el futuro del 'president'

Torra pide no investir a otro 'president' si es inhabilitado

Quim Torra

Quim Torra / RUBEN MORENO

Fidel Masreal

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Al presidente de la Generalitat le quedan pocas cartas por jugar, a las puertas de poder ser posiblemente inhabilitado por la justicia. Él mismo da por hecho que el Tribunal Supremo ratificará la sentencia del Tribunal Superior de Catalunya por desobediencia. Así que Quim Torra ha decidido no mostrar sus cartas (convocar elecciones en breve o no)pero amagar con lanzar un órdago:negarse a acatar la inhabilitación, dilaltar la convocatoria de elecciones que anunció solemnemente en enero y poner así las cosas difíciles a ERC forzando a los republicanos a esperar meses a las urnas enmedio de una gestión del coronavirus muy criticada.

Con todo ello, Torra parece jugar en favor de los intereses del nuevo partido de su antecesor y mentor, Carles Puigdemont, que requiere tiempo para armarse, desgastar al rival republicano y al adversario interno -el PDECat- al tiempo que ensaya otro conflicto («conflicto inteligente», según lo denomina Puigdemont) en base a la inhabilitación de Torra, la situación de los independentistas presos, la imputación de la diputada (y posible candidata a la presidencia) Laura Borràs, y la congelada mesa de diálogo con el Gobierno.

Torra aprovechó una entrevista en TV-3 para mostrarse mas suelto que nunca en todos estos frentes internos y externos, pese a que las preguntas incisivas de Lídia Heredia dejaron al descubierto algunas incongruencias.

Aviso a ERC

Sobre la fecha electoral, de nuevo se negó el ‘president’ a anunciar nada, pero al afirmar que se ve inhabilitado y que no quiere que tras ello se escoja a ningún sucesor (existe un período legal durante el que se podría escoger otro ‘president’ si se logra una mayoría parlamentaria). «Si se inhabilita un ‘president’, que la dignidad de la presidencia se preserve y no se escoja ningún otro ‘president’, sólo faltaría», proclamó. Dicho lo cual se negó a admitir que estaba dando por hecho que no convocará antes las elecciones, como prometió en enero. Su argumento es que la pandemia es ahora la prioridad y que ningún «tribunal español» marcará su agenda electoral. El mensaje a ERC, que ene enero apostó por escoger otro ‘president’ si hay inhabilitación firme, fue nítido:«No podría entender que ningún partido independentista presentara ningún candidato». Esto significa que las elecciones que Torra se niega a concretar las marcaría, aunque él lo niegue, el Supremo con su sentencia. Salvo que el ‘president’ tenga en mente alguna operación en la linea de lo que pide Puigdemont: confrontación y más confrontación con el Estado como única vía.

¿Qué mesa de diálogo?

A esta estrategia también responde la ironía y el sarcasmo de Torra contra una de las principales bazas de la estrategia de ERC: la negociación con el Estado en la mesa de diálogo. Torra dijo ni acordarse de este instrumento y afirmó con rotunidad que no se volverá a sentar en este foro de diálogo, salvo que el Gobierno lo convoque con un orden del día que incluya el ejercicio del derecho de autodeterminación -con fecha y hora de cómo ejercerlo- y la amnistía. Si no, no se reunirá. A renglón seguido, al ser repreguntado, dijo que él siempre estará por el diálogo. Pero con sus condiciones.

La gestión de la pandemia

Fue una muestra de autoafirmación independentista que llegó pocos minutos después de que en la misma entrevista, Torra no descartó usar la propuesta del Gobierno de declarar el estado de Alarma en Catalunya e incluso pedir el apoyo del Ejercito español. Cuando se le recordó las retiencias del Govern a la llegada del Ejército o las críticas al uso del estado de Alarma (con votos en contra de JxCat reiteradamente en el Congreso), Torra respondió:«Cuando las cosas son para ayudar, a mi no me cuesta nada, cuando Sánchez declaró el confinamiento total, la primera persona que salió fui yo» en favor de la medida.

Es más, Torra reveló un contacto telefónico  con el presidetne del Gobierno para abordar cuestiones como las compensaciones laborales a familias que deban cuidar a los hijos que hayan dejado la escuela por casos positivos. Al respecto afirmó que si no lo hace el Estado, ha encargado a su Govern que lo hga. No precisó bajo qué marco legal.

Torra no pudo sino admitir que el Govern estuvo dos meses sin secretario de Salud pese a sus exigencias de sustituirlo. Y preguntado sobre si el desconfinamiento fue demasiado rápido, respondió que todos los gobiernos actuaron igual.