano podría tomar una decisión e irse, a Madrid, Bruselas o la Ciutadella (Parlament). A corto plazo, se hace difícil vaticinar un sucesor que no sea Sanz, teniente de alcalde Urbanismo hasta ahora, y encargada del punto fuerte de la gestión de Colau, la movilidad.

Con todo, no era la mano derecha de la alcaldesa, condición que recayó en Jordi Martí, que fue número 2 de la lista de Barcelona en Comú por delante de Sanz. De Martí, con una larga trayectoria previa en el PSC y un acercamiento posterior a ERC antes de que ingresar en los Comuns, se considera que no está en las previsiones de la sucesión. Si el escenario afecta a una tercera persona, su nombre no está todavía encima de la mesa, aunque hay cábalas internas en este sentido. 

Ernest Maragall: a la espera mientras Alamany ejerce de dos

Los planes de Maragall pasan ahora por afrontar un nuevo mes de campaña electoral como candidato de ERC al Senado. A corto plazo, compaginará el cargo de concejal de la oposición con el de senador, en caso de salir elegido. "Ha adquirido un compromiso con Barcelona. Se presentó para estar", sostienen fuentes cercanas al republicano. Lo que sí que tiene claro es que no volverá a ser el candidato en las elecciones de 2027. Así que, en algún momento durante el mandato, "encarará su relevo", un procedimiento que corresponde a ERC activar y en el que se prevé que Maragall opine sobre quién debe ser su sucesor.

Lo que está claro es que su segunda en estos momentos es Elisenda Alamany, tanto en la candidatura -fue de número 2- como en las funciones que asumirá como portavoz en el consistorio, y que tiene previsto tanto agotar los cuatro años de mandato como asumir "las responsabilidades que se le encargue cuando toque y decida el partido". No hace mucho que Ester Capella, que fue la número tres de la candidatura, también buscaba ganar enteros para asumir ese rol, aunque tras el batacazo de ERC fue llamada a filas por el 'president' Pere Aragonès para reforzar el Govern como 'consellera' de Territori.

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