Los terroristas del 17-A tenían documentos de la Policía sobre cómo fabricar explosivos

Youness Abouyaaqoub y Mohamed Hichamy, manipulando los explosivos.

Youness Abouyaaqoub y Mohamed Hichamy, manipulando los explosivos.

J. G. Albalat / Luis Rendueles / Juan José Fernández / Ángeles Vázquez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Yousef Aalla, uno de los terroristas de los atentados del 17 de agosto del 2017 que fueron abatidos en Cambrils por los Mossos d'Esquadra, guardaba en uno de sus teléfonos móviles "un documento del Ministerio del Interior en el que se describe cuáles son las sustancias precursoras necesarias para hacer el triperóxido de acetona (TATP) y se explica dónde encontrar cada una", según el análisis realizado por la policía catalana que consta en el sumario de los ataques yihadistas de Barcelona y Cambrils y al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO. El TATP, también denominado 'madre de Satán', fue el explosivo que los terroristas fabricaron en la casa de Alcanar tras comprar todos esos precursores.

Los Mossos recuperaron ese teléfono en la casa de la familia Aalla en Ripoll, el 18 de agosto del 2017, un día después de cometerse el atentado de La Rambla. El análisis de ese móvil, de la marca Wiko Lenny, ha permitido descubrir que los terroristas manejaron la copia de una orden interna del Ministerio del Interior titulada 'Recomendaciones en intervenciones con personas de origen árabe'.

En el encabezamiento se lee que esa copia corresponde a la Brigada Provincial de Información (encargada de la lucha antiterrorista) de la Jefatura Superior de Andalucía Occidental. Sus destinatarios son los agentes de policía que patrullan en la calle.

Se trata de un manual de ocho puntos que Aalla recibió, según el informe de los Mossos, "probablemente a través de alguna aplicación de mensajería instantánea como whatsapp".

El análisis realizado por los Mossos hace hincapié en el punto octavo de ese documento policial en poder de uno de los terroristas. Apunta que si se realizan inspecciones a sospechosos de origen árabe, puede buscarse si llevan precursores necesarios para fabricar TATP y se señala textualmente dónde pueden comprarse los componentes: "Ácido sulfúrico (batería de coches), peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), acetona (quitaesmaltes) y catalizador ácido (zumo de limón)". Los Mossos subrayan que ese explosivo "fue el que finalmente decidieron fabricar los investigados para perpetrar los atentados que inicialmente se proponían".

Ya en la fase final de la preparación de los atentados, y tras consultar cientos de páginas sobre otros explosivos, venenos y hasta cohetes bomba, los terroristas se hicieron con esos componentes en diferentes tiendas catalanas y fabricaron el TATP en la casa de Alcanar. Cuando estaban dejándolo secar, la noche del 16 de agosto de 2017, la 'madre de Satán' explotó.

Comprobación de pasaportes

Los terroristas supieron también, gracias a ese documento de la policía nacional, cómo trataban los agentes de descubrir a posibles radicales islámicos. En el punto 2 se recomienda a los policías que patrullan las calles comprobar si en el pasaporte de las personas de origen árabe constan viajes a Irak, Siria u otros que "tengan frontera con estos". También, si tienen en metálico más de mil euros, porque "podría tratarse de correos humanos".

La orden interna de los grupos antiterrorristas de la policía también avisaba a sus patrulleros de que identificaran y "prestaran atención a las personas de origen árabe que estén realizando grabaciones de vídeos en lugares no turísticos, en especial en estaciones de autobuses, trenes, metro, etcétera... Las células terroristas suelen grabar sus acciones para colgarlas de Internet".

El teléfono de Yousef Aalla donde fue encontrado ese manual de actuación policial dejó de usarse en el 2016, cuando él se trasladó a la casa de Alcanar. Pero ha permitido a los Mossos descubrir que la radicalización del comando terrorista empezó en marzo del 2015. Ya en esas fechas, al menos cinco de los futuros asesinos formaban parte de un chat de whatsapp, 'Incha'Allah SWT', en el que compartieron, el 29 de marzo de aquel año, el vídeo donde se ve a los terroristas que cometieron los asesinatos de la revista Charlie Hebdo rematar a una de sus víctimas.

El análisis de otro de los teléfonos de los terroristas ha revelado que tuvieron acceso a un segundo documento del ministerio del Interior y la lucha antiterrorista. Esta vez, los Mossos d'Esquadra lo encontraron, según consta en el sumario, en el teléfono de Moussa Oukabir, otro de los abatidos en Cambrils. Y es mucho más reciente. Se trata de una "orden de servicio" de la comisaría de San Blas (Madrid), fechada el 25 de mayo de 2017, titulada 'Riesgo de atentado inminente (islamista)'.

Capturas de Instagram

Los Mossos explican que el terrorista consiguió ese documento "mediante una captura de imagen de la aplicación Instagram". Se trata de una comunicación interna dirigida a los agentes de la comisaría en la que se les advierte de que "podría producirse un atentado tipo suicida o mediante ataque con vehículo contra población civil"

En la comunicación policial que ha sido hallada en el móvil de uno de los terroristas, el subinspector anima a sus compañeros a aumentar su protección, así como a "identificar a personas que puedan tener relación con islamistas radicales, porten mochilas, conductores de vehículos que circulan por espacios donde se reúnan gran cantidad de personas".

En los móviles de los terroristas también se han encontrado fotografías suyas. En una de ellas, realizada en la plaza de Catalunya, aparecen Omar Hichamy, Houssain Abouyaaquoub, los dos fallecidos en Cambrils,  y Mohamed Houli, que resultó herido en Alcanar y ahora está en prisión. En otras imágenes captadas por la cámara del móvil también figura Said Aalla, otro de los fallecidos en Cambrils. Todos ellos tenían una estrecha relación, hasta tal punto que hay una foto que están los cuatros alrededor de una fogata.