Mireia Boya deja la dirección de la CUP por la "agresión psicológica continuada" de un compañero

La exdiputada de la CUP Mireia Boya.

La exdiputada de la CUP Mireia Boya. / periodico

Júlia Regué

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Mireia Boya anunció este viernes que abandona la dirección de la CUP debido a una "agresión psicológica continuada" de un compañero de  filas que le ha supuesto "una gestión emocional complicada aún abierta".

Según explicó ella misma en Twitter, sufrió varios episodios durante su etapa como diputada en el Parlament, cargo que ocupó de enero del 2016 al octubre del 2017, pero volvió a coincidir con el agresor cuando ejercía funciones relativas a su cargo en la cúpula, hecho que le llevó a rememorar "aquellos comportamientos agresivos y roles de poder".

Boya relató "problemas de salud que había escondido bajo una coraza fabricada a medida", que ahora había decidido quitarse, y lamentó que el secretariado nacional del partido no haya estado a la altura al desatender su petición de no compartir espacios con el agresor: "He visto con tristeza cómo las organizaciones tendimos a cambiar prioridades, a olvidarlas y a hacer periférico eso que realmente importa y no paramos de repetir: las personas y los cuidados en el centro", remarcó. Además, aprovechó la ocasión para reprender a la CUP en la gestión de las "agresiones machistas" porque cree que cualquier "proyecto de país" que no aborde el "reto colectivo de mejorar la gestión" en este campo está abocado al fracaso.

Ni la exdiputada ni la CUP decidió hacer público el nombre del agresor, aunque Boya dejó claro que "no es miembro del actual secretariado nacional ni del grupo parlamentario, sino un militante con quien ha tenido que compartir espacios" debido a las tareas que acarrea su puesto en la dirección.

Sus palabras se difundieron con virulencia e impactaron de lleno en la órbita ‘cupaire’. Otra mujer que convivió un tiempo con ella en el Parlament apuntó que era conocedora de esos "comportamientos machistas": "No lo sufriste sola", añadió, y clamó por que no sean las víctimas sino los agresores los que tengan que irse de la primera línea.

Protocolo

En otra misiva, el secretariado nacional lamentó "las causas" que motivaron su dimisión, subrayaron su "compromiso" con la lucha contra el machismo -admitiendo que no son impermeables a ella-, y destacaron que la comisión nacional feminista del partido ya ha encajado la denuncia. Pusieron en valor un nuevo protocolo que está en manos de las asambleas locales para ser debatido y finalmente aprobado. 

Fuentes de la CUP aseguraron que tomarán "medidas" y explicaron que, según el borrador del protocolo, hay que celebrar una primera reunión entre la comisión y la mujer agredida y otra ‘a posteriori’ con el hombre agresor. A raíz de estos encuentros, dictan un veredicto, que varía según el caso, pero que puede contemplar la expulsión de espacios compartidos con las víctimas, la obligatoriedad de someterse a cursos de formación, la exclusión de las listas electorales, su cese de los cargos públicos y/o orgánicos que ocupe y la expulsión definitiva del partido. Eso sí, las medidas serán consensuadas con la víctima y se pondrán en conocimiento solo de las personas implicadas para no dar cancha a la rumorología. A lo largo del proceso, prima la "urgencia y respecto al ritmo de la mujer", la "confidencialidad", la "objetividad" y la "proporcionalidad".