Stéphane Dion: "Frente al secesionismo, pluralidad de identidades"

Stéphane Dion (Ciudad del Quebec, 1955), exlíder del partido liberal y exministro de Asuntos Intergubernamentales, conoce mejor que nadie la experiencia de los dos referendos de autodeterminación celebrados en Quebec y defiende con vehemencia las bondades de un modelo federal. Evita opinar sobre España pero es muy claro respecto al escaso éxito de las secesiones ejecutadas de forma unilateral y se le entiende todo cuando expone cómo el modelo canadiense permite las consultas y la vía negociada.

-Desde su posición de federalista, ¿cuáles son los principales argumentos en contra del independentismo?

-Dos ideas: es mejor una pluralidad de identidades que una sola y el coste económico de la operación secesionista. Es bueno proponer mejoras en el territorio que quiere separarse, pero no servirán para convencer a los separatistas, porque no quieren más recursos o poder, sino un país nuevo. Cuanto más se ceda poder o jurisdicción, más cerca verán la independencia. La única manera de convencer a los separatistas es ganar la batalla de las identidades.

-Pero el Gobierno español no parece estar usando estas ideas sino más bien se ampara en la legalidad como escudo.

-Si dices a los quebequeses: 'quedáos en Canadá porque sois demasiado pequeños, el mundo es demasiado duro para vosotros...', entonces su reacción será: os mostraré que estáis equivocados, sí somos capaces de hacerlo. Y votaremos sí a la independencia. En cambio, si dices a los quebequeses: 'quedáos porque os necesitamos, Canadá no tiene sentido sin vosotros...', entonces los quebequeses se sentirán orgullosos de ser canadienses.

-Es el mensaje del primer ministro británico, David Cameron, a Escocia: os necesitamos. ¿Por qué el señor Rajoy no dice lo mismo?

-Usted es el periodista, pregúntele a él. No lo sé.

-¿Necesitamos una mejor cultura democrática en España?

-Mi experiencia es que el mejor argumento contra el separatismo es la identidad plural. En el mundo actual, disponer de más de una identidad es una ventaja. Ser quebequés y canadiense es mejor que solo quebequés, no es una contradicción.

-Respecto a la consulta catalana, ¿le parece que la doble pregunta acordada es lo bastante clara?

-No puedo opinar sobre si es clara para los catalanes, pero puedo decir que si se trasladara a Quebec no sería considerada clara. La segunda pregunta sí lo es.

-¿Cómo solucionar el conflicto entre una mayoría social en Catalunya que quiere ser consultada y el rechazo explícito del Gobierno español?

-Con el diálogo. En Canadá no existe el derecho a la separación pero sí el derecho a expresar tu punto de vista. Y si es claro a favor de la independencia, nos sentaremos a negociar como personas civilizadas. Aunque no será fácil y llevará tiempo.

-En Catalunya no existe ni el derecho a la consulta.

-Sí, es diferente [ríe].

-El diálogo es todavía más difícil cuando una parte asegura que llevará a cabo la consulta y la otra sostiene que no es posible.

-Un referendo que Canadá no hubiera reconocido no habría llevado a ninguna parte. Quebec lo habría realizado, pero con el boicot de los partidarios de Canadá. Los secesionistas habrían ganado, pero  ¿qué habrían hecho con esa victoria?

-¿Proclamar la independencia?

-¿Y quién te reconocería? No hay ningún país, ni la ONU, que la acepte sin el aval del Estado. Nadie, excepto Rusia, aceptará el referendo en Crimea porque el Gobierno de Ucrania no lo reconocerá.

-¿Y el ejemplo de Kosovo?

-En Kosovo hubo una violación grave de derechos humanos, un 99% de la población quería la independencia, la tenían de facto gracias a la OTAN y el nuevo estatus estabilizó toda la región. Pese a ello, no están en la ONU. Kosovo es la prueba de que es casi imposible ser reconocido si actúas de forma unilateral.

-¿Cree que el independentismo crece en Catalunya por la crisis?

-En Quebec, con estos niveles de crisis, mucha gente buscaría en la independencia una solución mágica.