Las alianzas tras el 28-M

División en Junts sobre si pactar con el PSC en la Diputación de Barcelona

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Mapa | Así han quedado los pactos de gobierno en las capitales de comarca de Catalunya tras las municipales del 28M

La actual alcaldesa de L’Hospitalet y candidata, Nuria Marín, y el candidato socialista a la alcaldía de Barcelona, Jaume Collboni

La actual alcaldesa de L’Hospitalet y candidata, Nuria Marín, y el candidato socialista a la alcaldía de Barcelona, Jaume Collboni / Europa Press

Fidel Masreal

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No hay debate de peso en Junts que no genere una tensión interna casi al límite. Ahora, el pacto con el PSC para gobernar la Diputación de Barcelona reabre el combate entre sectores enfrentados. El secretario general de la fuerza política, Jordi Turull, pidió 48 horas de silencio para evitar que la disputa traspasara el partido, ya que la dirección se reunirá a final de semana y tiene sobre la mesa la tesis posibilista de Xavier Trias de que, pese a que los socialistas han logrado la alcaldía de Barcelona en detrimento de JxCat, el partido debe reeditar el acuerdo -como también propone el PSC-, frente a la de quienes, indignados, creen que es "estratosférico" esta alianza tras haber perdido la alcaldía, ya en manos de Jaume Collboni.

La presidenta del partido, condenada por corrupción, Laura Borràs, ha sostenido reiteradamente su posición contraria a pactar con los partidos "del 155", eso es, los que avalaron la suspensión de la autonomía catalana en 2017. Ahora guarda silencio, pero los dirigentes que le son fieles consideran aberrante reeditar el pacto en la Diputación porque daría la imagen de Junts como un partido que se mueve únicamente por los cargos y que recupera el espíritu convergente y autonomista. Es más, este sector de la formación pronostica que este acuerdo con el PSC generaría una mayor abstención independentista en las próximas elecciones generales del 23-J.

Enfrente están los que consideran, como Trias, que sería "idiota" renunciar a la Diputación, cuando ERC ya ha logrado desplazar a Junts de las de Tarragona y Lleida de la mano del PSC, y tras haber perdido influencia, poder y fondos por haber salido del Govern. La pérdida de las diputaciones de Tarragona y Lleida lleva a los fieles a Borràs a cuestionar la figura del secretario de política municipal, David Saldoni.

"Paleoconvergentes"

De nuevo, la decisión sobre la Diputación de Barcelona pone sobre la mesa del partido las -como mínimo- dos almas que conviven en la formación en una mal disimulada competencia. Los que defienden que Junts ha de responder al espíritu del referéndum del 1-O por encima de cualquier consideración de pactos, y menos con partidos como el PSC, batallan para tomar el mando y ejercer posiciones de confrontación, por ejemplo, en lo que pueda suceder tras las elecciones generales si el PSOE necesitara los votos de Junts. Este colectivo denuncia que la política pactista de Trias y los moderados responde a "parámetros antiguos" de "paleoconvergentes" y no a la razón de existir del partido.

En el otro lado hay los que consideran que a Junts le falta reorientar su estrategia, volver a situarse como una fuerza de gobierno, que gestione el día a día de las instituciones como una fuerza útil, dado que no se vislumbra a corto plazo una nueva confrontación independentista como la de octubre del 2017.

La tensión interna es silenciosa y evita por ahora convertirse en guerra abierta. Desde hace meses, los distintos retos del partidos (conseguir un congreso interno ordenado, salir del Govern, preparar las elecciones municipales en toda Catalunya, configurar los pactos poselectorales y, ahora, preparar las elecciones generales) han ido posponiendo un debate que ambos sectores consideran necesario, a tumba abierta, para responder a la pregunta de la que cuelgan todas las decisiones como la de la Diputación de Barcelona: ¿Qué quiere hacer Junts? "Todo esto pasa cuando no hay rumbo y la retórica no va acompañada de estrategia", sentencia un exmiembro del Govern.

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