Entrevista con el director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO)

General Manuel Navarrete: "Daesh es el terrorismo total, sin límites"

Entrevista con Manuel Navarrete, director del CITCO

El general de la Guardia Civil Manuel Navarrete, director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), en el ministerio de Interior. / JOSÉ LUIS ROCA

Juan José Fernández

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La noche del viernes 13 de noviembre del 2015, cuando pistoleros yihadistas mataron a 130 personas en la sala Bataclan y otros puntos de París, el general sevillano de la Guardia Civil Manuel Navarrete visitaba Irlanda con su esposa. El entonces jefe del área antiterrorista de Europol estaba en su hotel cuando recibió las primeras noticias del terror y el dolor de la capital francesa.

Aquello le recordó "las situaciones de máximo estrés", cuenta, que vivió en el Ministerio del Interior cuando un terrorismo similar atacó las torres gemelas o tres estaciones de tren en Madrid. A la mañana siguiente, ya en su base de La Haya (Holanda), activó una célula de inteligencia policial para apoyar la investigación de los atentados. Su nombre: "Fraternité".

El hombre que bautizó aquel dispositivo dirige hoy en Madrid el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, CITCO, que reúne la información estratégica que sirven Policía, Guardia Civil, Mossos, Ertzaintza, Policía Foral y CNI. El terrorismo de inspiración islamista radical ocupa buena parte de su agenda.

Se atacaba el corazón de Europa y París trataba de salir del 'shock'. ¿Cómo funcionó 'Fraternité'?

'Fraternité' era un equipo conjunto de trabajo que destacó 25 especialistas en Francia y Bélgica junto a los investigadores. El reto que tenía delante era un ataque en múltiples escenarios, muy sofisticado, con mucha información, con continuidad en el tiempo y con víctimas y suicidas en el mismo escenario. Hubo que hacer un despliegue importante para la identificar a los terroristas -mientras se atendía a las víctimas, que era lo primordial- y prever que podíamos estar ante una ola con más ataques.

De hecho hubo después atentados en Bélgica.

Así es. Con la primera identificación de los autores de los ataques, recibimos información, fundamentalmente de Bélgica, y empezamos a encontrar vinculaciones con otros terroristas. Vimos una conexión con Bélgica, y también conexiones con el mundo de la criminalidad ordinaria, del tráfico de drogas y de documentos... Agregamos a especialistas en inteligencia financiera, expertos en tráfico de armas y explosivos y también en las redes sociales, porque buscábamos geolocalizaciones de los terroristas. Hicimos un acopio masivo de información que tuviera después valor judicial.

¿La seguridad europea sospechaba que se iba a producir un ataque tan grave?

Veníamos detectando actuaciones muy preocupantes. En Bélgica se habían hecho detenciones, alguna en la que hubo un tiroteo con la policía belga y en la que murieron terroristas en un piso... Veíamos que se estaban incrementando las capacidades del Daesh en Europa, y que el fenómeno de los terroristas extranjeros (yihadistas foráneos enrolados para la guerra en Siria e Irak), que había empezado muy vinculado a las zonas de conflicto en Siria e Irak, estaba llegando a Europa. Teníamos indicadores preocupantes, pero no la conexión completa que nos hiciera pensar que pudieran llegar a concebir, preparar y obtener instrumentos con esa precisión y sofisticación de ataques masivos, en escenarios múltiples y con suicidio. Aquella magnitud, preparación y agresividad no estaba en lo que veníamos viendo en Europa.

Vencido el Estado Islámico en Siria e Irak, ¿el terrorismo islámico tiene un objetivo nuevo en Europa?

En el CITCO, donde seguimos muy de cerca la evolución del Daesh, vemos que ha disminuido su capacidad de actuación, tanto en la zona que ellos dominaban -donde su  capacidad no está totalmente eliminada- como fuera de su territorio. Pero ha cambiado su capacidad de atentados sofisticados como los del 2015 y el 2016 por la incitación, la llamada a acciones individuales, de cualquier forma, estén donde estén. Desde el 2017 esa es su estrategia: actuación individual y con medios simples para provocar que esas acciones mantengan al Daesh vivo. Por eso es tan importante luchar contra su propaganda.

"Se ha conseguido que los terroristas no tengan una plataforma amigable en Telegram. Ahora atomizan sus mensajes en Snapchat, TikTok..."

¿Y cómo se lucha contra esa propaganda?

Policialmente lo que hemos hecho es identificar qué es propaganda terrorista y, cuando ha habido suficientes indicios como para promover una actuación judicial, ir ante los fiscales y los jueces y proceder a detenciones. En el 2019 y 2020 hay una gran actuación contra los propagandistas del Daesh. Más de un 60% de las detenciones están vinculadas a la propaganda, la incitación o la humillación de las víctimas. Y se trabaja con los operadores de internet, como Facebook, Twitter, Telegram, para que con sus códigos internos eliminen esa propaganda. En Telegram, con una operación de la Guardia Civil y la policía belga hemos conseguido limitar al mínimo la propaganda del Daesh. De hecho se ha mudado a otros sitios; en Telegram ya no hallan una plataforma amigable.

¿Dónde están ahora?

Han hecho una dispersión. Están en Snapchat, en TikTok, en cualquier plataforma susceptible de mover sus mensajes. Ahora está más atomizado.

En el asesinato del profesor Samuel Paty la policía francesa descubre que el autor tiene siete colaboradores, y contactos en Rusia. Algunos lobos no son tan solitarios... Sí lo era el que planeaba matar en Barcelona con un cuchillo, pero tenía problemas mentales...

Hay un índice importante de problemas de inestabilidad mental en muchos de los llamados "lobos solitarios". Hablamos del "lobo solitario" porque veníamos de un terrorismo tradicional que estaba mucho más estructurado, jerarquizado y visible, como el de Al Qaeda. Pero Daesh es el terrorismo del milenio, el terrorismo de la propaganda, la incitación... el terrorismo total, por su carencia de límites. Su incitación lleva a personas a convertirse en terroristas de un solo uso, pues la mayoría actúa una sola vez. Y la mayoría de detenciones son de una sola persona, y no de grupos como el que atacó a Bataclan o el que sufrimos en Barcelona. La atomización del terrorismo y la constante propaganda produce una radicalización que en esa figura se mezcla con motivos religiosos y personales, inestabilidad mental, revanchas, búsqueda de protagonismo. Pero yo no hablaría de "lobo solitario", una expresión con connotaciones románticas; nosotros preferimos llamarles "terroristas solitarios".

El asesino de un maestro busca crear terror en un sector específico. ¿Está variando el objetivo del terrorismo yihadista?

"El terrorismo intenta que incluso en un restaurante  nos sintamos inseguros, que creamos que alguien, con un cuchillo que le ha puesto el camarero, puede apuñalarnos"

Este terrorismo lo que busca es infundir terror y crear inseguridad entre los ciudadanos, y echar un pulso al Estado de derecho. Y puede utilizar fórmulas sofisticadas, como la concentración de efectivos con preparación militar. Pero también siempre ha considerado que cualquier atentado suma a la hora de crear inseguridad. Lo que intenta es que incluso en un restaurante nos sintamos inseguros, que sintamos que alguien, con un cuchillo que le ha puesto el camarero, puede apuñalarnos. Es multiforme: medios sofisticados y medios simples.

¿Qué ha aprendido Europa de aquellos atentados de París?

Aprendimos que el terrorismo global es una realidad y exige una respuesta global, judicial, policial, política... y también de inteligencia. Y que debemos pisar el acelerador a la hora de identificar situaciones de riesgo y anticiparnos, tener más información y que circule más rápido. Y eso está pasando. Cuando yo llegué a Europol, en el 2014, de todos los mensajes informativos que llegaban, los que estaban relacionados con el terrorismo no llegaban al 3%, la mayoría eran de crimen organizado y cibercrimen. Cuando me vine de Europol, este año, estábamos ya en el 14%. Las operaciones conjuntas, con más de un estado miembro, en el 2014 fueron algo más de 60; el año pasado, 640. España es el tercer proveedor de datos de terrorismo a Europol.

Hasta un mes antes del ataque, Bataclan había sido propiedad de dos hermanos judíos. Para los yihadistas, el local era culpable de apoyar a Israel y ya le habían hecho amenazas. ¿Ha hecho autocrítica la seguridad?

Todos los servicios de información, cada vez que se produce un atentado con víctimas, hacemos un análisis de lo ocurrido, y eso incluye qué elementos no hemos considerado. La investigación de Bataclan tiene todavía elementos abiertos. Pero sí creo que la conexión entre inteligencia y fuerzas policiales no estaba afinada.

Sami Amimur y Osman Ismail Mostefai, dos de los autores de la matanza, habían combatido para el ISIS en Yemen y Siria. ¿Los yihadistas retornados son la gran amenaza?

"Los yihadistas retornados de Siria e Irak tienen un peligro  potencial de incitación a acciones violentas a personas de su entorno"

Los retornados que volvieron después de pasar una temporada adscritos a grupos terroristas -de España salieron unos 200- son una preocupación permanente para todas las fuerzas de seguridad de la UE. Y en España, tanto para nuestro servicio de inteligencia como para las fuerzas de seguridad del Estado y también para las policías autonómicas. De los que se fueron y sobrevivieron a la yihad han vuelto a Europa un 30% en diferentes oleadas; otros están en manos de las autoridades kurdas o iraquís. Además del potencial peligro que tienen estas personas, entrenadas en Siria e Irak, en el CITCO también nos preocupa su potencial creación de radicalización, de manipular e incitar a acciones violentas a personas de su entorno. Estamos haciendo un seguimiento muy cercano para monitorizar esas situaciones y anticiparnos a cualquier tipo de actuación violenta.

A uno de estos retornados lo localiza la Policía en un piso de Almería alquilado en pleno confinamiento, y con dos ayudantes. Las financiación es esencial...

Nos preocupa mucho. Hemos preparado un plan contra la financiación del terrorismo que incluye medidas macro -la investigación de las extorsiones, las empresas paralelas...- y micro, que comprende el autofinanciamiento o el uso de medios elementales para cometer atentados. El terrorismo que vemos en la UE es 'low cost', no precisa de grandes medios -coches, cuchillos...-, y tiene un tiempo de vida muy corto. Desde que alguien se radicaliza hasta que da del salto a la violencia pasa un tiempo relativamente breve. Y no repite su actuación, por lo que necesita aún menos elementos, que a veces provienen de una actividad criminal ordinaria, drogas, fraude de documentos...

Houli Chemlal, uno de los supervivientes de la célula de Ripoll, ha dicho al juez que está arrepentido. Es poco creíble. ¿Por qué fracasan los planes de desradicalización de yihadistas en las prisiones?

España es pionera en mecanismos para detectar la radicalización en las cárceles, y eso está siendo efectivo, quizá no al 100%, pero da frutos. Es verdad que hay personas con un nivel de manipulación mental que hace tremendamente difícil su desenganche. Pero hay que seguir intentando desradicalizar sobre todo a los que no han dado el paso de la violencia.

Precisamente aquel ataque de Barcelona y Cambrils evidenció la necesidad de incluir a los Mossos y otras policías autonómicas en el sistema del CITCO.

La coordinación ha ido in crescendo y se ha ido estandarizando el proceso. Ya estamos viendo operaciones conjuntas casi todos los días. El acercamiento de la Comisaría General de Información de los Mossos es muy valioso para evaluar riesgos y proponer medidas tanto en Catalunya como en el resto de España. Tengo una impresión muy positiva.

Es que la situación anterior no era natural...

Bueno, estábamos en proceso de ponerlo en marcha y de maduración, y de poner cosas en común.

¿Cómo percibe el yihadismo la pandemia?

Daesh utiliza la situación para intentar poner en evidencia que los sistemas occidentales no funcionan. Lo llaman "el virus de Alá", como si fuera un castigo para los judíos y los no musulmanes. Intentan hacer un uso propagandístico de la pandemia. Otros terrorismos han incitado al contagio, a toser a los judíos, por ejemplo, o a crear sentimientos antimusulmanes o antichinos, culpándoles de la situación. El Daesh no ha dado instrucciones de cambiar las tácticas en la pandemia: considera que, cuando los estados están débiles, un ataque terrorista los hará más débiles aún.

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