Condena a los líderes del 'procés'

El Supremo y el choque por el 'solo sí es sí' desbaratan los planes de Sánchez a 100 días de las elecciones

MULTIMEDIA | ¿Dónde estaban y dónde están los dirigentes del 1-O?

Sánchez exige a la UE un mensaje claro de que se reindustrializará "en verde"

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Juan Ruiz Sierra
Pilar Santos
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Pedro Sánchez quería un inicio de año tranquilo. El presidente del Gobierno logró aprobar la reforma penal a finales de 2022 con una velocidad casi nunca vista para llegar a 2023 libre de cargas, sin ruido, con un discurso centrado en su gestión durante esta turbulenta legislatura como carta de presentación ante las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. Las medidas sociales aprobadas por la Moncloa, los datos de crecimiento económico, la bajada del precio de la luz. La inflación, mucho menor que en otros países de la Unión Europea. Pero el propósito, como tantos otros lanzados en Navidad, se ha estampado contra la realidad. El choque entre el PSOE y Unidas Podemos por la reforma de la ley del ‘solo sí es sí’ y la revisión llevada a cabo por el Tribunal Supremo de la sentencia del ‘procés’ han llegado para eclipsar el discurso diseñado por el líder socialista.

Las rebajas de penas a los agresores sexuales, y los intentos del Gobierno para que no vuelvan a producirse en el futuro, centran el debate político desde hace semanas. Más aún después de que al PSOE se le agotase la paciencia y decidiera registrar en solitario su reforma de una ley que venía del Ministerio de Igualdad y que los socialistas habían intentado modificar con sus socios de Podemos durante meses. Sánchez, explican sus colaboradores, siempre pensó que el acuerdo con los morados sería posible. Por eso tardó tanto en mover ficha. Pero ahora, más allá de que la reforma saldrá adelante gracias al apoyo del PP, nadie en la Moncloa se atreve a vaticinar cómo acabará este conflicto en el seno del Ejecutivo.

Ahí andaban los socialistas, enredados en la negociación parlamentaria sobre el ‘solo sí es sí’, cuando el Supremo divulgó el lunes su auto sobre la revisión de la condena a los líderes independentistas catalanes. Los magistrados confirman la inhabilitación absoluta de Oriol Junqueras, líder de ERC, hasta 2031. Como en el caso de Raül Romeva, Jordi Turull y Dolors Bassa, también le mantienen la malversación agravada, sin optar por la vertiente atenuada que el Congreso aprobó a finales del año pasado, que tanto el Gobierno como los republicanos consideraban aplicable al 1-O. Y, por el camino, el alto tribunal no ahorra en críticas a la derogación de la sedición llevada a cabo por el Ejecutivo, que sustituyó este delito por otro de desórdenes públicos agravados. A juicio del Supremo, el cambio supone crear un “vacío normativo”, un espacio de “impunidad” en torno a los procesos secesionistas cuando no haya existido violencia o intimidación. 

Los segundos niveles

Si Sánchez quería pasar página del ‘procés’ con su reforma penal, no lo ha conseguido, al menos de momento. Uno de los objetivos del presidente para aprobar a la carrera las modificaciones en sedición y malversación, según explicó él mismo durante una conversación informal con periodistas en Navidad, era evitar, sobre todo después de los indultos a los líderes independentistas, que los alrededor de 20 encausados por el referéndum que serán juzgados de forma inminente (los llamados segundos niveles) acabaran entrando en la cárcel, devolviendo la crisis territorial al primer plano en este año electoral. Con la interpretación del Supremo sobre la malversación, no está nada claro que esa meta vaya a lograrse, más bien al contrario. 

“Nosotros hemos cumplido. Luego, ya, lo que hagan los jueces…”, explicaron el lunes fuentes de la dirección del PSOE, admitiendo que la decisión del Supremo trastoca los planes en esta precampaña. Al mismo tiempo, tratando de hacer de la necesidad virtud, señalaron que la posibilidad de que Junqueras fuese exonerado de la inhabilitación y pudiese presentarse a las próximas elecciones también habría tenido consecuencias perjudiciales para el PSOE en las urnas.  

La satisfacción del PP

El fallo ha vuelto a abrir la caja de los truenos territoriales. ERC, un aliado indispensable del Ejecutivo, consideró que la reforma penal había quedado en “papel mojado” debido a una justicia “retrógrada” que había dado un “golpe a la democracia”. El PP, satisfecho por el mantenimiento de la sanción al líder de los republicanos, celebró que el tribunal “corrija” al Gobierno frente a la “voluntad declarada” de Sánchez de “beneficiar a determinados líderes independentistas”. 

Mientras tanto, el PSOE actuó en público como si todo esto no fuera un contratiempo y el Supremo no hubiera lanzado ningún reproche. En su lugar, la ministra de Hacienda y vicesecretaria general del partido, María Jesús Montero, optó por criticar al PP a la luz del auto del tribunal. “La revisión de la sentencia ha puesto de manifiesto que el PP mentía cuando decía que la reforma de la malversación y la sedición iba a beneficiar a los protagonistas del ‘procés'. La decisión da la razón al PSOE”, dijo desde la sede del partido.

Pocas horas antes, en Bruselas, la Comisión Europea había mejorado las perspectivas para España, situando al país como la gran economía que más crecerá este año. Solo hubo una pregunta a Montero sobre tan buena noticia. La ley del ‘solo sí es sí’ y la decisión del Supremo coparon casi toda la comparecencia.

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