Reacción a la sentencia

Pere Aragonès tras la condena a Laura Borràs: "Se demuestra que nada tiene que ver con la represión política"

El 'president' anima a los partidos a encontrar de inmediato un sucesor para la presidencia del Parlament

Pere Aragonès

Pere Aragonès / ALBERTO PAREDES / EUROPA PRESS

Xabi Barrena

Xabi Barrena

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El día de la sentencia del 'caso Borràs' era el día, en este caso este jueves, que ERC al copo esperaba con ansiedad para devolver de una sola tacada a la aun presidenta del Parlament los continuos ataques a los republicanos. El 'president' Pere Aragonès, en la valoración de la sentencia, no tuvo ni una sola palabra de complicidad, ni que fuera fingida, con la exdirectora de la Institució de les Lletres Catalanes.

En una breve y ordenada intervención, cada punto enumerado por el republicanos significó un mandoble al costado de Borràs. Primero, condena sin ambages de las prácticas corruptas: "Redoblamos nuestro compromiso contra la corrupción y para que los hechos probados [del 'caso Borràs] no vuelvan a pasar".

Segundo. "Este caso no tiene nada que ver con la represión política y judicial contra el independentismo. No hay que confundir lo que ha sido una mera estrategia de defensa jurídica personal con la causa independentista". O lo que es lo mismo, un torpedo a la línea de flotación de Borràs y al relato, mantenido durante meses y meses, de que la suya era una sucia operación política.

Tercero. La sentencia alcanza de pleno "a la segunda institución del país", al Parlament, por lo que 'president' exhortó a las fuerzas "a hallar rápidamente una solución". Es decir, que se nombre sucesor a Borràs.

Y cuarto. "Cada uno debe de tomar las mejores decisiones y las más adecuadas para mantener la dignidad del cargo. Los cargos están por encima de las personas". Invitación, por tanto, a Borràs para que tome la iniciativa y renuncie.

Acto para las municipales

Y como es bien sabido, y ocurre también en el caso de la crisis de la sequía, todo aquello que sucede en las cercanías de unas elecciones se convierte, inmediatamente, en material de campaña. No es casual que en el día que Borràs ha sido condenada por corrupción, ERC celebrara un acto de su alcaldable Ernest Maragall sobre la represión. Le han acompañado Raül Romeva y Carme Forcadell. Es decir, Oriol Junqueras a parte, toda la artilleria para subrayar que una cosa es el 1-O y, la otra, el fraccionamiento de contratos.

Ya en la presentación del acto, la vicesecretaria general de Drets, Llibertats i Lluita Antirepressiva del partido, Marta Vilaret, contextualizó el acto con referencias al juicio por desobediencia a la 'consellera' Meritxell Serret y al retorno de la 'exconsellera' Clara Ponsatí. Obvio silencio sobre la condena a Borràs. Y, además, las referencias a Serret y ^Ponsatí se trufaron con un "ambas han vuelto cuando han visto que se despejaba su panorama judicial. Gracias a la derogación del delito de sedición que negoció ERC". Un 'teníamos razón' en toda regla y generalizado, incluso, a la propia Ponsatí que llenó sus primeras palabras de nuevo en Catalunya de ataques a los republicanos.