ÚLTIMO TRAMO DEL JUICIO

El coronavirus obliga a suspender el juicio de Trapero

La fiscalía ultima la rebaja de la pena al mayor de los Mossos de rebelión a sedición o desobediencia

Josep Lluís Trapero

Josep Lluís Trapero / JOSÉ LUIS ROCA

Ángeles Vázquez

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Desde que el pasado 20 de enero comenzó el juicio contra el mayor <strong>Josep Lluís Trapero</strong> y la excúpula política del cuerpo todos esperaban que llegara este lunes, cuando, una vez concluida la prueba prevista en la vista oral, el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Miguel Ángel Carballo, iba a dar a conocer su petición de pena para él y los otros tres acusados: la intendente Teresa Laplana, el exdirector general de la Policía Pere Soler y el exsecretario general de Interior César Puig. Sin embargo, la crisis del coronavirus ha hecho que haya que esperar todavía más, porque este es de los juicios suspendidos por el Consejo General de Poder Judicial. 

El tribunal, como medida de prevención, ya había decidido que acusados y defensas siguieran la sesión por videoconferencia desde Barcelona, sin tener que trasladarse a Madrid, pero este viernes el CGPJ ha procedido a suspender todas las actuaciones judiciales y los plazos procesales de la Comunidad de Madrid, el País Vasco y los partidos judiciales de Haro (La Rioja) e Igualada (Barcelona), a la vista de las recomendaciones y disposiciones de las autoridades sanitarias en relación con la pandemia.

En cualquier caso el aplazamiento no supondrá ninguna diferencia en la rebaja de penas que realizará la fiscalía en cuanto se reanude el juicio. El cambio de la rebelión, por la que se sigue acusando formalmente a Trapero, Soler y Puig, a la sedición fue adelantada por este diario. Con la sentencia del Tribunal Supremo que declaró que lo ocurrido en Catalunya en el otoño de 2017 era sedición solo era cuestión de tiempo que la fiscalía aplicara ese criterio con los que eran responsables de los Mossos, y más teniendo en cuenta que ese fue el delito por el que les procesó en su día la jueza instructora, Carmen Lamela. La fiscalía de la Audiencia adaptó su acusación a la formulada por los fiscales del Tribunal Supremo con los líderes del 'procés'.

Hasta desobediencia

Pero esa rebaja no se quiso adelantar antes del juicio, cuando lo solicitó la defensa de Trapero, ni en el trámite de cuestiones previas, porque se quería esperar al momento previsto por la ley para modificar o elevar a definitivas las conclusiones provisionales y así evitar otra modificación llegado a este momento. 'El Mundo' ha adelantado que, además de rebajar la solicitud de pena de rebelión a sedición, que acarrearía una pena muy similar, incluirá como alternativa por indicación de la actual fiscala general del Estado, Dolores Delgado, un delito de desobediencia, que no prevé pena de cárcel.

Esa petición alternativa no es nada descabellada, porque conforme avanzaba el juicio parecía más complicada una condena de la gravedad de la sedición para Trapero, y aún más de Puig y Soler, cuyos nombres solo han aparecido esporádicamente durante las sesiones. En el caso del mayor, además, la sedición es difícil de argumentar desde que declaró en el Tribunal Supremo y contó el plan para detener al entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, si recibía esa orden por parte del presidente del Tribunal Superior de Justicia o del fiscal superior, a cuya disposición tuvo cuidado de ponerse por medio de sendas cartas. 

También complicó la posibilidad de esa condena que el principal testigo de la fiscalía -al menos por el orden por el que se le llamó a estrados-, el comisario Ferran López, sostuviera que el propio Trapero se enteraba de las decisiones que adoptaba el Govern de Puigdemont por la televisión, lo que distanciaba de cualquier plan para lograr la independencia.