Dimisión tras los malos resultados
Las claves de la sucesión de Iglesias en Podemos
La marcha del exvicepresidente deja en el aire el liderazgo de los morados: ¿será una mujer? ¿será Yolanda Díaz?
El secretario general del partido seguirá un tiempo a los mandos de la organización: ¿hasta cuándo? ¿a qué se dedicará después?

Iglesias dimite de todos sus cargos tras el fracaso de la izquierda en Madrid. /


Miguel Ángel Rodríguez
Miguel Ángel RodríguezPeriodista político, especializado en la información parlamentaria del Congreso y el Senado
Siete años después de fundar Podemos, Pablo Iglesias abandona la política. El exvicepresidente del Gobierno anunció este martes su retirada tras los resultados electorales que obtuvo en la Comunidad de Madrid: un 7,21 % de los votos que se tradujeron en 10 escaños y la quinta posición, por detrás de Vox. "Estos resultados lo dejan claro: no contribuyo a sumar", sentenció rodeado por la cúpula del partido. La marcha del líder morado deja en el aire muchas preguntas sobre el futuro de Podemos y el espacio confederal de Unidas Podemos. A continuación, resolvemos algunas de estas incógnitas para entender más el calado de la decisión de Iglesias:
Iglesias fue tajante: "Dejo todos mis cargos. Dejo la política entendida como política de partido e institucional". Esto quiere decir que el exvicepresidente no recogerá su acta de diputado en la Asamblea de Madrid y que, además, dejará vacante la secretaría general de Podemos, donde lleva desde noviembre de 2014.
Mientras que su marcha de la política institucional es inmediata -actualmente no ocupa ningún cargo desde que salió del Gobierno y entregó su escaño en el Congreso-, dejar el partido le llevará más tiempo. Hasta que el partido no convoque una Asamblea extraordinaria para elegir al futuro secretario general, Iglesias seguirá al frente de la formación, aunque de manera más discreta. .
Para renovar la secretaría general del partido, la formación debe convocar una Asamblea Ciudadana Estatal. La última se celebró en mayo de 2020, tras ser atrasada varios meses por la pandemia, e Iglesias salió reelegido con el 92 % de los votos. En aquel momento, el ya exlíder morado solo tuvo en frente a un contrincante, Fernando Barredo, uno de los críticos más conocidos del partido.
En la próxima Asamblea, la cuarta que celebrará la formación morada, deberán presentarse aquellos que aspiren a reemplazar a Iglesias. El único requisito, según el documento Organizativo del partido, es tener "una antigüedad mínima de seis meses de inscripción en Podemos".
Mientras que Iglesias señaló a la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, como su posible sucesora al frente del sector morado del Gobierno de coalición, nada ha dicho sobre los mandos de su organización, al frente del cuál pretendía estar unos años más. Por el momento, lo único que parece claro es que desea que se ocupe de ello una mujer. En su despedida, Iglesias enfatizó que deben cumplir con su promesa de "feminizar" los liderazgos de Podemos. Esta idea lleva años rondando a la cúpula del partido. La 'número dos' morada y ministra de Igualdad, Irene Montero, ya señaló en marzo de 2019 que la próxima persona que ocupe la secretaría general será una mujer.
Iglesias lleva semanas deshaciéndose en elogios hacia la ministra de Trabajo, a la que ya designó como la futura candidata de Unidas Podemos a las elecciones generales de 2023, aunque ella misma se ha mostrado cauta y no lo ha confirmado todavía. Sin embargo, Díaz no está inscrita en Podemos, por lo que no podría presentarse a la secretaría general morada según sus estatutos. La política gallega se dio de baja de IU el pasado verano, sigue militando en el PCE, pero no se conoce que se diera de alta en Podemos.
Así, la vista está puesta en otras mujeres del partido que podrían relevar a Iglesias. En concreto, en la ministra de Igualdad y 'número dos' de la formación, Irene Montero.
Hasta hace unos días, el exvicepresidente aseguraba que permanecería a los mandos del partido un par de años más. En Unidas Podemos se había instaurado ya la idea del experimento del doble liderazgo, con Díaz al frente del sector morado del Ejecutivo nacional e Iglesias al timón de la formación. Sin embargo, estos planes han estallado. "No soy una figura política que pueda contribuir a que en los próximos años nuestra fuerza política consolide su peso institucional", insistió Iglesias este martes.
Su futuro, por tanto, se presenta ya fuera del ámbito político, aunque a nadie se le escapa que seguirá fuertemente vinculado con el partido. Hace una semana, en una entrevista en LaSexta, Iglesias señaló que una vez abandonase la primera línea política volvería a dar clases a la Universidad Complutense de Madrid y a hacer "periodismo crítico".
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