Cuentas para el 2022
El Govern diseña el borrador de los presupuestos con la CUP como socio preferente
Los anticapitalistas quieren ver más avances en el pacto con Esquerra antes de sentarse a negociar
Júlia Regué
Responsable de la sección de Política.
Graduada en Periodismo y en Ciencias Políticas por la Universitat Pompeu Fabra (UPF), ha desarrollado su carrera profesional en la sección de Política, donde se incorporó en 2016. Ha seguido la actualidad política del Parlament de Catalunya y el día a día de varios partidos. También ha colaborado en programas de TV3, Catalunya Ràdio y RAC1.
La Generalitat ya está en marcha para diseñar los presupuestos de 2022. El ‘conseller’ de Economia, Jaume Giró, pretende cumplir con el calendario y confía en que los grupos, especialmente la CUP, que actúa como socio preferente al ser el sustento del actual Govern, no pongan trabas a sus expectativas. Tras acudir al Consejo de Política Fiscal y Financiera, su pronóstico es cumplir su cometido aunque no lograra arrancar al Gobierno un relajamiento del objetivo de déficit del 0,6% del PIB al 1,1%. Pese a esto, salió satisfecho y con margen para negociar unas cuentas expansivas.
La maquinaria funciona según lo previsto. Las Conselleries ya han desmenuzado sus previsiones y han trasladado su propuesta de variaciones en las dotaciones presupuestarias. Las reuniones son constantes para que el presupuesto se apruebe y entre en vigor en el arranque de 2022, sin retrasos. La CUP no lo va a poner fácil y la lista de exigencias es larga. Fuentes del partido aseguran que todavía no han entrado al detalle de las partidas, pero que se sentarán a negociar cuando vean una propuesta. A su juicio, ERC debe dar un paso adelante y contemplar previamente las medidas que acordaron para la investidura del ‘president’. "Es cosa suya, nosotros estamos a la espera de que cumplan los acuerdos y, entonces, será cuando empecemos a negociar". Parece un pez que se muerde la cola, ya que los republicanos creen que debe ser un trabajo colegiado porque sin presupuestos la mayoría de los acuerdos no se puede sacar adelante. Los ‘cuperos’ presionan y esperan más avances en el cumplimiento del pacto.
Balance del pacto
El balance del cumplimiento del acuerdo es que se ha diluido el cuerpo de abogados de los Mossos en el gabinete jurídico central, se ha aprobado la creación de una comisión de estudio sobre el modelo policial que pretende revisar el uso del foam, se ha tramitado la ley de interinos –aunque chocaron por el apoyo de ERC a la diseñada por el ministro Miquel Iceta-, se ha aprobado un plan piloto para la renta básica universal y se ha creado la Conselleria de Acció pel Clima.
Ahora bien, para la CUP el balance es escaso. Los anticapitalistas indican como carencias que no se hayan retirado de todas las acusaciones contra manifestantes, salvo en los casos que los agentes acrediten lesiones, y que los antidisturbios todavía acudan a los desahucios. “Hay medidas que no necesitan de unos presupuestos”, subraya la CUP, aunque hay otras que sí, como inquieren desde ERC. Y es que uno de los puntos fundamentales de la negociación será una previsible reforma fiscal que pueda generar ingresos para acotar otros gastos.
Sea como sea, desde la CUP insisten en que lo pactado es un “acuerdo de mínimos” y que las cuentas deberán satisfacer a su militancia para que los valide. En cuanto al ‘procés’ y la hoja de ruta independentista, la CUP urge a convocar cuanto antes el Acord Nacional per l’Autodeterminació i l’Amnistía y no descartan que tanto la mesa de diálogo, así como la negociación de los presupuestos generales del Estado, puedan acabar enturbiando las relaciones.
Desde la CUP recuerdan que ellos firmaron mostrarse favorables a sostener la legislatura al menos hasta el 2023, cuando Aragonès se someterá a una cuestión de confianza, pero que la pelota está en el tejado de los republicanos. Los contactos son constantes, ya que las reuniones son semanales para analizar los puntos del acuerdo y, ambas partes confirman que hay sintonía. Está por ver si será la suficiente para sacar adelante unas cuentas en tiempos de pandemia o si el Govern ampliará la búsqueda de socios para aprobarlas.
En este segundo escenario, difícilmente podrán contar con los ‘comuns’. Fuentes del partido aseguran que ERC eligió a la CUP como socio preferente cuando podía tejer una alternativa como en el 2020 y, a parte, tampoco comparten el enfoque de la legislatura. Mencionan la apuesta por el Hard Rock, la ampliación de El Prat y otros proyectos que a su juicio chocan con la defensa del medio ambiente. “No tenemos incentivos para negociar y apoyar sus cuentas”, remachan. El PSC, por ahora, no entra en los planes del Govern.
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