CUMBRE DE PRESIDENTES EN MONCLOA

La sintonía de Torra con Sánchez incomoda al independentismo

Pedro Sánchez saluda a Quim Torra a su llegada a la Moncloa

Pedro Sánchez saluda a Quim Torra a su llegada a la Moncloa / JUAN MEDINA

Xabi Barrena / Juan Carlos Rosado

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El desarrollo de la reunión entre Pedro Sánchez y Quim TorraPedro Sánchez y Quim Torra, y  sobre todo la sintonía que se deduce de las comparecencias tanto del mismo 'president' como de la vicepresidenta Carmen Calvo han causado profundo desagrado en sectores del independentismo. La CUP, por ejemplo, vía su diputado Vidal Aragonés, ha afirmado que "el camino abierto por Torra coincide más con una visión de cerrar por arriba" el 'procés' que "no con respetar lo que el pueblo de Catalunya hizo el 1 y el 3 de octubre, que fue abrir por abajo", ha indicado.

Más contundente fue la cuenta oficial de Twitter de los Comitès de Defensa de la República (CDR) que publicó: "No estamos aquí para hablar del Estatut. No aceptamos ni pactos ni cambios de rumbo". Y acabó con una contundente apelación, en referencia al Govern: "O se cumple lo prometido en campaña electoral o se dimite".

Críticas republicanas

Quien más templado estuvo, aunque sí dejó caer también alguna crítica, fue ERC. Tras meses en que se ha retratado a los republicanos, en las redes sociales, como poco menos que traidores y, aún peor, "autonomistas", Esquerra asiste ahora cómo las aceradas críticas se dirigen al espacio posconvergente. El presidente de los republicano en el Parlament, Sergi Sabrià, ha elogiado que se haya establecido un "diálogo" entre los gobiernos español y catalán y que exista "un cambio de formas", aunque ha advertido de que "ejercer el derecho de autodeterminación" es "indispensable" para Catalunya.

En Madrid, los ataques no han sido de menor entidad, con PP y Ciudadanos enarbolando la bandera más contestaria y más crítica con la reunión. Los populares han centrado su preocupación en los "precios" que podría pagar el presidente del Gobierno central por abrir el diálogo con su homólogo catalán, mientras que Ciudadanos ha recordado el pasado de Torra y sus frases antiespañolistas.

El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernandoha sido el encargado de llamar la atención sobre las posibles contrapartidas por el apoyo de los independentistas a Sánchez para llegar a la Moncloa. "Tengo la sensación de que el diálogo sin límites que expuso en su día la vicepresidenta del Gobierno vamos a terminar pagándolo", advirtió. El dirigente del PP ha pedido a Sánchez que "no siga pagando precios por haber obtenido la presidencia del Gobierno" gracias a ese apoyo. "No puede ser que cada día esté entregando una nueva letra a los independentistas para pagar el precio de la moción", ha insistido.

Dentro de ese capítulo, Hernando sitúa el "asalto" a RTVE, la renuncia de Sánchez a abordar la reforma de la financiación autonómica o la decisión de su Gobierno de desbloquear las cuentas de la Generalitat, de manera que el Govern ha podido reabrir las 'embajadas' del Diplocat para "favorecer la hispanofobia".

Autodeterminación imposible

Por su parte, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha dejado claro su temor a que la reunión haya sido solo "un paripé" porque "no hay debate posible sobre la autodeterminación", que es el auténtico objetivo de los independentistas. Al final se demuestra, según Rivera, que el presidente de la Generalitat ha ido a la Moncloa "a hablar de su libro, de la secesión y de sus presos". "Queda claro que todo era un paripé de un señor que nos llama bestias taradas bestias taradas", reiteró.

Rivera se preguntó qué más tiene que pasar en España para asumir que el "apaciguamiento" de los independentistas no es la solución y que es necesario poner fin a décadas de "ceder, ceder y pedir perdón". "Han estado a punto de romper España, y si ahora tienen más competencias y menos supervisión repetirán el golpe", avisó.

Haciendo un símil con el Mundial de Fútbol, aseguró que con los independentistas "no se puede empatar". "Al final hay penaltis, hay que ganarles o te ganan", proclamó. En ese sentido, criticó que Sánchez se reúna con un dirigente que "no es demócrata" porque no respeta las reglas de juego. "Le recibimos en la Moncloa y nos damos un paseíto y hacemos una comisión bilateral", ironizó antes de preguntarse qué se puede negociar con quien llama "bestias taradas" a los españoles.