Cambio de carteras

Iglesias - Díaz, el experimento del doble liderazgo

La ministra de Trabajo asumirá la vicepresidencia tercera y cogerá la batuta del sector morado en el Gobierno

El secretario general de Podemos se mantendrá al frente del partido mientras concurre a los comicios del 4-M

iglesias yolanda diaz congreso podemos roca

iglesias yolanda diaz congreso podemos roca / Jose Luis Roca

Miguel Ángel Rodríguez

Miguel Ángel Rodríguez

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No hicieron falta más de ocho minutos de vídeo para zanjar años de debates sobre la línea de sucesión en Unidas Podemos. Pablo Iglesias señaló de manera clara y rotunda –con la habitual coletilla de que las bases tendrán la última palabra- a Yolanda Díaz como su heredera en el Gobierno y, también, en Podemos. El cambio de roles en el Ejecutivo llegará la próxima semana: el aún vicepresidente dejará el Consejo de Ministro el martes para ser el candidato morado a la Comunidad de Madrid y Díaz será nombra vicepresidenta tercera en los siguientes días. El relevo al frente de los mandos del partido aún tardará. Hasta entonces, cohabitarán los dos liderazgos. En la cúpula de la formación asumen que será un "experimento" complejo, pero que saldrá bien.

Desde el verano, la dirección de Podemos llevaba dando vueltas al futuro del partido. Antes de entrar en el Gobierno, eran conscientes de la ausencia de perfiles fuertes que pudieran servir de relevo en los próximos años. Sobre todo para un Iglesias en torno al cual se ha construido toda la organización. Sin embargo, fuentes cercanas al aún vicepresidente explican que su llegada al Ejecutivo dio un impulso a la figura de Díaz que de otra forma no habría sido posible. La ministra de Trabajo, que se estrenó con una subida del Salario Mínimo Interprofesional pactada con sindicatos y patronal, ha ido creciendo en mitad de la pandemia hasta situarse como uno de los miembros del Consejo de Ministros mejor valorados.  

Cederle el liderazgo resultaba la idea lógica, sostienen voces de la cúpula morada. El problema del cuándo hacerlo se resolvió con el adelanto electoral en Madrid. Iglesias dio pasa adelante para enfrentarse a Isabel Díaz Ayuso y señaló a la política gallega como su relevo. Ahora, está por ver cómo se va a resolver esta transición de poder. La ministra de Trabajo, que será nombrada vicepresidenta tercera la próxima semana, estará al frente del sector morado del Gobierno. En lugar de Iglesias será ella quien despache con Pedro Sánchez las discrepancias más delicadas y quien dirija las negociaciones por Unidas Podemos en el Ejecutivo. Pero el secretario general de Podemos no se retira del juego. 

Pararrayos político

Iglesias, que confía en un tripartito con el PSOE y Más Madrid tras el 4-M para entrar en el Gobierno de Madrid según fuentes moradas, seguirá al frente de la estructura del partido, siendo la voz de mando en los asuntos más orgánicos. En el entorno del aún vicepresidente admiten que este doble liderazgo es un "experimento" poco visto en política nacional que puede provocar roces y discrepancias. No obstante, en la formación morada confían en que la amistad que une a Iglesias y a Díaz desde varios años haga llevadera esta dirección bicéfala inédita en Podemos.

Además, en la cúpula morada ven más ventajas que inconvenientes a este reparto de papeles. Según señalan fuentes de Podemos, con Díaz al frente de la acción en el Gobierno e Iglesias a los mandos del partido, confían en dispersar los ataques y que no sea solo uno el que afronte los golpes. La exposición mediática fue una de las razones que, al principio, hicieron dudar a Díaz sobre si aceptar o no la dirección del partido. No obstante, las mismas voces explican que el líder morado, más acostumbrado a recibir críticas, hará de pararrayos de la política gallega, al menos en los primeros meses. Esta estrategia ya la intentaron poner en práctica hace varios meses. La actual secretaria de Estado de Agenda 2030 y futura ministra de Derechos Sociales en sustitución de Iglesias, Ione Belarra, comenzó a endurecer su toco con el SOE para ganar relevancia y desviar parte de la presión mediática hacia ella. . 

Como último añadido, en el partido sostienen que la popularidad de la ministra de Trabajo, una de las mejor valoradas, puede poner también freno a cualquier deseo de Sánchez de adelantar las elecciones. Con Díaz como candidata a los próximos comicios, programados para 2023, apuntan que mejoraran en las encuestas.

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