Presentación en Madrid

Sánchez propone un "gran diálogo nacional" para definir la España de 2050

El presidente emplaza a instituciones, agentes sociales, partidos o ciudadanos a participar en un debate "plural" sobre cómo ha de ser el país en el futuro

Llama a la "ambición" y al "optimismo", hilo conductor de un documento de 676 páginas elaborado con un centenar de profesionales durante más de un año

Pedro Sánchez y Maros Sefcovic

Pedro Sánchez y Maros Sefcovic / EFE / JUAN CARLOS HIDALGO

Juanma Romero

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Frente al riesgo de que se instale una sensación de cambio de ciclo político tras las elecciones madrileñas del 4-M, el Gobierno quiere insistir en la idea de que realmente la legislatura empieza ahora. Porque lo peor de la pandemia de covid ya pasó, la vacunación continúa avanzando a buen ritmo y pronto llegará el maná europeo, esos 140.000 millones de euros que España tendrá disponibles para gastar en un plazo de seis años. Pedro Sánchez busca marcar esa cesura temporal en sus últimos actos y discursos. También lo hizo este jueves, cuando planteó el arranque de "un gran diálogo nacional sobre el futuro" del país, para que "entre todos" se decida qué "España queremos ser en 2050". Una "gran conversación" que empieza ahora y que se prolongará en el tiempo, y para la que se buscará la implicación de comunidades y ayuntamientos, partidos políticos o agentes sociales.

El presidente hizo ese emplazamiento durante la presentación del documento 'España 2050'. Un texto de 676 páginas [aquí en PDF] en el que han colaborado durante más de un año un centenar de profesionales, "con independencia y libertad, sin cobrar un céntimo y sin censuras", como dijo una de ellas, la profesora de la Universidad de Santiago María Loureiro. El informe, que contiene una parte de indicadores -un bosquejo de cómo será la tasa de empleo, la jornada laboral, recaudación fiscal, la satisfacción de los ciudadanos con su vida o la evolución del gasto público-, ha sido coordinado por la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia, dirigida por Diego Rubio y bajo la tutela del director de Gabinete del presidente, Iván Redondo.

La Moncloa recuperó la estética y el formato de los grandes discursos del jefe del Ejecutivo, con las restricciones propias de la pandemia: un auditorio, en esta ocasión el del Museo Reina Sofía de Madrid, con miembros del Gabinete -del Consejo de Ministros, sus cuatro vicepresidentas- y un ramillete de representantes de empresas, sindicatos, instituciones, universidades y sociedad civil. Entre los invitados, el vicepresidente para las Relaciones Interinstitucionales de la Comisión Europea, el eslovaco Maros Sefcovic. Un envoltorio muy del gusto de la Moncloa para un acto clausurado por el líder socialista, que en ningún momento hizo referencia a la crisis diplomática con Marruecos, el asunto que ha centrado la actualidad en esta semana, y que tampoco se centró en la pandemia. Se pretendía que nada desviara la atención del documento. El presidente prefiere huir de las angustias del presente y de las dificultades con que tropieza su gestión para volcarse en ese horizonte de 2050. Un país, dice en el prólogo del trabajo, "con hambre de futuro".

Sánchez indicó que el texto, una producción de carácter muy académico (no político ni tan de partido) que engarza con las oficinas de Foresight (a largo plazo) que hay en otros países del mundo, es solo "un primer paso", porque el futuro "es patrimonio de todos", y "todos" han de participar en su diseño. Es un documento "vivo", una "primera propuesta" que tiene como "único objetivo" iniciar una "gran conversación para que sea reforzada, corregida y ampliada por el conjunto de la sociedad".

El "gran diálogo" que anunció el presidente durante su alocución se prolongará durante meses y se hará de abajo arriba, abierto a instituciones, públicas y privadas, y a todos los ciudadanos "que quieran participar". “Un gran diálogo nacional -explicó- que se producirá en las 19 comunidades y ciudades autónomas, con reuniones bilaterales, con mesas redondas que se articularán a través de un centenar de administraciones públicas, empresas, patronales, sindicatos, universidades, 'think tanks', fundaciones, oenegés, asociaciones y partidos políticos con las que ya estamos trabajando y vamos a continuar”, aseguró. En ese diálogo "los gobiernos autonómicos y municipales tendrán un papel fundamental y decisivo". "Sentémonos a dialogar, a conversar. Unamos voluntades y decidamos qué España queremos tener dentro de 30 años", apeló.

"Un proyecto de Estado"

El trabajo, en el que han participado más de cien investigadores "sin cobrar un céntimo", plantea 50 objetivos y 200 medidas y analiza nueve desafíos

Sánchez no entró en mayores precisiones. No especificó cómo se articulará esa "conversación nacional", de tal manera que el anuncio sonó por momentos gaseoso, falto de concreción. No está claro aún cómo se bajará el debate a cada localidad o cada comunidad, si será un debate alojado en las instituciones o algo más informal. Será un "proyecto de Estado", afirmó, y su compromiso es que la discusión sea "libre y plural", recoja "todas las ideas y posturas, con el máximo respeto a la evidencia empírica", con el fin de "ampliar horizontes temporales, enriqueciendo el pensamiento estratégico". Los componentes básicos serán "ambición y optimismo". Y la ambición, añadió, no es "imposible", y la "mejor prueba" es el trabajo presentado este jueves en Madrid, en el que queda demostrado que el "debate académico y social" está "lejos de la crispación y el enfrentamiento" del presente. El presidente, como otros oradores, llamó a "alzar la mirada".

Ese ejercicio, describió, fue lo que hicieron los hombres y mujeres que construyeron la Transición, porque ellos también pensaron el futuro. Para Sánchez, toca ahora seguir ese ejemplo, construir las "estructuras necesarias" de cara a 2050, y corresponde "hacerlo hoy, no mañana". Apuntó que el Gobierno actual y los que vendrán tendrán "aspiraciones igual de ambiciosas" a las que tuvieron los de hace 40 años, con la diferencia de que hoy contamos con herramientas "más poderosas" para trazar esa meta de 2050, para preparar la España de las próximas décadas, más allá de las "urgencias" cotidianas, aplicando, siguió, una "visión ambiciosa pero realista". "Que nos inspire, que nos cohesione, que nos ayude a sacar lo mejor de nosotros mismos". El líder del Gobierno plantea, pues, un escenario transversal y lejos del rifirrafe diario.

El jefe del Ejecutivo hizo hincapié en que el documento es valioso por su "diagnóstico riguroso y holístico" acerca de los desafíos que está enfrentando España y los que tendrá que abordar a medio y largo plazo, y también por la plasmación de las proyecciones, nacidas de modelizaciones matemáticas y el trabajo de los expertos. El objetivo es una España "más eficiente, más digital, más verde y más justa", que podría situarse, planteó, entre los países "más avanzados de la UE", no solo en la banda media. "Y es realmente posible. Se puede alcanzar todo lo que se puede medir", dijo.

Los presidentes de Telefónica, José María Álvarez-Pallete (i), e Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán (d), asisten a la presentación del documento 'España 2050', en el Museo Reina Sofía de Madrid, este 20 de mayo. Detrás, la vicepresidenta tercera del Gobierno, Yolanda Díaz. 

Los presidentes de Telefónica, José María Álvarez-Pallete (i), e Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán (d), asisten a la presentación del documento 'España 2050', en el Museo Reina Sofía de Madrid, este 20 de mayo. Detrás, la vicepresidenta tercera del Gobierno, Yolanda Díaz.  / EFE / JUAN CARLOS HIDALGO

Reto educativo... y sin reformas institucionales

Entre los desafíos, ser más productivos, "conquistar la vanguardia educativa", mejorar la formación, hacer una España más "sostenible" o reducir la pobreza

El texto, "pionero", plantea 200 medidas y 50 objetivos a alcanzar, nucleados en torno a nueve grandes desafíos de país, en cada uno de los cuales ha trabajado un panel de más de cien investigadores de disciplinas diversas [aquí sus nombres]: ser más productivos para crecer mejor; "conquistar" la vanguardia educativa; mejorar la formación y la recualificación de los ciudadanos; caminar hacia una sociedad neutra en carbono, sostenible y resiliente al cambio climático; preparar el Estado del bienestar para una sociedad más longeva; promover un desarrollo territorial equilibrado; resolver las deficiencias del mercado de trabajo y adaptarlo a las nuevas realidades sociales, económicas y tecnológicas; reducir la pobreza y la desigualdad y "reactivar el ascensor social" y, por último, "ampliar las bases del bienestar futuro". Entre esos retos no figuran reformas institucionales (o constitucionales) o de calado más político.

Son "muchas las asignaturas pendientes", cree el Gobierno, pero el texto ilumina cómo ir desbrozando el camino, porque no cae en la "autocomplacencia", aunque sí tiene en cuenta lo logrado. Sánchez puso el ejemplo de un tejido productivo "frágil y poco sofisticado", o los alarmantes "niveles de pobreza", problemas "graves", que persisten desde hace décadas y a los que hay que dar una respuesta "contundente y decidida", afrontarlos "con renovado vigor". De entre todos los desafíos, el presidente remarcó que quizá el más importante de todos, porque ejerce de "clave de bóveda", es el educativo, y ahí el objetivo es mejorar los niveles de aprendizaje -un aumento de 20 puntos en las pruebas estandarizadas PISA- y aumentar la proporción de jóvenes entre 25 y 34 años que obtienen una educación superior a la ESO en 23 puntos. Ayuda a pensar en grande, señaló, una "coyuntura expansionista favorable", cimentada por el fin de la pandemia y el ágil proceso de vacunación y los 140.000 millones de euros que lloverán de Bruselas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se dirige a la presentación del documento 'España 2050', este 20 de mayo en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se dirige a la presentación del documento 'España 2050', este 20 de mayo en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.  / EFE / JUAN CARLOS HIDALGO

El hilo conductor de todo el acto fue el "optimismo", al que apelaron los distintos oradores, empezando por el coordinador de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia, Diego Rubio. El joven historiador pidió al auditorio que no se aprisione en la "cárcel del ahora", que no se deje llevar por quienes son pesimistas, ya que "solo siembran miedo y desconfianza", cuando el futuro se construye "sobre la ilusión y la esperanza". "Pongamos de moda el optimismo", sostuvo. La profesora María Loureiro indicó que desde la Moncloa se diseñaron los grupos de trabajo con perfiles distintos para que afloraran las "discrepancias", pero estas se superaron para "construir una visión coherente del país". "España 2050' es la primera semilla que hemos plantado. Contribuyamos todos a que la semilla florezca", concluyó.

La agenda del presidente saltó el martes por la crisis con Ceuta. Canceló su viaje a París y voló hasta Ceuta y Melilla. Pero en los últimos dos días no la ha modificado. Podía sonar extraño mantener la previsión de un acto -más hojarasca que contenido- en el Reina Sofía en medio de una tormenta diplomática con Marruecos aún no cerrada, pero la Moncloa optó por preservar sus planes y, pese a las críticas, mirar lejos para no toparse de bruces con el difícil presente. Lo dice el Gobierno sin cesar: la legislatura empieza ahora y las urnas no llegarán hasta dentro de 32 meses.

Un "insulto" para el PP

El plan 2050 que presentó en Madrid Pedro Sánchez fue inmediatamente contestado por el PP. Su líder, Pablo Casado, considera que el documento es un "insulto" a la inteligencia de los españoles, y criticó al presidente por ocuparse de la "España virtual" en lugar de la "España real".

"Estamos viendo que España tiene un Gobierno líquido que hace política gaseosa, es decir, cortinas de humo. Y creo que no nos lo merecemos los españoles", declaró Casado en el 'stand' de Ceuta en Fitur, en Madrid, informa Europa Press. El PP, dijo, se quiere "ocupar de la España real y no de la España virtual" y "solo hablar de la España de 2050". A su juicio, los españoles necesitan en este momento "soluciones reales e inmediatas". "Frente a esa España virtual de 2050, yo quiero hablar de la Ceuta de 2021 porque España no se puede explicar sin Ceuta, que lleva 600 años siendo española", criticó.