Brecha social en la universidad

Más del 96% de estudiantes que se presentaron a la selectividad han superado las pruebas de acceso a la universidad, con una nota media de notable. Dentro de unos días se sabrán las asignaciones definitivas de plazas, con lo cual vuelve a confirmarse que les PAU siguen funcionando más como un sistema de distribución, un equilibrio entre oferta y demanda, que no como un examen de madurez. El porcentaje de alumnos que pretenden entrar en la universidad es el 5% superior al del año pasado pero, más allá de las dificultades académicas y de la nota que les permita cursar los estudios preferidos, muchos tendrán que hacer frente a unas trabas que ya vienen de lejos y que se concretaron en la elevada subida de las tasas universitarias que planteó la Generalitat en el curso 2012-2013.

Estudiar en Catalunya – tanto da el nivel de experimentalidad de los grados– es mucho más caro que en el resto de España (tres veces más que en Andalucía, por ejemplo), a causa de un aumento que, a pesar de los acuerdos del Parlament y de las quejas de estudiantes y rectores, seguirá vigente en el próximo curso, como acaba de anunciar la 'consellera' de Presidència, Elsa Artadi.

El baremo de los precios públicos en Catalunya ha provocado un descenso de estudiantes, por cuanto las becas de equidad no son suficientes para asegurar la progresividad del sistema y para paliar el enorme esfuerzo que significa un grado o un máster universitario.