El Govern y los 'comuns' encauzan la negociación de los presupuestos

El esquema, se repite, con la salvedad de que esta vez no valdrá solo con un acuerdo, sino que serán necesarios dos. Como ya hizo el año pasado, el Govern ha encauza primero la negociación de los presupuestos con los 'comuns'. La tercera reunión entre ambas partes ha supuesto escenificación del deshielo de una relación que se había tensado con la salida de Junts del Palau de la Generalitat y la apuesta de Pere Aragonès por gobernar en solitario. Queda aún camino por recorrer para cerrar una entente y poco tiempo, pero admiten que "hay sintonía" como para haber sentado ya las bases para explorar un acuerdo con vocación de cerrarlo en dos semanas. El problema para ERC es que aún necesitará al PSC o a Junts para tener nuevas cuentas en 2023 y, de momento, no hay acercamiento a ninguno de los dos.

El partido de Jéssica Albiach ya movió ficha el jueves presentando sus propuestas y manifestando su clara intención de entrar de lleno en la contrarreloj negociadora teniendo presente que diciembre es clave. La previsión es que el Consell Executiu apruebe los presupuestos a principios de mes y que antes de finales de año aterricen en el Parlament. Con ese calendario en mente, la reunión con los 'comuns' ha fijado cinco ejes para estructurar el pacto: plan de choque social, transformación ecológica, vivienda y derechos sociales, salud y fiscalidad. De todas ellas, es la última carpeta, la de los impuestos, la más espinosa.

Si una cosa pretenden los 'comuns' es cobrarse que Junts ya no está en el Govern arrastrando a ERC hacia subidas de impuestos a las rentas altas y, de paso, lograr que el PSC lo avale aunque sea a regañadientes. Sobre la mesa han puesto una subida del IRPF a las rentas que superen los 120.000 euros, un incremento del impuesto de patrimonio y del de pisos vacíos, entre otros. La 'consellera' de Economia, Natàlia Mas, reconoció el jueves que su intención inicial era no abrir el melón tributario más allá de la incorporación de los impuestos medioambientales, como el de los cruceros, ya previstos. Y en eso coincide con los socialistas.

Pero el grupo de Albiach está dispuesto a mantener el pulso para alejar a Junts de la aritmética y favorecer una nueva de la que forme parte también Salvador Illa. Es decir, la nueva mayoría que llevan reclamando desde el principio de la legislatura. La demanda fiscal trazada va justo en la línea contraria a la de Junts, que exige rebajas en el IRPF. Sin embargo, tanto para los socialistas como para los posconvergentes no hay todavía ninguna negociación abierta con el Govern porque aseguran no conocer al detalle los números.

Justo el día después que la 'consellera' Mas haya levantado el veto a acordar las cuentas con el PSC, los socialistas siguen señalando "la lentitud" con la que está actuando el Govern, que ya ha dado por hecho que el año 2023 arrancará con una "prórroga técnica de unas pocas semanas". Después de salir del encuentro técnico de este jueves sin ir, según lamentan, más allá de cifras genéricas, la portavoz del PSC, Alícia Romero, ha enviado una carta a la titular de Economia en la que pide poder "trabajar con rigor" y le exige la documentación para que el PSC pueda trasladar sus propuestas. En concreto, solicita los datos sobre el marco presupuestario, de cada departamento, por capítulos y por programas, los de crecimiento tendencial y la previsión de liquidación de ingresos, incluidos los tributos propios.

En esa misma línea se ha pronunciado Junts justo después de reunir-se con Economia este viernes, que también enmarca en el ámbito "técnico" y no político. En un comunicado, han señalado que siguen sin conocer el detalle de las cifras y su desglose por departamentos. Además, piden que se les responda qué partidas hay para investigación, para las escuelas concertadas, para la Formación Profesional y el importe previsto del salario mínimo, entre otras, y conocer la ley de medidas de acompañamiento. Al margen de esta batería de peticiones, emplazan al Govern a hacer públicos los datos sobre el presupuesto que se podría hacer en Catalunya si la Generalitat pudiera disponer de todos los recursos que genera.

Con la coreografía con los 'comuns' en fase ya de ensayo, el PSC y Junts dan por hecho que el primer acuerdo está ya más que cantado y que, con la derogación de la sedición sellada y la negociación para modificar el delito de malversación, la mano tendida de Illa está hoy un poco más cerca que ayer.