protestas por la sentencia del 'procés'

Los cortes de CDR en la Meridiana de Barcelona cumplen un mes

Cada noche manifestantes ocupan la avenida a la altura de Fabra i Puig y dejan desierta una calle por la que circulan cada día miles de vehículos

Los cortes de CDR en la Meridiana de Barcelona cumplen un mes

Los cortes de CDR en la Meridiana de Barcelona cumplen un mes / periodico

Efe (Oriol Masferrer)

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Los CDR y algunos vecinos de la avenida Meridiana, una de las principales vías de acceso a Barcelona por el norte de la ciudad, cumplen mañana un mes cortando el tráfico cada anochecer entre las razones aducidas por sus promotores y las quejas de conductores y comerciantes de la zona afectados.

Así lo han explicado a Efe algunos de los afectados, que se quejan de que los más perjudicados son los pequeños comercios que aprovechan las últimas horas del día para hacer las ventas de los vecinos que salen de trabajar.

Dos comerciantes, que prefieren no dar sus nombres ni que se identifiquen sus establecimientos por miedo a perder clientes, reconocen que con los cortes diarios del tráfico por la avenida han bajado sus ventas, aunque no sabrían cuantificar el volumen. "Esto afecta más a los ciudadanos que a los políticos, dudo que desde sus casas y sus despachos les importe lo que pasa aquí", se queja la propietaria de un pequeño local.

Cada noche, entre las siete y las doce aproximadamente, los CDR y algunos vecinos cortan la Avenida Meridiana a la altura de Fabra i Puig y dejan desierta una calle por la que circulan cada día miles de vehículos.

La calzada la dejan de ocupar los coches y camiones y cada noche son los vecinos los que pasean por el asfalto aprovechando que no hay tráfico.  Son pocas decenas de personas, pero obligan a la Guardia Urbana a efectuar cada noche un dispositivo para desviar el tráfico.

Los concentrados dicen lamentar las molestias que causan pero defienden sus razones con una misma máxima: "la libertad de los presos políticos", dicen a Efe varias de las personas concentradas, algunas que repiten esta protesta desde hace varios días.

Para Marc, que lleva tres semanas viniendo cada noche, no es una cuestión de principios, sino de "lucha de clases". Percibe la sentencia como un "detonante a las desigualdades sociales" y está firmemente convencido de que la violencia "es necesaria para mandar un mensaje al sistema y para defenderse de la policía". Josep camina entre los manifestantes con una bandera estelada (independentista) como capa y lleva dos semanas haciéndolo. Tiene 42 años y dice que siempre ha sido independentista y que "todo el mundo es independentista, aunque se crean que pertenecen a Cataluña o España, todos lo son". Explica que corta la Meridiana para protestar contra "una sentencia injusta", y quiere que saquen a los políticos catalanes de prisión. "Revocar la sentencia es una necesidad", argumenta, aunque no cree que vaya a suceder.

Roberto dice que llegó al barrio con 3 años de Ciudad Real, y ahora con 73 y, aunque dice que no es catalán ni independentista, apoya los cortes a los que acude con asiduidad para que "se viva en paz en Cataluña y se dialogue de una vez".

En cambio a Luis, un vecino de la Meridiana, no le gustan que corten la avenida y asegura que han afectado su día a día y el de su familia cuando van a trabajar o quieren desplazarse. Luis tiene 65 años, siempre ha vivido en el barrio y le preocupa que la economía y los trabajadores puedan verse afectados por el procés. Sostiene que los políticos independentistas están en prisión porque "han ido en contra de la Constitución y han engañado al pueblo", y reitera que cualquier cambio debe pasar "por las leyes" con "la mayoría del pueblo" y que "a la fuerza no se consigue nada".

Hay otros vecinos que apoyan la libertad de los políticos en prisión, como José, de 22 años, que trabaja y estudia para auxiliar de enfermería, pero que tampoco ve con buenos ojos los cortes nocturnos de tráfico, ya que cree que "no cambian nada, pero afectan a los trabajadores que regresan cansados de su jornada laboral". Ya de madrugada, al despedirse y dejar expedita la avenida, los manifestantes se preguntan unos a otros: "¿Vendrás mañana?". "Claro", responden la mayoría. Y así, ya llevan un mes.