Casado vuelve al 'marianismo' tras dos años de vaivenes

zentauroepp53867100 madrid  24 06 2020   el l der del pp  pablo casado  durante 200624093205

zentauroepp53867100 madrid 24 06 2020 el l der del pp pablo casado durante 200624093205 / EFE / J. J. GUILLÉN

Miguel Ángel Rodríguez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hace poco menos de un mes, Pablo Casado celebró su segundo aniversario al frente del <strong>PP</strong>. Dos años en los que el político palentino ha ido virando el rumbo del partido -ahora hacia la extrema derecha y las premisas de Vox, ahora hacia el centro- descolocando al electoral y a sus propias filas. La radicalidad que esgrimió en sus primeros meses al frente de la formación, tras suceder a Mariano Rajoyparece no haberle dado buenos resultado. Así, el pasado lunes, tras meses de idas y venidas, escapadas a los extremos ideológicos y regresos a la centralidad, Casado trató de consumar, al menos de cara a la galería, su compromiso con una estrategia política menos agresiva, más propositiva y que deje atrás el ruido de los últimos plenos del Congreso. El líder conservador destituyó a Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz en la Cámara baja para colocar a Cuca Gamarra, un perfil mucho más amable.

La victoria de Casado en las primarias del PP en julio de 2018 coincidió con las primeras señalas del auge de Vox. La formación de extrema derecha daría la campanada apenas unos meses después en las elecciones andaluzas, donde logró 12 diputados autonómicos. El recién elegido líder conservador optó por confrontar con Santiago Abascal y radicalizó la posición de su partido para evitar la fuga de votos hacia los ultras. 

Un error que, más tarde, en la campaña a los comicios generales de abril de 2019, trató de enmendar después de que un estudio sociológico encargado por su equipo señalara su extremismo como una de las causas del hundimiento de las siglas del PP. Desde entonces, Casado ha tratado en varias ocasiones de moderar su discurso, con mayor o menor acierto. Una tarea en la que no ha contado con la ayuda de Álvarez de Toledo

Rifirrafes internos

La exportavoz parlamentaria ha sido desde su nombramieno hace apenas un año una de las voces más radicales dentro del partido, labrándose alguna que otra enemista. Sus salidad de tono dentro y fuera de la formación y sus enfrentamientos con la dirección del PP y con algunos de los barones territoriales la habían situado desde hace tiempo en el disparadero. Además, la mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijóo -figura moderada dentro del partido- en las elecciones de julio en Galicia y la debacle que sufrió el PP en Euskadi, con una línea más dura, hacía necesario un nuevo cambio de rumbo.

Finalmente, la salida de Álvarez de Toledo de la portavocía del Congreso se precipitó, según explicó ella misma elpasado lunes, tras una entrevista que concedió a ‘El País’ este fin de semana en la que apostó por un gobierno de concentración "constitucionalista", reprochó a Juan Carlos I su salida de España y acusó a la cúpula conservadora de invadir las competencias del grupo popular en el Congreso. Un discurso que parece no coincidir con la nueva estrategia escogida por Casado

Diferencias

La todavía diputada no escatimó en críticas y ataques contra la dirección del PP tras conocerse su destitución. "Lamento profundamente una decisión perjudicial para el grupo popular, el PP y la causa que defiende esa formación", sentenció tras acusar a Casado de no querer dar la "batalla cultural" contra el "gobierno ultra" de Pedro Sánchez. Las palabras de Álvarez de Toledo no sentaron muy bien en la cúpula coservadora que lamentan la despedida "nada elegante" de su compañera que se hará efectiva mañana en la reunión de la Junta Directiva Nacional que presidirá Casado.

Mucho más contentos están en el PSOE. Los de Sánchez ven en el cese de Álvarez de Toledo y en el nombramiento de Gamarra un paso hacia la "moderación". La ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, se mostró confiada en que este gesto sirva para alcanzar un "diálogo fluido" que permita "un mayor entendimiento" en grandes cuestiones. La responsable de Defensa, Margarita Robles, declinó opinar sobre la destitución pero dejó caer que "es el momento de las personas que apuestan por el diálogo, la construcción y el trabajo". H

Suscríbete para seguir leyendo